Una nota sentipensante sobre el conversatorio: “Lecturas del extractivismo desde los territorios: Hacia una geografía de los conflictos ambientales en Venezuela” del joven investigador venezolano Emiliano Terán Mantovani.
El investigador y compañero Emiliano Terán Mantovani en plena conferencia. Centro de Química IVIC.
Texto y fotografías por: MSc.
Nicanor Cifuentes Gil
Docente Universidad Bolivariana de Venezuela (U.B.V.). Sede Caracas.
Miembro del Frente de Resistencia Ecológica del Zulia (F.R.E.Z.)
Del conversatorio con el investigador Emiliano Terán
Mantovani, celebrado este martes 4 de octubre en las instalaciones del
auditorio del Centro de Química del Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) son muchas los aspectos a
destacar pues, como sabemos, no suelen abundar esfuerzos de investigación y
divulgación de los mismos centrados en un discurso por encima del “jaloneo”
maniqueo que abunda en nuestra cotidianidad política y social. Con esto quiero
decir que se agradece un discurso de altura, respetuoso y regido por
importantes niveles de respeto para con el tema tratado como para los que
asistimos al conversatorio.
Mapear
dolencias, conflictividades, orienta literalmente el rumbo académico pero mucho
más la senda que habremos de seguir los que entendemos los decires y enfoques
de la ecología política y la militancia ecológica que nos obliga a “caminar la palabra”, a sudar esfuerzos
que nos imponen “resolvernos en multitud” de visiones, de seres, de espacios y
tiempos para que se materialice un anhelo plural de sana e integral vinculación
de nuestra especie humana con las demás pertenecientes a la biodiversidad
planetaria.
La
territorialidad y sus consabidas dimensiones de apropiación simbólica y fáctica
de los territorios por parte de colectivos humanos (pueblos, naciones) se
encuentra en notable vulnerabilidad y sometida a imposiciones que el sistema
mundo capitalista genera en su máxima esquizoide de afán de lucro y
maximización de ganancias de los pocos (pero muy poderosos) sectores económicos
del planeta.
En
este sentido la investigación del compañero Emiliano nos sitúa en una notable
actualización de los conflictos socio-ambientales en nuestra nación, la República Bolivariana de Venezuela,
nación caracterizada por la extrema dependencia de la renta petrolera y de la
imposición de una economía rentística de puerto desde donde se exportan
materias primas (fundamentalmente energéticas) y donde la industrialización y
los enfoques de productividad son desplazados por una cultura “rentística”,
altamente importadora y parásita de lo que entendemos, dada su particularidad y
dependencia con el petróleo, de petro-Estado.
Eco-régimen en la Revolución Bolivariana. Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
Pero
el conversatorio no se queda en la exhibición de las unidades de análisis y en
los criterios metodológicos que llevaron a compilar la información que da
cuenta de los conflictos sociales y ambientales que, a lo largo y ancho, de
nuestra matria, develan las tensiones y los pretéritos y muy novísimos
ordenamientos territoriales gestados por la lógica económica capitalista a la
que no escapa nuestro país. Estas “nuevas
fronteras de los commodities” que se dibujan en la
región norte del continente suramericano y que, desde las zonas de influencia
del capital trasnacional sediento de petróleo, oro, coltán, bauxita, agua, así
como de genes pertenecientes a especies biológicas de nuestro neo-trópico
venezolano[i],
se extreman cada vez más con conveniencia o escasa capacidad de control de los
estados naciones han generado y generarán tensiones, cicatrices y conflictos en
la biogeografía así como en los pueblos y sus cosmovisiones.
