jueves, octubre 06, 2016

Una nota sentipensante sobre el conversatorio: “Lecturas del extractivismo desde los territorios: Hacia una geografía de los conflictos ambientales en Venezuela” del joven investigador venezolano Emiliano Terán Mantovani.

 El investigador y compañero Emiliano Terán Mantovani en plena conferencia. Centro de Química IVIC. 



 Texto y fotografías por: MSc. Nicanor Cifuentes Gil
Docente Universidad Bolivariana de Venezuela (U.B.V.). Sede Caracas.
Miembro del Frente de Resistencia Ecológica del Zulia (F.R.E.Z.)


Del conversatorio con el investigador Emiliano Terán Mantovani, celebrado este martes 4 de octubre en las instalaciones del auditorio del Centro de Química del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) son muchas los aspectos a destacar pues, como sabemos, no suelen abundar esfuerzos de investigación y divulgación de los mismos centrados en un discurso por encima del “jaloneo” maniqueo que abunda en nuestra cotidianidad política y social. Con esto quiero decir que se agradece un discurso de altura, respetuoso y regido por importantes niveles de respeto para con el tema tratado como para los que asistimos al conversatorio.

Mapear dolencias, conflictividades, orienta literalmente el rumbo académico pero mucho más la senda que habremos de seguir los que entendemos los decires y enfoques de la ecología política y la militancia ecológica que nos obliga a “caminar la palabra”, a sudar esfuerzos que nos imponen “resolvernos en multitud” de visiones, de seres, de espacios y tiempos para que se materialice un anhelo plural de sana e integral vinculación de nuestra especie humana con las demás pertenecientes a la biodiversidad planetaria.

La territorialidad y sus consabidas dimensiones de apropiación simbólica y fáctica de los territorios por parte de colectivos humanos (pueblos, naciones) se encuentra en notable vulnerabilidad y sometida a imposiciones que el sistema mundo capitalista genera en su máxima esquizoide de afán de lucro y maximización de ganancias de los pocos (pero muy poderosos) sectores económicos del planeta.

En este sentido la investigación del compañero Emiliano nos sitúa en una notable actualización de los conflictos socio-ambientales en nuestra nación, la República Bolivariana de Venezuela, nación caracterizada por la extrema dependencia de la renta petrolera y de la imposición de una economía rentística de puerto desde donde se exportan materias primas (fundamentalmente energéticas) y donde la industrialización y los enfoques de productividad son desplazados por una cultura “rentística”, altamente importadora y parásita de lo que entendemos, dada su particularidad y dependencia con el petróleo, de petro-Estado.

Eco-régimen en la Revolución Bolivariana. Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.

Pero el conversatorio no se queda en la exhibición de las unidades de análisis y en los criterios metodológicos que llevaron a compilar la información que da cuenta de los conflictos sociales y ambientales que, a lo largo y ancho, de nuestra matria, develan las tensiones y los pretéritos y muy novísimos ordenamientos territoriales gestados por la lógica económica capitalista a la que no escapa nuestro país. Estas “nuevas fronteras de los commodities que se dibujan en la región norte del continente suramericano y que, desde las zonas de influencia del capital trasnacional sediento de petróleo, oro, coltán, bauxita, agua, así como de genes pertenecientes a especies biológicas de nuestro neo-trópico venezolano[i], se extreman cada vez más con conveniencia o escasa capacidad de control de los estados naciones han generado y generarán tensiones, cicatrices y conflictos en la biogeografía así como en los pueblos y sus cosmovisiones. 

En el entendido que es vital hacer acopio sistemático de lo que se viene suscitando en nuestra región y país sobre estas tensiones, saber de este esfuerzo investigativo de alto rigor académico y no menos sensible y de militancia ecológica, por parte del compañero Emiliano Terán Mantovani, nos desafía a seguir creyendo empecinadamente en la articulación de más voces y sentires de comunidades intelectuales, indígenas, afrodescendientes, campesinas, pesqueras, urbanas que, atizadas por las consideraciones anti-patriarcales y de respeto a la sexo-género-diversidad, nos obligan de continuo a seguir insistiendo en la articulación de nuestros acervos senti-pensantes, que, como poder constituyente eco-socialista, nos caracteriza y enlaza como común y digno punto de encuentro propositivo y post - capitalista.

