sábado, septiembre 17, 2016

Ideas y exhortos para avanzar en el saneamiento integral de la cuenca estuarina del “lago” de Maracaibo. Estado Zulia. República Bolivariana de Venezuela.





MSc. Nicanor Cifuentes Gil,
Miembro del Frente de Resistencia Ecológica del estado Zulia (FREZ).

Al investigador, al docente y amigo Dr. José Elí Rincón por sus nítidas consideraciones que retomo atizado por la defensa de nuestra cuenca estuarina lacustre.

Al compañero de militancia ecológica Nelson Muñoz por acercarme transcritas dichas consideraciones.

Han sido tantas y tan agravadas las secuelas que el sistema extractivista y saqueador de recursos ha erigido desde la colonia (siglo XV) hasta los actuales tiempos en los que revisamos su devenir (siglo XXI) que solemos pensar, repitiendo lo inoculado en tantos siglos de dominio hegemónico imperial, que la única manera de relacionarnos con la naturaleza ha de ser desde el dominio, desde el control de las fuerzas “brutas” que rigen esa “indomable” pero “domesticable” sumatoria de fuerzas vivas pero no pensantes, pero no educadas, pero no creyentes fervorosas del triunfo de la razón sobre la materia. Y allí el más grave error y de allí sus derivaciones negativas e impactos hacia la geografía, la  biodiversidad y la sociodiversidad o, dicho en términos más entendibles, sus nefastas consecuencias sobre la tierra que nos incluye, sobre las vidas animales, vegetales y sobre las culturas que los seres humanos han generado a lo largo y ancho del orbe.

A estas alturas resultaría normal creer ciegamente en el progreso y en el desarrollo que el “sistema mundo moderno capitalista” vocifera a “todo pulmón” y quien optase, en su sano juicio, por “nadar en contracorriente” resultaría tildado de anormal o desestabilizador del sistema que se ha diseñado exógenamente para “el resto de la humanidad”.

Desde el estudio ecológico sobre las abundancias y distribuciones de los seres vivos, desde el escudriñamiento de las interrelaciones e interdependencias que la energía y materia generan permanentemente, hemos entendido que es grande, complejo y a la vez frágil el mundo que da cobijo a la vida tal y como la conocemos en este planeta. Ese estudio al que hacemos mención  genera sin duda alguna cambios paradigmáticos, cambios humanos en quienes lo experimentan y se reviste así de grande responsabilidad el oficio de, no nada más entender el funcionamiento de lo vivo y sus formas, sino el de difundir a más amplios auditorios, más allá de las aulas de clase de las facultades de ciencia, la necesaria transformación de los actuales modos en los que nos relacionamos con la “naturaleza que somos” y que no nada más “nos rodea”.

Transformar es mutar la forma que caduca; transformar es avanzar sin descanso y en hacer colectivo las tareas que religuen las teorías sobre la maravilla, la complejidad y fragilidad de nuestro cosmos natural con las necesarias acciones concomitantes para que esa maravilla, complejidad y fragilidad vital no sean menoscabadas, saqueadas, arrinconadas en celdas de cálculo utilitario definidas (para su beneficio y para su crecimiento) por el sistema capitalista que siempre ha apostado por la cosificación y mercantilización de la vida pues es ya un sistema decadente, permanentemente en crisis y altamente erosivo que sigue preso de la praxis infinita y voraz de “acumulación de capital”.

Transformar entonces lo que tenemos como sistema económico implica asumir grandes responsabilidades, por ejemplo, llevar a la praxis las éticas, las consideraciones que las “otredades” indígenas han sabido tejer en comunión respetuosa con el ecosistema que les incluye. Ese acervo de pulsiones, latencias, asombros, ritos, labores, visiones, creencias son las que pudieran contener la avanzada “de la maquinaria desarrollista” de allí que la tarea de la fuerza constituyente de todo estado nación, la fuerza de  los poderes populares en organicidad definidos como movimiento social ecologista sean clave para llevarnos a reveladores estadíos para asumir esa responsabilidad de transformar, de denunciar oprobios y de arrinconar al capital cada vez que cambie su discurso, su praxis, su trampa.

