¡Por algo pasó lo que pasó!
Ideas, "fraseos" sobre lo
acaecido en el plebiscito en Colombia.
Por: MSc. Nicanor
Cifuentes Gil
Docente de la
Universidad Bolivariana de Venezuela.
Hijo de padre y madre
colombianos.
Es 2 de octubre y en Venezuela, desde donde escribo estos "fraseos" son apenas las 9:07 p.m. En la matria colombiana, sacudida ante la “bofetada” del triunfo del NO en el plebiscito para refrendar (o no) los acuerdos de Paz adelantados en la ciudad de La Habana, Cuba. Entiendo que sigue irreversible la tendencia y yo ya dejé de seguir los boletines preliminares del plebiscito: A las 7:34 pm Telesur hablaba de un 50,22% para la opción del NO y de un 49,77 % para la opción del SÍ.
Sin duda se pasa de la vergüenza al
temor. Se piensa en el arduo trabajo para negociar estos acuerdos, se piensa
sobre todo, por encima de todo, en las víctimas de este conflicto fratricida
que hunde sus dolores con el asesinato del Mariscal José Antonio Sucre en
Berruecos y que, con la muerte de Simón Bolívar, el parricidio de Colombia,
mantienen en zozobra a la población del hermano país.
Niños que develan ante las cámaras
incertidumbre ante el futuro. Álvaro Uribe Vélez desde el Centro
Democrático (tremenda estafa el nombre de este partido político) posiciona
a lo Joseph Goebbels la tergiversación, la farsalia se crece y
la sociología del terror hace el resto en las zonas urbanas, las que ven por
medios de comunicación masivos y ahora por redes sociales las secuelas de este
conflicto violento, armado. El país que padece la guerra grito sí a los
acuerdos pero esta vez deberá esperar, nuevamente posponer su sueño de matria
digna para que tenga que tejerse un nuevo espacio tiempo para avanzar hacia la
anhelada paz.
Sin duda cabe la expresión que una
derecha, más papista que el papa Francisco, develó su apego al colonialismo
del poder, a la rancia oligarquía que en el eje cafetero, en el
departamento de Antioquia mantiene su control eclesial (alto clero) sobre las poblaciones.
Es allí, no lo obviemos, donde se incuba el anticomunismo anacrónico
e ígnaro y desde donde se irradia el más godo conservadurismo ajeno a la vida
digna, ajeno a la plural y diversa Colombia que sabemos existe y ansía erigir
estable Paz.
Tengo estos resultados en intermitencia,
latiendo en mí y les ofrendo estas “fotografías” del plebiscito: En
Bogotá, a las 7:12 p.m. de este domingo, la opción del SÍ vence
con 53,04 % mientras en Medellín, bastión inocultable y cuna del
paramilitarismo (lamentable decirlo) lidera la opción del No con 63.5%. En el
Caquetá el NO alcanza con 53.04% mientras que en el Guaviare el SÍ gana con
52.86%.
Si, antes estas opciones es obvia la
polarización pero la geografía hunde sus raíces en lo geohistórico y
sociopolítico: En Cundinamarca el NO alcanza triunfal un 56.52 %, en Boyacá el
SÍ se lleva el 50.08%.
Revolotean preguntas ante este hoy ¿irreversible
escenario político? Que se abriría la opción de la Constituyente en la
República de Colombia pero esta vez como opción positiva (y no retrógrada como
la ha venido anunciando el uribismo y su partido estafa el Centro
Democrático?)
Más temprano se sentía un abismo real,
un limbo para la paz, para la entrega programada de armas (desarme) de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo (FARC – EP).
Ya a las 7:50 p.m. las FARC – EP,
en la voz de Rodrigo Londoño –Timochenko-, y desde la
Habana, mantienen optimismo y cautela ante estos resultados pues están ganados
para mantener los acuerdos: “Nuestra arma seguirá siendo la palabra” calma a
más de uno que fue invadido de tensión y frustración por estos resultados
puntuales.
A las 8:01 p.m. (hora venezolana)
Santos, el presidente en pose estadista, asume los resultados: “Ha ganado
el No. Soy el primero en reconocer el resultado”. Lo más resaltante, a
mi humilde y esperanzado juicio, es que en sus 5 minutos aproximados de
alocución, con su gabinete y representantes del Estado en los acuerdos
celebrados en La Habana, Santos mantiene el cese bilateral y definitivo del
conflicto armado. Eso denota que se mantendrá lo acordado y que obviamente no
habrá de desdibujarse ni la legitimidad que tiene como Presidente de “tod@s l@s
colombian@s” ni como garante de la Paz firmada ante países acompañantes de
estos acuerdos históricos.