Más allá de los antecedentes del “intento” de conversatorio en los espacios del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), de innegable y reveladora condición polémica[ii] dado que sabe pulsar puntuales nudos críticos que exacerban y accionan los niveles de ¿auto-defensa? del proyecto entendido como “bolivariano y chavista” en cuanto a la tolerancia a la crítica rigurosa y propositiva de las políticas económicas, ambientales y culturales ejercidas por el Presidente Nicolás Maduro Moros, este espacio – tiempo que nos dimos desde la solidaridad y la gana “martiana” de reconocer lo que somos para resolver lo que seremos como militancia ecológica consciente de los que representan los extractivismos de viejo y nuevo signo, esta postura valiente del compañero Emiliano no debe quedar subsumida por coyunturas de bando y bando (si cabe la expresión) sino que debe generar un punto de inflexión para acercar(nos) desde la idea emancipadora necesarios “vasos comunicantes” para saber qué estamos haciendo como país y con la naturaleza bio-diversa que dentro de él se encuentra.

El manejo investigativo de amplio espectro nacional de los actores involucrados en los conflictos de tipo socio-ambiental, de los habitantes así como de sus tensionados modos de vida ante el enquistamiento de formas de apropiación del territorio (y de sus vidas) configura, a mi humilde entender un valioso e inédito aporte para la ecología política venezolana y suramericana toda vez que da luces muy nítidas de lo que se ha venido gestando- incubando desde el eco régimen que en nuestro particularizado petro – estado sigue manteniendo su tendencia y no pareciera encontrar nuevos esquemas, enfoques, decires ni haceres pese a que ya se ha hecho del común de la población la necesidad de entendernos como una nación en transición al Eco-socialismo (verbigracia el V Objetivo Histórico del Plan de la Patria: Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana).

Centrado en la idea – fuerza del investigador Gudynas, Emiliano nos recuerda que debemos vincular el fenómeno del “extractivismo” como un emprendimiento específico. Es en los territorios donde se da la extracción y de allí que sean (notorios y a momentos no) las nuevas ordenaciones del territorio desde la lógica capitalista. En este sentido la lectura que se hace del extractivismo es desde los territorios y se pretende avanzar hacia una geografía de los conflictos ambientales en Venezuela.

Es revelador saberse inmerso en un país donde, en los actuales momentos en los que se redacta esta nota, en los actuales momentos y “en pleno desarrollo” existen, se configuran emblemáticamente 20 conflictos ecológicos donde sin duda estamos en presencia de un notable y agravado desajuste de distribución económica y ecológica (difícil separar el uno del otro). Entonces es cuando reiteramos, ante la nítida evaluación de estos casos, que el ordenamiento del territorio ha estado y sigue estando en función del extractivismo.

Emiliano Terán Mantovani destaca en un momento de su reveladora conversa que siempre  hay zonas donde hay reservas de “recursos”[iii] naturales y allí se generan “quiebres acumulativos de capital” y que en el caso venezolano están, fundamentalmente remitidos a las zonas del Estado Bolívar (centro sur del país) enmarcadas fundamentalmente con la Faja PetrolíferaArco Minero del Orinoco y  la Sierra de Perijá (noroccidente del estado Zulia) al occidente del país. (En este sentido recomiendo leer la nota: “Los arcos mineros: De Perijá al Orinoco, de mi autoría sobre una luminosa conversa colectiva con el antropólogo y militante en defensa de los derechos humanos y ambientales MSc. Lusbi Portillo)

En el transcurso del conversatorio, pendulamos entre la novedad reveladora y el asombro desafiante que convoca a seguir haciendo más en procura de rigurosas investigaciones académicas así como de diálogos fecundos con las comunidades, con el poder constituyente ecologista (ecología de los pobres). Emiliano ofrenda el siguiente dato: 82 conflictos socio-ambientales presentes en 18 de las 24 entidades político administrativas (estados) de nuestro país. Un mapa de la República Bolivariana de Venezuela cruzado por una línea ecuatorial separa a un país en cuyo norte abundan dinámicas urbanas conflictivas centradas en la “formalidad” que se asocia a la primera industria de extracción petrolera y de refinación petroquímica del país: Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). Hacia el sur de esta línea ecuatorial que el investigador establece, la dinámica conflictiva “en promedio” no es tan formal, no está asociada mayormente a institución pública estatal y es allí donde destaca la minería y extracción maderera ilícita. El solo hecho de esta compilación ya nos orienta sobremanera.