Ecología política más allá de las partidocracias, de los quiebres del sistema democrático convencional y representativo es lo que en sumatoria creativa y creadora en este momento del mundo que hacemos, convoca lo mejor de la ciencia y del saber sentipensante no académico (pero altamente vital) para erigir nuevas historias, nuevos protagonismos y nuevas participaciones que enrumbarán este camino al abismo al que nos tiene destinados “la locomotora del progreso capitalista”.

No se trata este fraseo de hacer cronología de los avances y mutaciones interesantes de la ecología como ciencia a la ecología como militancia vital en estos tiempos de cambios climáticos a escala global con sus lamentables y dolorosos “refugiados climáticos”, en estos tiempos de avances agravados de la frontera agrícola que vorazmente se devora el bosque primario para sembrar soya transgénica en el Amazonas, en estos tiempos de inflamaciones bélicas cada vez más irracionales. Se trata de ir ubicando en contexto qué somos como humanidad, qué nos ha inoculado inconscientemente el sistema economicista afanado por la acumulación de capital, cosificador de la vida, para destronarlo argumentadamente “en el adentro y en el afuera de nosotros” y qué podemos hacer desde nuestra localidad para vernos en globalidad capaz de generar cambios, transformaciones que urgen para salvar la vida en nuestro planeta.


Desde dónde redactamos nuestros decires y exhortos

Entonces, desde donde redactamos estos decires, nos sabemos ubicados en un sistema - cuenca estuarino que histórica y geológicamente ha estado definido por la mezcla de aguas salobres provenientes del Mar Caribe (vía Golfo de Venezuela) y de las aguas provenientes de los más de 135 ríos que drenan sus aguas hacia su concavidad natural o depresión geográfica. Vemos en amplia cobertura la vinculación entre la Serranía de Perijá y sus derivaciones hacia el noroccidente del estado Zulia, de la Serranía de Ciruma en la costa oriental del “lago” así como de la cordillera andina de Los Andes al sur como espacialidades biogeográficas interconectadas y definidoras de la cuenca del “Lago” de Maracaibo”. Son diversos ecológica y culturalmente cada uno de los espacios que componen este sistema estuarino y vemos como se habla de una región biodiversa o bio región altamente pluricultural y multiétnica cada vez más amenazada por proyecciones y acciones “desarrollistas” que no han sabido entender el terreno y sus latencias vivas.

Sobre este “lago” se ha escrito y estudiado mucho. La acumulación de datos es considerable y la más de las veces esta información generada desde centros de investigación ha sido para legitimar (consciente o inconscientemente) la inercia que el capitalismo como visión de mundo impone y legitima para sí. De ser un cosmos natural habitado por importantes pueblos indígenas que supieron entender sus ciclos, ritmos y de ese conocimiento saber derivar vida perdurable en sus orillas, en sus ríos, en sus montañas, se pasó a una etapa de conquista “a sangre y fuego” donde la cruz, la espada, la pólvora y las enfermedades desconocidas en esta parte del mundo fueron diezmando lo aborigen para erigir violentamente un nuevo y dislocado orden económico, político y espiritual que fue haciendo raíces muy profundas en la psique humana y en la espacialidad natural colonizadas.

De ese saqueo de productos naturales así como de imaginarios y saberes culturales autóctonos de nuestros indígenas hasta la aparición del aceite de piedra (petróleo) y la concomitante metamorfosis (dolorosa por demás) del sistema estuarino lacustre conocido como Lago de Maracaibo a “tina de aceite” existe un continuum, una linealidad arrasante que más que entendida ha sido padecida y que debemos tener presente siempre como extractivismo, cuya lógica es la acumulación por desposesión.