En el entendido
que es vital hacer acopio sistemático de lo que se viene suscitando en nuestra
región y país sobre estas tensiones, saber de este esfuerzo investigativo de
alto rigor académico y no menos sensible y de militancia ecológica, por parte
del compañero Emiliano Terán Mantovani, nos desafía a seguir creyendo
empecinadamente en la articulación de más voces y sentires de comunidades
intelectuales, indígenas, afrodescendientes, campesinas, pesqueras, urbanas
que, atizadas por las consideraciones anti-patriarcales y de respeto a la
sexo-género-diversidad, nos obligan de continuo a seguir insistiendo en la
articulación de nuestros acervos senti-pensantes, que, como poder constituyente
eco-socialista, nos caracteriza y enlaza como común y digno punto de encuentro
propositivo y post - capitalista.
Más
allá de los antecedentes del “intento” de conversatorio en los espacios del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo
Gallegos (CELARG), de innegable y reveladora condición polémica[ii] dado
que sabe pulsar puntuales nudos críticos que exacerban y accionan los niveles
de ¿auto-defensa? del proyecto entendido como “bolivariano y chavista” en
cuanto a la tolerancia a la crítica rigurosa y propositiva de las políticas
económicas, ambientales y culturales ejercidas por el Presidente Nicolás Maduro Moros, este espacio –
tiempo que nos dimos desde la solidaridad y la gana “martiana” de reconocer lo
que somos para resolver lo que seremos como militancia ecológica consciente de
los que representan los extractivismos de viejo y nuevo signo, esta postura
valiente del compañero Emiliano no debe quedar subsumida por coyunturas de
bando y bando (si cabe la expresión) sino que debe generar un punto de
inflexión para acercar(nos) desde la idea emancipadora necesarios “vasos
comunicantes” para saber qué estamos haciendo como país y con la naturaleza
bio-diversa que dentro de él se encuentra.
El
manejo investigativo de amplio espectro nacional de los actores involucrados en
los conflictos de tipo socio-ambiental, de los habitantes así como de sus
tensionados modos de vida ante el enquistamiento de formas de apropiación del
territorio (y de sus vidas) configura, a mi humilde entender un valioso e
inédito aporte para la ecología política venezolana y suramericana toda vez que
da luces muy nítidas de lo que se ha venido gestando- incubando desde el eco
régimen que en nuestro particularizado petro – estado sigue manteniendo su
tendencia y no pareciera encontrar nuevos esquemas, enfoques, decires ni
haceres pese a que ya se ha hecho del común de la población la necesidad de
entendernos como una nación en transición al Eco-socialismo (verbigracia el V Objetivo Histórico del Plan de la Patria: “Contribuir con la preservación de la vida en el
planeta y la salvación de la especie humana”).
Centrado
en la idea – fuerza del investigador Gudynas, Emiliano nos recuerda que debemos
vincular el fenómeno del “extractivismo”
como un emprendimiento específico. Es en los territorios donde se da la
extracción y de allí que sean (notorios y a momentos no) las nuevas
ordenaciones del territorio desde la lógica capitalista. En este sentido la
lectura que se hace del extractivismo es desde los territorios y se pretende
avanzar hacia una geografía de los conflictos ambientales en Venezuela.
Es
revelador saberse inmerso en un país donde, en los actuales momentos en los que
se redacta esta nota, en los actuales momentos y “en pleno desarrollo” existen,
se configuran emblemáticamente 20
conflictos ecológicos donde sin duda estamos en presencia de un notable y
agravado desajuste de distribución económica y ecológica (difícil separar el
uno del otro). Entonces es cuando reiteramos, ante la nítida evaluación de
estos casos, que el ordenamiento del territorio ha estado y sigue estando en
función del extractivismo.