Varios, revela el compañero Emiliano, fueron los criterios, variables a ser considerados, cada uno de ellos con escalas de variado tenor, para así poder destacar el tipo de conflictividad ambiental, la contemporaneidad del mismo, las funciones ecológicas mermadas por  estas dinámicas conflictivas e incluso los niveles alarmantes de militarización de los casos considerados. Esta metodología se asume honesta, no existe en la narrativa del joven investigador la patológica ausencia de reciprocidad que caracteriza a la academia encasillada en el afán de “lucro académico” donde la más de las veces las comunidades en estudio son “saqueadas” son meros objetos de estudio poseedoras de un “lucrativo” conocimiento que habrá de legitimarse en las “honorables” universidades nacionales e internacionales. 

Esto es tan notable y digno de destacar pues ya se configuró un útil Atlas de la Justicia Ambiental[iv] (encabezado por las orientaciones del destacado investigador catalán Joan Martínez Alier) donde Venezuela ya cuenta con una importante actualización de sus conflictos ambientales. De igual manera es vital mencionar el investigador Emiliano Terán Mantovani, siguiendo esquemas metodológicos parecidos a los empleados en la configuración de este Atlas, ofrenda a la comunidad un relevante Dossier – Expediente sobre el Proyecto Arco Minero del Orinoco (A.M.O.).

Tener un mapa para orientarnos a escala nacional es una grande herramienta para orientar articulaciones en el mediano y largo plazo y para que desde la “cartografía del presente” se puedan “otear” vulnerabilidades denunciables, incrementos de la “criminalización de la disidencia” hacia proyectos de mega-minería o mega-infraestructuras que comprometan el derecho que tienen futuras generaciones al disfrute íntegro de la naturaleza.

Saber que son alarmantes las crecientes “Zonas de Sacrificio Ambiental” y que se comienzan a establecer nuevas variables en virtud de los que se viene gestando en la dimensión real, en el pleno desarrollo, de los acontecimientos nos obliga a prestar acuciosa atención de las diversas movilizaciones que, dada su particular tipología, aunado al incremento de los niveles de violencia (¿innegable lucha de clases- intereses económicos?) demandan mayores esfuerzos para la contención integral y colectiva solvencia de los conflictos.

Pasarse por conceptualizaciones y categorías de la ecología política y ver como las mismas se erigen en el plano real, se cartografían y se inflaman a partir de duros testimonios de personas, movimientos ecologistas revela la insoslayable necesidad de emprender creativos insumos para el debate y la acción.

Revela el investigador Emiliano que en un país petrolero como la República Bolivariana de Venezuela, el mayor conflicto socio-ambiental está asociado al “commoditie” oro. Así vemos una linealidad alarmante: Boom (expansión) de los commodities, expansión desarrollista y aumento de los picos de conflicto.

El planteamiento metodológico y propositivo pretendieron revelar (reconociéndonos) desde la pragmática del poder cómo se materializa la categoría petro – Estado y cómo ha venido desplegándose su influencia para contribuir al aumento de una notable acumulación capitalista, de una maximización del discurso (gastado pero siempre relanzándose como “nuevo”) amparado en los objetivos macro-económicos.[v], de una lamentable y esquizoide apropiación de los “recursos” naturales con una evidente asimilación de las posturas críticas a este accionar del petro-Estado a partir de la asimilación y/o cooptación que propicia la política rentística como ética negativa que se ha venido incubando en el país desde que comienza la explotación del petróleo.

Acercarnos, de la mano del propio investigador, en la geografía política de los impactos socio- ambientales nos obligó a revisar cuáles serán las afectaciones de las fuentes de agua, cómo esto tributa, se conecta con presentes y futuros escenarios de inseguridad alimentaria y con una notable pérdida de la biodiversidad. En este mismo reconocimiento “senti-pensante” pudimos enterarnos de conflictos ambientales asociados a exposición a desechos tóxicos de alto impacto poblacional tales como los provenientes del mercurio (Hg), ácido sulfhídrico (H2S) así como coque de petróleo. Saber de este flujo de desechos tóxicos, observarlo en un mapa de escala nacional obliga a trascender el debate y pasar a la acción ecológica militante – propositiva.