Han sido nuestros investigadores, con honrosas excepciones, los que desde la sapiencia, desde la “inteligencia sin probidad” los que han dotado de insumos a las fuerzas hegemónicas para volcar con mayor contundencia sus apetencias energéticas, sus proyectos de desarrollo “a su medida” hacia nuestra geografía para tornarla en escenario de serviles obreros, vendidas prostitutas y desnutridos niños incapaces (dado el dominio de la mente que ha hecho el sistema extractivista del capitalismo) de cambiar esta penosa realidad.

Esta merma en las capacidades de carga de nuestros frágiles ecosistemas que conforman el sistema – cuenca estuarino “Lago de Maracaibo” se ha debido fundamentalmente a las irresponsables maneras de no asumir la cuenca como un ente vivo conformado por elementos también complejos y frágiles no siempre manejables por el cálculo que da la soberbia razón al hombre de la academia. Así la aparición del petróleo, su exploración, explotación y distribución redujeron la diversidad biológica en aras de hacer del país una potencia energética y lo que al fin de cuentas vemos es un lago contaminado por hidrocarburos, metales pesados y por descargas puntuales y difusas (no controladas aún) de aguas residuales provenientes de la creciente e indetenible demografía asociada a las orillas del “lago”.

Nuevamente el saldo no es optimista. Es irracional toda esta zona de sacrificio nacional que hace de sus espacios vitales yermas espacialidades donde no se piensa ni siquiera en las generaciones que vendrán para uso y disfrute de las aguas, el suelo y el aire.

Torres petroleras, aguas aceitosas sin peces, herrumbres sub-lacustres, fugas de hidrocarburos, ingreso de excretas y orinas leídas y nombradas bajo el eufemismo científico de descargas de nitrógeno y fósforo en sobreabundancia, deforestación de las cuencas altas, explotación minera “a cielo abierto”, cambio del uso de suelos en las orillas estuarinas son apenas un nefasto resumen del desorden ecosistémico, del afán de lucro que ve en la naturaleza cosa o recurso a ser explotado y tornado en capital que se acumula sin medir las consecuencias de este saqueo. No olvidemos también que el saqueo, el duelo, el desplazamiento humano y desgarramiento de tejidos comunitarios sigue siendo una herida abierta y de alto impacto en nuestros imaginarios colonizados.




Explotación petrolera en la cuenca estuarino lacustre (tierra y agua) del Estado Zulia. ¿Seguimos hundiéndonos en el excremento del diablo?


Empresa produsal (pequiven - cargill) en la bahía el tablazo, nor-oriente de la cuenca estuarino lacustre. descarga de "amargos" (salmuera - altas concentraciones de sal y metales pesados-).


Explotación minero-carbonífera "a cielo abierto" en la cuenca hidrográfica de los ríos Socuy  y Guasare.


Sabemos a partir de la “literatura gris”, esa misma que no se publicita ni se difunde para el conocimiento de la población, que mucho de lo que ha acontecido en nuestra cuenca ha sido sospechosamente inconsulto, definido por “expertos” que en su momento creyeron estar asumiendo la noble tarea del progreso y desarrollo de nuestra región y que, ya padecido su irreversible proceder, sabemos con nítida argumentación, que fueron serviles operadores del proceder capitalista nunca respetuoso de la frágil naturaleza. Entonces unos pocos lucran con el deterioro ambiental, humano de grandes mayorías y luego no son capaces de hacerse responsables de sus actos.

Esta tendencia económica patológica se nutre de su ancestral referencia: la inmoral conquista y colonialidad del siglo XV para seguir en vuelo incesante hacia el siglo XXI ahora con más artificios en su discurso y su tecnológica praxis aún más invasiva y más expoliadora.

Al “lago” ahora lo pretenden sanear mediante una ley (¿?) de una intrusión o cuña salina proveniente del Mar Caribe un puñado de instituciones con sus personeros a la vieja usanza, con el viejo método donde la sordera a las voces de los reales afectados, los reales usuarios se erige como estrategia de avanzada para la materialización de sus rastreros negocios. La historia no es cíclica, es la imposición permanente que activa el sistema capitalista para hacerse de energía y así fagocitar lo que somos tangibles e intangiblemente.

