lunes, mayo 05, 2008

Fraseo de lo vivido en trece días por entre la ciudad de Bogotá, Colombia.


Para la prima Alba Isabel.
A Jairo, su hijo, por la serena compañía.
A la gata Chaira por su nocturnidad.

A Lola por su sendero de asombros.

A Brunno por la risa más plena.


Nunca la hermandad se hizo para nombrarla. Se ejerce profunda y poéticamente.

La cooperativa editorial La Mancha, que deambula por las alternativas y trajina sudores milagrosos hace un año tejió hilos de colores en la ciudad capital de Colombia, Santa Fe de Bogotá. De esa búsqueda y de esos abrazos germinó un segundo asombro en forma de antología poética colombo - venezolana llamada Tierra Común. 11 poetas colombianos, 11 poetas venezolanos (mujeres y hombres) jugamos a palabrear y a desafiar a la muerte; insistimos en la palabra integración y en ella dibujamos una laguna donde puedan verse los rostros de la historia junta que somos.

La Cooperativa editorial La Mancha, Oscar Sotillo y Jeanette Herrera asombran de tanta posibilidad tan posible, sin aspavientos ni ornamentos oprobiosos propios de estas horas tan de desconfianza humana.

La Cooperativa editorial La Mancha seduce a la movilidad y a la resistencia poética colombiana que en el colectivo Escafandra refulge. 2007 e inicios del año 2008 fueron de envíos y recepciones, de palabras empujadas por la querencia y la verraquera, por la emancipadora terquedad de parir las verdades que hace rato necesarias son. Surge la Colección Sin Límites.

Es así como el olor a tinta y la textura del periódico muta a un libro binacional que juega a ser leído completico y que no aspira que por él paguen ningún rescate mercantil.


Del diseño digital del sueño al libro que se siente.

Fragua el deseo, aparece el tiraje luego de desvelos y el recién nacido huele a tinta. Es la mancha sobre la cara de papel. Son las hojas vestidas de tantos imaginarios. 22 poetas ya no son inéditos.
La invitación se hace y el encuentro es en la ciudad capital colombiana: Bogotá.

Por allá se organizan los amigos para generar alternativas a la feria oficial del libro. A esta feria la llaman internacional por la cantidad de trasnacionales que juegan a negociar con la lectura.

La necesaria oportunidad para promover el Segundo Festival Internacional y Popular del Libro nos convoca en Colombia durante los días 22 al 25 de abril para avanzar en la itinerancia, en la otra visión que debe existir del libro como obsequio, como ofrenda, como ventana de asombros, como puente a otra vida que no duela tanto.

Bogotá nos asombra con su ajetreo y colores, con sus dolores milagrosos y con su educada manera de llover por entre soles. Tanto taxis de amarillo, tanto olor a café se agradece.

Entonces nos ha tocado estar, existir con la Venezuela nuestra a cuestas, para seguir ejerciendo tantos amores del padre Bolívar hacia esta tierra preñada de santanderismos malsanos que no dejan germinar el bien.

Trajimos historias sin glifosato para hacer brotar la coca de las palabras y así "mambear" maravillas de la tierra común.

Se juntan así las posibilidades, las miradas y comienza a tejerse nuevas ensoñaciones plenas de ajiacos y bandejas paisas, de arquitecturas y escuelas de educadas niñas.

Movernos por entre Bogotá atravezando bocas de universidades como la Externado, la Pedagógica y la Cooperativa de Colombia nos inundaron de luz la jornada.

Poner a prueba a la poesía con poesía, sin simulacros hace fecunda tu vida. Asumir cotidianamente la poesía no era tan difícil, nunca lo fue. Demostrado está.

Me honra insertar como delicada venda, la información que resume el devenir de estos primeros días por la ciudad capital. Recorrerla, olerla, dolerla, celebrarla nos hizo bien.

Agradezco el gesto humano, la querencia plena, la amistad ancha, la bondad dulce de tantos amigos que tejieron palabras, que nos ayudaron en el asombro y en la justa entrega al aguardiente y a la noche.

Quedan en la retina los fraseos de Darién Giraldo y Diego Grueso; la cascada plena que es Fernando Vargas, su amigable compañera Lorena y la mujer México que es Claudia, repleta de revistas con textos de Carlos Monsiváis que ahora atesoro.