Geografía política de los impactos socio-ambientales en Venezuela. Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.

Y es entonces cuando la territorialidad se desmembra ante estos conflictos que se erigen a escala nacional y se presenta la “ruptura metabólica”. Pese a ver conflictos de los cuáles es complejo (y hasta inviable) separar lo económico de lo ecológico, es revelador entender cómo comienzan a aparecer en el Alto Caura (Sur del país) una narrativa indígena anti minera toda vez que se acumula un caudal de experiencias, tensiones y alarmante realidades que anhelan contener esta actividad que por los momentos pareciera incontrolable. No obviar que también se han presentado en la zona de El Manteco (2015) protestas de mineros a favor de la actividad minera pero entendemos que esto fundamentalmente se debe a conflictos vinculados a problemas de distribución económica.

Territorialización, des-territorialización y "ruptura metabólica".Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.

No requiere de considerables pruebas el hecho de que las rupturas “metabólicas sociales” producto de dinámicas conflictivas fomentan la aparición de patrones de insostenibilidad social, económica y ecológica que deben ser atendidos integralmente por el Estado – Gobierno. Esto viene concomitante con las aseveraciones del compañero Emiliano Terán Mantovani cuando, no nada más cartografiando estas dinámicas conflictivas ambientales sino haciendo seguimiento pormenorizado del tema petrolero nacional – global que apuntan hacia la crisis del petro- estado y el probable agotamiento del eco-régimen asociado a éste.

Saltan ante el auditorio las gráficas sobre rentabilidad del petróleo comparándose a Venezuela con los Estados Unidos de Norteamérica. De igual manera se revela la lámina donde, a partir de declaraciones del actual Ministro del Poder Popular para la Energía y Petróleo, Eulogio del Pino: “(…) Alrededor del 90% de la extracción del oro en Venezuela proviene de la minería ilegal”. En el caso del oro, el compañero Emiliano destaca que para el año 2009 por la vía de la minería “no formal” se extrajeron de toda Venezuela 12.23 toneladas; en el año 2014 hubo un notable descenso: 1.09 toneladas pero para este año (2016) se proyectan ya de 10 a 15 toneladas anuales de este mineral.

Historia de la producción aurífera en Venezuela. Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.


Al tocar estos temas es impostergable hablar de las mutaciones e hibridaciones (legal – ilegal/ formal –informal/ capital privado – capital público/ militares – mafias mineras) que nos llevan a replantear, a re-elaborar un nuevo sentido de la gobernanza en estas zonas del conflicto ecológico donde se establecen las duras apropiaciones de los elementos naturales apetecibles para el capital trasnacional capitalista.

En cuanto a las tendencias y conclusiones, me sirvo de fotografías de las importantes láminas presentadas por Emiliano Terán Mantovani para someter a debate, a riguroso, argumentado y propositivo debate esta creciente elevación de la injusticia ambiental a escala nacional que nos atiza, que nos remueve y que nos desafía a emprender, insistir siempre en ello, a “resolvernos en multitud” para que no haya patria “desarrollada” con elevados niveles de exclusión y desconocimiento de las cosmovisiones otras a las que abundan en los centros urbanos, consumistas “petrolizados” del norte costero del país que habitamos y nos habita.

Destaco, antes de insertar las imágenes de las láminas una consideración del compañero Emiliano afín a lo anteriormente dicho en las líneas anteriores: “Se crean condiciones para una ambientalización de las luchas populares, incluyendo en las ciudades”. Yo añado y recalco que es este, no lo dudemos, el acervo del poder constituyente ecosocialista que debe ser capaz de, trabajando por la salvaguarda de la vida perdurable[vi], ecologizar la revolución. En relación a esto último que se plantea recomiendo leer la nota de mi autoría: ¿Seremos capaces de ecologizar la Revolución Bolivariana? 

A continuación las láminas de la autoría de Emiliano Terán Mantovani con algunas tendencias y conclusiones:

Algunas tendencias y conclusiones (I). Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.

Algunas tendencias y conclusiones (II). Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.

Algunas tendencias y conclusiones (III). Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.