El movimiento ecologista regional desde el Frente de Resistencia Ecológica del estado Zulia (FREZ) ha hecho seguimiento minucioso de los personeros y de los actos que se engloban en esta “estafa legal” y sin duda alguna hemos  sabido divulgar las “letras pequeñas”, las zancadillas que estos voceros (dolientes) del “lago” han querido inútilmente posicionar en el imaginario de los zulianos y que no son más que un  entramado de falacias legales y ecosistémicas.

Con oportuna y contundente mirada histórica y por encima de coyunturales enfoques los ecologistas zulianos hemos sido capaces de activar una fortalecida red de investigadores que, en ensamblaje respetuoso con comunidades indígenas, comunidades de pescadores así como con pobladores de las ciudades - puertos de nuestra eco-región, ha podido develar cómo una “jugada leguleya” por parte de “expertos” hace rato ligados a visiones caducas, economicistas - desarrollistas y siempre derrotadas en el terreno de los hechos, en el debate abierto, en la asambleas populares, ya nunca más podrán abrogarse la unilateral pretensión romántica salvadora y saneadora de un complejo ecosistema natural como lo es el “Lago de Maracaibo” con “ases bajo la manga” que fomentarían un futuro incremento de la explotación minero carbonífera.

En la mentada ley de saneamiento, prefabricada por eternos proyectistas y “lobbystas” de capitales nacionales trasnacionales interesados en la energía de nuestra eco-región, se evidencia un inmenso desconocimiento de anteriores leyes ya aprobadas por la Asamblea Nacional (verbigracia la Ley de Aguas del año 2007) y ya por esto entendemos que tal desconocimiento de nuestro marco legal estaría erosionando jurídicamente la pretensión de avanzar en el serio, impostergable e integral  rescate y saneamiento del “lago”[1].

No se trata acá de evidenciar lo que es evidente: El “Lago de Maracaibo” no es hipertenso y por ende la salinización acumulativa desde el año 1952, año de comienzo del dragado de la barra del “lago”, no es la más grande de las situaciones ecológicas problemáticas a considerar y corregir. Nuestra cuenca no es una “piscina grande” donde entran y salen aguas con diversos porcentajes de salinidad dependiendo de las estacionalidades de sequías y precipitaciones locales. Las más urgentes atenciones deben ser asumidas en toda la geografía natural que engloba al “lago” propiamente dicho. Sobre esto hablaremos más adelante con mayor detalle.

Abunda en el espíritu y en el discurso de los promotores coyunturales de esta ley “saneadora de la cuenca del lago” un enfoque cognitivo y tecnopolítico que se regodea solo en las aguas del “lago” y no ve (pues no es su negocio verlo así) como ven los pobladores de la cuenca a su “lago”. El pueblo sabio y no “experto”, sensible e históricamente vinculado con los colores y olores del “lago” perciben a este cuerpo de agua con una visión ecosistémica verdadera que es capaz de entender la relación entre los páramos y montañas húmedas (aún boscosas) de la sierra de Perijá y las aguas del “lago”.

Ver el ciclo hidrológico fomentado por la fronda boscosa (cada vez más amenazada en nuestra región zuliana) y asociarlo al flujo hídrico que en los caudales de nuestros numerosos ríos se manifiesta, “aguas abajo”, hacia zonas de deposición en las ciénagas, deltas y finalmente el “lago” no puede obviarse con falacias de modelaje matemático inflamado por tendencias y visiones reduccionistas de la integralidad de la naturaleza viva a las que acuden de seguido los tecnócratas y las “autoridades universitarias” promotoras de esta “ley”.