Emiliano
Terán Mantovani destaca en un momento de su reveladora conversa que
siempre hay zonas donde hay reservas de
“recursos”[iii]
naturales y allí se generan “quiebres acumulativos de capital” y que en el caso
venezolano están, fundamentalmente remitidos a las zonas del Estado Bolívar
(centro sur del país) enmarcadas fundamentalmente con la Faja Petrolífera - Arco Minero del Orinoco y la Sierra
de Perijá (noroccidente del estado Zulia) al occidente del país. (En este
sentido recomiendo leer la nota: “Los
arcos mineros: De Perijá al Orinoco”,
de mi autoría sobre una luminosa conversa colectiva con el antropólogo y
militante en defensa de los derechos humanos y ambientales MSc. Lusbi Portillo)
En
el transcurso del conversatorio, pendulamos entre la novedad reveladora y el
asombro desafiante que convoca a seguir haciendo más en procura de rigurosas
investigaciones académicas así como de diálogos fecundos con las comunidades,
con el poder constituyente ecologista (ecología de los pobres). Emiliano
ofrenda el siguiente dato: 82 conflictos
socio-ambientales presentes en 18 de las 24 entidades político administrativas
(estados) de nuestro país. Un mapa de la República Bolivariana de Venezuela
cruzado por una línea ecuatorial separa a un país en cuyo norte abundan
dinámicas urbanas conflictivas centradas en la “formalidad” que se asocia a la
primera industria de extracción petrolera y de refinación petroquímica del
país: Petróleos de Venezuela S.A.
(PDVSA). Hacia el sur de esta línea ecuatorial que el investigador
establece, la dinámica conflictiva “en promedio” no es tan formal, no está
asociada mayormente a institución pública estatal y es allí donde destaca la
minería y extracción maderera ilícita. El solo hecho de esta compilación ya nos
orienta sobremanera.
Varios,
revela el compañero Emiliano, fueron los criterios, variables a ser
considerados, cada uno de ellos con escalas de variado tenor, para así poder
destacar el tipo de conflictividad ambiental, la contemporaneidad del mismo,
las funciones ecológicas mermadas por
estas dinámicas conflictivas e incluso los niveles alarmantes de
militarización de los casos considerados. Esta metodología se asume honesta, no
existe en la narrativa del joven investigador la patológica ausencia de
reciprocidad que caracteriza a la academia encasillada en el afán de “lucro
académico” donde la más de las veces las comunidades en estudio son “saqueadas”
son meros objetos de estudio poseedoras de un “lucrativo” conocimiento que
habrá de legitimarse en las “honorables” universidades nacionales e
internacionales.
Esto es tan notable y digno de destacar pues ya se configuró
un útil Atlas de la Justicia Ambiental[iv]
(encabezado por las orientaciones del destacado investigador catalán Joan Martínez Alier)
donde Venezuela ya cuenta con una importante actualización de sus conflictos
ambientales. De igual manera es vital mencionar el investigador Emiliano Terán
Mantovani, siguiendo esquemas metodológicos parecidos a los empleados en la
configuración de este Atlas, ofrenda a la comunidad un relevante Dossier – Expediente sobre el Proyecto Arco Minero del Orinoco
(A.M.O.).
Tener
un mapa para orientarnos a escala nacional es una grande herramienta para
orientar articulaciones en el mediano y largo plazo y para que desde la
“cartografía del presente” se puedan “otear” vulnerabilidades denunciables,
incrementos de la “criminalización de la disidencia” hacia proyectos de mega-minería
o mega-infraestructuras que comprometan el derecho que tienen futuras
generaciones al disfrute íntegro de la naturaleza.
Saber
que son alarmantes las crecientes “Zonas
de Sacrificio Ambiental” y que se comienzan a establecer nuevas variables
en virtud de los que se viene gestando en la dimensión real, en el pleno
desarrollo, de los acontecimientos nos obliga a prestar acuciosa atención de
las diversas movilizaciones que, dada su particular tipología, aunado al
incremento de los niveles de violencia (¿innegable lucha de clases- intereses
económicos?) demandan mayores esfuerzos para la contención integral y colectiva
solvencia de los conflictos.
Pasarse
por conceptualizaciones y categorías de la ecología política y ver como las
mismas se erigen en el plano real, se cartografían y se inflaman a partir de
duros testimonios de personas, movimientos ecologistas revela la insoslayable
necesidad de emprender creativos insumos para el debate y la acción.