Lo demás lo explicaré desde la lucidez de las imagenes. Ellas absorbieron mucho de este recorrido por esa parte de Colombia que es Bogotá.

Con Gaitán en la piel, con la fortaleza de sentir en resistencia inmensa al pueblo colombiano harto de tanta malparidez llamada ahora parapolítica y que siempre ha sido rancia muerte.

Con la dolencia de la miseria y el aguardiente nadaista; con el Teatro La Candelaria y el verdor y la flor que es todo el Jardín Botánico. Con los libros leídos y por leer provenientes de la vida que se abre paso, con la montaña y sus ascensos, lanzo mi emocionado latido que desde ahora se hace imágen y palabra.

Enhorabuena La Mancha, enhorabuena Escafandra, Patricia Ariza, Sebastian Henao Gil.

Enhorabuena Juan Carlos... Pudimos Lucía!!!

todo lo podremos!!!


Patio central de la casa de poesía José Asunción Silva.

Gonzalo Arango (poeta colombiano) y su Revolución.

Fachada de la sede del Teatro La Candelaria.

Paredes que gritan y aturden de realidad.

Casa de la Moneda. Bogotá.

Desde la Plaza de Bolívar. Catedral Primada de Bogotá.



Vuelo por entre el contraluz.

Encapotado cielo. Plumbeas nubes sobre La Candelaria.


Sede de la Facultad de Sociología. Universidad Cooperativa de Colombia.
Primero espacio de tertulia poética.

Que la calle hable, ella solita se defiende!!

Calle de Las Mandolinas. La Candelaria.

Jeanette, Oscar y Juan Carlos serenos en la
Universidad Externado de Colombia.
Espacio para la amistad, para la palabra.

Desde la Universidad Externado de Colombia. La Candelaria.

Susana y Fernando destilan lo sonoro. Auditorio Fecode.

El viernes 23 de abril en la Universidad Pedagógica.
Escuela de Biología. Llueve en demasía.

En el Colegio Distrital Clemencia de Caicedo.
Niñas atentas ante la conversa literaria.
Los libros de la Colección Sin Limites esperan ávidos ojos que les deletreen.


Adentro, en la rosa.

Que pare esa lluvia que mata.


En el cerro Monserrate. Abiertas las puertas.

A un costado de la Iglesia de nuestro Señor Caido de Monserrate.

El sereno comedero Santa Clara. Allá en las alturas del sabor.

Exacta anunciación lumínica. Cayendo desde el teleférico.

Quinta de Bolívar. Bogotá.

Una de las habitaciones de la Quinta de Bolívar.

Cercanías de la estación Transmilenio Las Aguas. Eje Ambiental.

De la red de bibliotecas públicas: Espacio para la lectura plena.
Biblioteca Popular Virgilio Barco.


Perspectivas de la biblioteca pública Virgilio Barco.

En los verdes espacios del Jardín Botánico José Celestino Mutis.

A través del espejo / país de las maravillas. Rosedal en el Jardín Botánico.

Humedad verde. Victoria regia: flotar en serena luz.

Ofrenda al asombro. Niñez que vuela. Plaza de Bolívar.

Lo que ve mi paciencia en el Teatro La Candelaria.


Primero de mayo en la Séptima con Jiménez. Chávez está presente!!!

Asoma Bolívar su desenvainado cráneo. Avanzar con él siempre.

Uribe Balas estrangula desde su empantanada perversión.

¿Siempre Coca Cola? Tomar conciencia carajo.

A la mujer que no cesa en su búsqueda. Gracias Piedad Córdoba!!!.


Las víctimas. Madres, mujeres en blancas vestimentas.

La pintura en el siglo XXI.

Que el muro hable y grite.

Aturde la verdad.

Subvertir para transformar.

Denunciar para transformar.

Esa sensación del volumen. Único Botero!!!
Museo Botero. Bogotá.

Poporo Quimbaya. Colección Museo del Oro.

Atardece en la Plaza de Bolívar. Palomas tórnanse en ladrillos que tiemblan.

En el medio del huracán. Plaza de Bolívar de Bogotá.


Avanzamos - avanzar hacia el VI Tawa Inti Suyu en Wayuumana, Río Socuy.

Celebramos las Semanas de la Tierra por la Sierra que llevamos dentro.

Saber avanzar, poéticamente.

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