Esta Ley pretende escamotear la causalidad y casualidad presente en la vida misma y desde una infinita soberbia que le ofrenda el “asesoramiento científico positivista” asumen que este cuerpo de agua es predecible y que solo bastará con avanzar en el cese del dragado de la barra del “lago”, con la mudanza de los puertos petroleros de la costa oriental para “volver el lago a sus condiciones originales”. Esta última frase parece proveniente de los guionistas de “Nuestro Insólito Universo”, popular serie radial venezolana donde se narran historias increíbles capaces de borrar la delgada línea entre lo real y la ficción. La ecología nos enseña, al igual que la química, la física, y la matemática de la Teoría del Caos, que toda energía está en continua transformación y que en esos cambios nada es capaz de volver a ser lo que anteriormente fue.

Confluyen pues, nuevamente, nuevos intereses economicistas que, haciendo cuentas de nuestra coyuntura política – económica – social se atreven a desempolvar sus viejos y anacrónicos “planes de desarrollo” alineados al capital extractivista internacional para así ganar “indulgencias” con el escapulario ajeno de pretender sanear un lago que, otrora, casualmente desde sus puestos de poder no quisieron, ni intentaron sanear con el respaldo popular.

La ecología militante, los argumentos compilados desde la experiencia y la lectura de la realidad, nos permiten acentuar exhortos claros, concretos para no divagar más y para que de una buena vez sea diáfana la idea – acción de sanear integralmente nuestra cuenca estuarino lacustre sin oportunismos ni “cabildeos enanos” que no están ni estarán a la altura del desafío bio y sociodiverso al que nos debemos como seres sentipensantes capaces de apalancar transformaciones de rumbo histórico.

Fundamentalmente es vital que entendamos las siguientes y puntuales recomendaciones:

1)       El “lago” debe ser manejado como un ecosistema frágil. Toda intencionalidad que pretenda opinar sobre el comportamiento del “lago” y de allí derivar intenciones y/o acciones de “manejo” deben estar amparadas en visiones en nada coyunturales y con un enfoque, insistimos, de amplia cobertura. El “lago” no es nada más lo que se encuentra contenido en su concavidad. El “lago” es un entramado de elementos naturales, bióticos y abióticos, en continua e incesante interdependencia. El “lago” es reflejo de la cuenca que le contiene. Visiones cortoplacistas que solo destinan importantes estudios, respetables líneas investigativas sobre un sólo enfoque están condenadas desde el mismo momento en que se esbozan, pues ya sabemos lo inviable y dañino de este accionar negador de la complejidad y fragilidad del sistema ecológico estuarino lacustre. El “lago” se encuentra en una mermada capacidad de “auto-recuperación” pues no hemos sabido resolver, ni desde las autoridades ambientales locales y nacionales, ni como ciudadanos usuarios del “lago” que,

2)       Se deben reducir los ingresos de nutrientes fósforo (P) y nitrógeno (N) al lago desde fuentes puntuales y difusas. Estos ingresos de nutrientes sabemos provienen de las aguas residuales asociadas al crecimiento demográfico que se manifiesta en las localidades, ciudades de nuestra eco-región. Siguen sin ser claros los estados actuales en los que se encuentran las plantas de tratamiento de aguas servidas y si las mismas están actuando como un “sistema unificado” en la importante tarea de tratar estas aguas y devolverlas al “lago” con valores muy reducidos de contaminación. ¿Las actuales plantas de tratamiento de aguas servidas están acordes con la demografía regional actual y futura? Todo cuanto vaya a hacerse para “manejar” la intrusión salina proveniente del Mar Caribe (vía Golfo de Venezuela) debe acentuar marcadamente un interés en la respuesta de esta interrogante pues de cerrarse el flujo o corriente marina a la par se cierra el flujo de agua “fresca” proveniente del río Catatumbo (aproximadamente 3 mil lts/seg) que es el encargado de promover una importante fuerza hidráulica anti-horaria en las aguas lacustres con la que todos los nutrientes del cono hipolimnético (más acertadamente “cono monimolimnético”) son conducidos hacia una “salida del sistema” por el norte del “lago”. De obviar esta realidad, de insistir en el cese del dragado de la barra del “lago” de Maracaibo por visiones científico técnicas caducas o parcializadas a innombrables negocios, se estaría diseñando la materialización de una inmensa letrina donde el déficit de oxigeno (capacidad aeróbica) del cuerpo de agua se vería mermado en niveles alarmantes y se estimularía el declive del eco-sistema hacia un más agravado envejecimiento prematuro o eutrofización. Para ello técnicamente debe hacerse converger toda la voluntad científica, técnica y política (movimientos sociales ecologistas, comunidades organizadas usuarias del “lago) para,