Revela
el investigador Emiliano que en un país petrolero como la República Bolivariana
de Venezuela, el mayor conflicto socio-ambiental está asociado al “commoditie” oro. Así vemos una
linealidad alarmante: Boom (expansión)
de los commodities, expansión
desarrollista y aumento de los picos de conflicto.
El
planteamiento metodológico y propositivo pretendieron revelar (reconociéndonos)
desde la pragmática del poder cómo se materializa la categoría petro – Estado y
cómo ha venido desplegándose su influencia para contribuir al aumento de una
notable acumulación capitalista, de una maximización del discurso (gastado pero
siempre relanzándose como “nuevo”) amparado en los objetivos macro-económicos.[v],
de una lamentable y esquizoide apropiación de los “recursos” naturales con una
evidente asimilación de las posturas críticas a este accionar del petro-Estado
a partir de la asimilación y/o cooptación que propicia la política rentística
como ética negativa que se ha venido incubando en el país desde que comienza la
explotación del petróleo.
Acercarnos,
de la mano del propio investigador, en la geografía política de los impactos
socio- ambientales nos obligó a revisar cuáles serán las afectaciones de las
fuentes de agua, cómo esto tributa, se conecta con presentes y futuros
escenarios de inseguridad alimentaria y con una notable pérdida de la
biodiversidad. En este mismo reconocimiento “senti-pensante” pudimos enterarnos
de conflictos ambientales asociados a exposición a desechos tóxicos de alto
impacto poblacional tales como los provenientes del mercurio (Hg), ácido sulfhídrico (H2S) así como coque de petróleo. Saber de este flujo
de desechos tóxicos, observarlo en un mapa de escala nacional obliga a
trascender el debate y pasar a la acción ecológica militante – propositiva.
Geografía política de los impactos socio-ambientales en Venezuela. Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
Y
es entonces cuando la territorialidad se desmembra ante estos conflictos que se
erigen a escala nacional y se presenta la “ruptura
metabólica”. Pese a ver conflictos de los cuáles es complejo (y hasta
inviable) separar lo económico de lo ecológico, es revelador entender cómo
comienzan a aparecer en el Alto Caura (Sur del país) una narrativa indígena
anti minera toda vez que se acumula un caudal de experiencias, tensiones y
alarmante realidades que anhelan contener esta actividad que por los momentos
pareciera incontrolable. No obviar que también se han presentado en la zona de
El Manteco (2015) protestas de mineros a favor de la actividad minera pero
entendemos que esto fundamentalmente se debe a conflictos vinculados a
problemas de distribución económica.
Territorialización, des-territorialización y "ruptura metabólica".Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
No
requiere de considerables pruebas el hecho de que las rupturas “metabólicas
sociales” producto de dinámicas conflictivas fomentan la aparición de patrones
de insostenibilidad social, económica y ecológica que deben ser atendidos
integralmente por el Estado – Gobierno.
Esto viene concomitante con las aseveraciones del compañero Emiliano Terán Mantovani
cuando, no nada más cartografiando estas dinámicas conflictivas ambientales
sino haciendo seguimiento pormenorizado del tema petrolero nacional – global
que apuntan hacia la crisis del petro- estado y el probable agotamiento del
eco-régimen asociado a éste.
Saltan
ante el auditorio las gráficas sobre rentabilidad del petróleo comparándose a
Venezuela con los Estados Unidos de Norteamérica. De igual manera se revela la
lámina donde, a partir de declaraciones del actual Ministro del Poder Popular
para la Energía y Petróleo, Eulogio del
Pino: “(…) Alrededor del 90% de la
extracción del oro en Venezuela proviene de la minería ilegal”. En el caso
del oro, el compañero Emiliano destaca que para el año 2009 por la vía de la
minería “no formal” se extrajeron de toda Venezuela 12.23 toneladas; en el año
2014 hubo un notable descenso: 1.09 toneladas pero para este año (2016) se
proyectan ya de 10 a 15 toneladas anuales de este mineral.