Finalmente el respetable y reconfortante debate así como la interacción despertada al cierre de la conferencia: “Lecturas del extractivismo desde los territorios: Hacia una geografía de los conflictos ambientales en Venezuela” del investigador y compañero Emiliano Terán Mantovani nos lleva, a mi humilde juicio, a no perder de vista que:

  • Debemos seguir indagando, “oteando” la conflictividad tensionante que se genera cuando en un país como Venezuela, se propicia desde el petro–Estado, desde su eco-régimen (sometimiento de la naturaleza con fines de expoliación extractivista) una notable re-primarización y una notable desindustrialización.
  • Los extractivismos acá trabajados en la conferencia están ampliamente asociados con el extractivismo minero energético sin embargo no debe perderse de vista que existen diversos extractivismo (pesquero, agrícola, urbano, etc.) y diversos conflictos asociados a éstos.
  • En cuanto a la gobernanza territorial: ¿Cuál es el rol o papel de los diversos actores?
¿Ausencia de Estado?, ¿Hacia nuevos regímenes de gobernanza? Lámina autoría de Emiliano Terán Mantovani.

  • Los actores ecológicos a ser considerados en el mapeo de conflictos ecológicos: El pueblo afro-descendiente (verbigracia lucha ecológica difusa (ecologismo de los pobres) pero real asociada a la Laguna de Tacarigua, estado Miranda así como la población de El Callao, estado Bolívar al sur del país).

  • El replegamiento hacia el “centro ¿geográfico?, ¿administrativo?” de las políticas de inversión – atención social del gobierno bolivariano indudablemente, dado el descenso del ingreso petrolero, Las poblaciones han quedado “en suspensión”. Estas políticas de “inversión social” replegadas obligan a las poblaciones en estados “de sobrevivencia” a procurarse los medios de vida (“por un gramo de oro”) y terminan insertos en la depredadora lógica de la minería ilegal.

  • Ante la necesidad de uno de los asistentes a la conversa de “tomar en cuenta al habitante que necesita sobrevivir en las territorialidades de conflicto ecológico (Zonas de Sacrificio Ambiental) para que hablen los habitantes y no nada más los datos compilados y filtrados para ser “cartografiados”, el compañero Emiliano respetuosamente comenta que como investigador él está vinculado al estudio de las estructuras del poder pues interesa entender el “sujeto” más allá de lo privado y lo público. Sabemos y entendemos que es menester saber cómo luchan los “sujetos ambientales” en estos conflictos sin embargo es clave no perder de vista que casualmente por ser esto un mapeo de las dinámicas conflictivas ecológicas se requiere no visibilizar toda la información por resguardo básico y altamente entendible de los sujetos, movimientos y del propio investigador. Añade más el investigador Emiliano: “Debemos pensar el Estado más allá de su materialidad para avanzar hacia lo fenomenológico, es decir, hacia la determinación de las relaciones (diversas por demás) con el Estado.



* * *

Más información sobre el compañero investigador Emiliano Terán Mantovani así como de insumos para el debate ecológico político de su autoría (fuente Rebelión) revisar: http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Emiliano%20Teran%20Mantovani&inicio=0


Más imágenes de la conferencia:


Presentación inicial por parte de la Dra. Eglee Zent. Centro de Antropología IVIC.

En el debate colectivo luego de la conferencia del investigador. 

Cierre de la conferencia. Se encienden los desafíos colectivos.




6 de Octubre de 2016.
El Amarillo, Estado Miranda. 10:21 a.m.






Notas:
[i] Nunca obviemos la bio-prospección y la bio- piratería como estrategias de saqueo o versiones más sofisticadas, pero igual de nefastas, del esquema de “acumulación por desposesión” que hacen los países hegemónicos del Norte de los países del Sur.

[ii] Tantos los antecedentes como el conversatorio.

[iii] Nosotros, los ecologistas los entendemos como elementos.

[v] ¿Cuándo posicionaremos la exigencia de cumplimiento de objetivos macro-ecológicos?  Ver en clave crítica: Objetivos del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas O.N.U. y planteamientos asociados a considerar a la Madre Tierra (Pachamama) como sujeto de derecho. 


Ver la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia / Título II: Medio Ambiente Recursos Naturales, Tierra y Territorio (2009) y la Constitución de la  República de Ecuador, Capítulo Séptimo (2008). 

 

[vi] Manejo esta "categoría" en contraposición poética y militante versus la idea fuerza (estafa) del desarrollo sustentable-sostenible. La misma está asociada a la poética del venezolano Aquiles Nazoa, impecable ser sensible de nuestra nación.