Señala un luminoso Iván Cepeda ante
las pantallas de Telesur: “El acuerdo está ahí. Hay que tejer un
escenario para seguir avanzando. No vamos a permitir volver a las condiciones
de la guerra”. Jorge Rojas (defensor de Derechos
Humanos) en la misma tónica afirma a la reportera Telesur: “Vamos a
defender el proceso de paz. Esto es como una bofetada a las víctimas. Debemos
pedirle perdón a las víctimas de nuevo”.
En definitiva, entendemos: La tarea que
sigue es abrazar los acuerdos de La Habana.Sigue vigente lo
propuesto en enero de este año por la propositiva, combativa y luminosa
juventud de izquierda colombiana (REMA ACPP: El Postconflicto
militarizado) es vital “la apropiación popular de los
acuerdos de PAZ”.
En medio de esto que se presencia en
directo en la televisión del SUR, aparece un extrañamente calmado y
prefabricado ventrílocuo de fuerzas foráneas y hegemónicas. Está al habla Francisco
Santos, familiar del presidente pero embarcado en la opción del No: “Las
FARC EP deben renegociar algunos acuerdos. El Centro Democrático propone
renegociar los acuerdos de La Habana”. Es decir, en una puesta en escena
inocultable se deja ver este ser y lo que representa de oprobio y malestar para
el pueblo colombiano como un destacado interlocutor que ahora va a ¿guiar
y definir? el rumbo de lo acordado en La Habana.
Insisto en lamentar, en tono fariano,
que el poder destructivo de los que siembran terror y mentira haya sido más
fuerte en esta contienda plebiscitaria.
Aparece Piedad Córdoba para
entender que estas fueron las reglas propuestas y que no debe pensarse “en
tirar la toalla”. Esto que ha acontecido revela a ambos bandos buscando
acercarse a una necesaria negociación para que el camino a la paz no
deje vencedores ni vencidos. Señala la luchadora por los Derechos Humanos,
la afrocolombiana Piedad: “Este es un llamado a la concordia. Yo creo que
aquí nos vamos a encontrar. Debe activarse la “pedagogía de la
PAZ”. Era importante haber pasado por esta “experiencia del plebiscito”.
Es momento de despolarizarnos sigue
afirmando la valiente mujer que es Piedad córdoba. Tiempo es del ramo de olivo,
de buscar y erigir la paz. Es hora cuando más es necesario el diálogo nacional
sin extremismos ni cegueras. Debemos pues, sigue diciendo, ser capaces de
construir la paz.
La constituyente sería un escenario. Son
necesarias, a juicio de la compañera Córdoba, nuevas reformas, por ejemplo
garantías para la oposición política. La población colombiana requiere de
acceso a la vivienda digna, a la educación y a la salud y esto son retos reales
en la construcción de una tangible PAZ, más allá y desde los propios acuerdos
trabajados en la ciudad de La Habana, Cuba.
Un escenario para entender esto: La
abstención. Un 63% aproximadamente no se sintió convocado a ejercer su
importante opinión sobre un tema medular de la vida y el futuro colombiano. “Hay
luz en la poterna y guardián en la heredad”. Con optimismo señala la
colombiana Piedad Córdoba: “Hoy estos resultados nos han dado una oportunidad
para encontrarnos. Por algo pasó lo que pasó.
Fotografía: Nicanor
Cifuentes Gil. Plaza de Bolívar. Bogotá.
Después, en sucesivas entregas y sin
afán de “explicólogo”, reforzaremos tres ideas - fuerza claras
para seguir atizando debate plural:
1) La relación de estos resultados con
la figura del Presidente Santos.
2) Las encuestas estuvieron equivocadas
hasta ayer: (Lo que dice la gente a el/la encuestador(a) no se equipara con el
voto en la urna). Existe un nuevo país, existen si duda alguna nuevos enfoques
y praxis sobre la conectividad del país que es Colombia. Colombia es un país de
ciudades y en ellas se mediatiza el conflicto armado a merced de los intereses
de los grandes medios de propaganda neoliberal trasnacional.
3) El país rural que
optó por el Sí (casi en grito) vs. El país urbano y
sometido a mayores dosis de alienación. No obviar poder eclesiástico
evangélico-sionista, insisto, activado como indetenible “mar de fondo” en estos
tiempos de fotocracia y democracia televisada.
9:54 p.m.
El Amarillo, San
Antonio.
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