Historia de la producción aurífera en Venezuela. Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
Al
tocar estos temas es impostergable hablar de las mutaciones e hibridaciones (legal – ilegal/ formal –informal/
capital privado – capital público/ militares – mafias mineras) que nos llevan a
replantear, a re-elaborar un nuevo sentido de la gobernanza en estas zonas del
conflicto ecológico donde se establecen las duras apropiaciones de los
elementos naturales apetecibles para el capital trasnacional capitalista.
En
cuanto a las tendencias y conclusiones, me sirvo de fotografías de las
importantes láminas presentadas por Emiliano Terán Mantovani para someter a
debate, a riguroso, argumentado y propositivo debate esta creciente elevación
de la injusticia ambiental a escala nacional que nos atiza, que nos remueve y
que nos desafía a emprender, insistir siempre en ello, a “resolvernos en
multitud” para que no haya patria “desarrollada” con elevados niveles de
exclusión y desconocimiento de las cosmovisiones otras a las que abundan en los
centros urbanos, consumistas “petrolizados” del norte costero del país que
habitamos y nos habita.
Destaco,
antes de insertar las imágenes de las láminas una consideración del compañero
Emiliano afín a lo anteriormente dicho en las líneas anteriores: “Se crean
condiciones para una ambientalización de las luchas populares, incluyendo en
las ciudades”. Yo añado y recalco que es este, no lo dudemos, el acervo del poder constituyente
ecosocialista que debe ser capaz de, trabajando por la salvaguarda de la
vida perdurable[vi],
ecologizar la revolución. En relación a esto último que se plantea recomiendo
leer la nota de mi autoría: ¿Seremos
capaces de ecologizar la Revolución Bolivariana?
A continuación las láminas de la autoría de Emiliano Terán Mantovani con algunas tendencias y conclusiones:
Algunas tendencias y conclusiones (I). Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
Algunas tendencias y conclusiones (II). Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
Algunas tendencias y conclusiones (III). Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
Finalmente
el respetable y reconfortante debate así como la interacción despertada al
cierre de la conferencia: “Lecturas del
extractivismo desde los territorios: Hacia una geografía de los conflictos
ambientales en Venezuela” del investigador y compañero Emiliano Terán
Mantovani nos lleva, a mi humilde juicio, a no perder de vista que:
- Debemos seguir indagando, “oteando” la conflictividad tensionante que se genera cuando en un país como Venezuela, se propicia desde el petro–Estado, desde su eco-régimen (sometimiento de la naturaleza con fines de expoliación extractivista) una notable re-primarización y una notable desindustrialización.
- Los
extractivismos acá trabajados en la conferencia están ampliamente
asociados con el extractivismo minero energético sin embargo no debe
perderse de vista que existen diversos extractivismo (pesquero, agrícola,
urbano, etc.) y diversos conflictos asociados a éstos.
- En cuanto a la gobernanza territorial: ¿Cuál es el rol o papel de los diversos actores?
¿Ausencia de Estado?, ¿Hacia nuevos regímenes de gobernanza? Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.
- Los
actores ecológicos a ser considerados en el mapeo de conflictos
ecológicos: El pueblo afro-descendiente (verbigracia lucha ecológica difusa (ecologismo de los pobres) pero real asociada a la
Laguna de Tacarigua, estado Miranda así como la población de El Callao,
estado Bolívar al sur del país).
- El
replegamiento hacia el “centro ¿geográfico?, ¿administrativo?” de las
políticas de inversión – atención social del gobierno bolivariano
indudablemente, dado el descenso del ingreso petrolero, Las poblaciones
han quedado “en suspensión”. Estas políticas de “inversión social” replegadas obligan
a las poblaciones en estados “de sobrevivencia” a procurarse los medios de
vida (“por un gramo de oro”) y terminan insertos en la depredadora lógica
de la minería ilegal.
- Ante
la necesidad de uno de los asistentes a la conversa de “tomar en cuenta al
habitante que necesita sobrevivir en las territorialidades de conflicto
ecológico (Zonas de Sacrificio Ambiental)
para que hablen los habitantes y no nada más los datos compilados y
filtrados para ser “cartografiados”, el compañero Emiliano respetuosamente
comenta que como investigador él está vinculado al estudio de las
estructuras del poder pues interesa entender el “sujeto” más allá de lo
privado y lo público. Sabemos y entendemos que es menester saber cómo
luchan los “sujetos ambientales” en estos conflictos sin embargo es clave
no perder de vista que casualmente por ser esto un mapeo de las dinámicas
conflictivas ecológicas se requiere no visibilizar toda la información por
resguardo básico y altamente entendible de los sujetos, movimientos y del
propio investigador. Añade más el investigador Emiliano: “Debemos pensar
el Estado más allá de su materialidad para avanzar hacia lo
fenomenológico, es decir, hacia la determinación de las relaciones
(diversas por demás) con el Estado.
- Datos
claves: La Iniciativa de
Integración de las Infraestructuras de la Región Suramericana (I.I.R.S.A) ahora se
denomina Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento COSIPLAN y
este “cambio de ropaje con el mismo enfoque desarrollista
neoliberal” requiere acucioso y articulado esfuerzo para hacerle digno contrapeso
en la región. También se recomienda revisar la categoría “Ecología Mundo Capitalista”
acuñado por Jason W. Moore. Ver: http://www.jasonwmoore.com/uploads/Moore__El_Auge_de_la_ecologia-mundo_capitalista__Part_I__Laberinto__2013.pdf.
(I) y http://www.jasonwmoore.com/uploads/Moore__El_auge_de_la_ecolog_a-mundo_capitalista__II.pdf
(II)
*
* *
Más
información sobre el compañero investigador Emiliano Terán Mantovani así como
de insumos para el debate ecológico político de su autoría (fuente Rebelión)
revisar: http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Emiliano%20Teran%20Mantovani&inicio=0
Más imágenes de la conferencia:
Presentación inicial por parte de la Dra. Eglee Zent. Centro de Antropología IVIC.
En el debate colectivo luego de la conferencia del investigador.
Cierre de la conferencia. Se encienden los desafíos colectivos.
6 de Octubre de 2016.
El Amarillo, Estado Miranda. 10:21 a.m.
[i]
Nunca obviemos la bio-prospección y la bio- piratería como estrategias de
saqueo o versiones más sofisticadas, pero igual de nefastas, del esquema de
“acumulación por desposesión” que hacen los países hegemónicos del Norte de los
países del Sur.
[ii]
Tantos los antecedentes como el conversatorio.
[iii]
Nosotros, los ecologistas los entendemos como elementos.
[iv]
Ver: http://ejatlas.org
[v] ¿Cuándo posicionaremos la exigencia de cumplimiento de objetivos macro-ecológicos? Ver en clave crítica: Objetivos del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas O.N.U. y planteamientos asociados a considerar a la Madre Tierra (Pachamama) como sujeto de derecho.
Ver la Constitución
del Estado Plurinacional de Bolivia / Título II: Medio Ambiente Recursos
Naturales, Tierra y Territorio (2009) y la Constitución de la República de Ecuador, Capítulo Séptimo (2008).
También ver ensayos: Nuevas narrativas constitucionales en Bolivia y Ecuador: el
buen vivir y los derechos de la naturaleza escrito por Cletus
Gregor Barié (2014) y Ecología Política de la Naturaleza en las Constituciones de
Bolivia y Ecuador escrito por Eduardo Gudynas (2010) .
[vi] Manejo
esta "categoría" en contraposición poética y militante versus la idea fuerza
(estafa) del desarrollo sustentable-sostenible. La misma está asociada a la
poética del venezolano Aquiles
Nazoa, impecable ser sensible de nuestra nación.
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