3)       Proponer metas (para ser asumidas integralmente) de reducción pequeña (10%) de los ingresos de nutrientes como el fósforo (P) y el nitrógeno (N) y así  evaluar, durante períodos cortos (menos de 5 años) el comportamiento de indicadores de eutrofización claves (por ejemplo calidad del agua, pesquerías, fitoplancton). No obviemos que si entendemos el saneamiento de la cuenca estuarino lacustre del “lago” de Maracaibo como un desafío colectivo con enfoque integral debemos sin demora y responsablemente avanzar en la necesaria reducción de fertilizantes y agroquímicos (nacionales – vía industria petroquímica Pequiven- e importados) pues los mismos sabemos  son altamente contaminantes y tóxicos. Esta reducción debe ir en simultáneo con el respaldo a escala regional de importantes proyectos productivos capaces de generar abonos, fertilizantes orgánicos basados en la amplia enseñanza y praxis agroecológica.

4)    Por todo lo dicho anteriormente y desde las pretensiones de “manejo” que sabemos han hecho de la cuenca estuarino lacustre las visiones tecnocráticas amparadas en el discurso “romance” del desarrollo y del progreso económico acentuamos el exhorto en que se debe fundamentar exhaustivamente la construcción de obras que alteren las características hidráulicas del sistema (Rodríguez 2001). La no fundamentación de estas obras de mega infraestructuras condenarían no nada más a la cuenca estuarina lacustre sino a sus pobladores inmediatos a escenarios de sobrevivencia cada vez más alarmantes. Somera y dolorosamente podemos esbozar una puntual cronología de desaciertos referidos a la materialización de obras de infraestructura lesivas del ecosistema estuarino que van, desde el petróleo y su extracción desmedida en los campos petroleros dentro y fuera del “lago”; la instalación de una industria petroquímica a orillas del “lago”; la activación de dos minas de carbón mineral “a cielo abierto” siguiendo con la desviación de ríos para instalar una industria salinera en la costa oriental del “lago” así como la importante cantidad de empresas camaroneras erigidas en las orillas del norte y sur occidente de la costa este cuerpo de agua, podemos entender como estos cambios de uso de tierra nada cónsonos con un “teórico” ordenamiento territorial, han generado gravísimos impactos cuya irreversibilidad y amplia consecuencia se suma a los tantos y eufemísticos “pasivos ambientales” a saldar. En ese sentido, abundan los desafíos pendientes que en diversas escalas, con diversos grados y roles debemos/podemos activar y por ello es fundamental considerar que,

5)   Las universidades de la región y el país deben saberse convocadas a la tarea suprema de sumar visiones para el rescate y saneamiento integral del ecosistema estuarino lacustre del “Lago” de Maracaibo pues allí radica la tarea primordial de toda universidad pública y de todo su cuerpo de investigadores científicos. Existen líneas de investigación, hoy incipientes, a las que no se les ha prestado (ni desde la academia que está para ello, ni por las autoridades ambientales de los tres niveles de gobierno) la importancia y contundencia debida pues de ella derivarían sólidos e irrefutables resultados para el entendimiento y rescate integral (para nada parcializado ni efectista) de la cuenca. Entre estas tareas se encuentran las de: Iniciar estudios de paleo-limnología, como los propuestos por Rodríguez (2011): a) paleo-oxigenación de la columna de agua, b) paleo-salinidad, c) acumulación de fosfatos en los paleo-ambientes, d) modelaje hidrográfico de estos paleo-ambientes y su relación con los modelos actuales. Estos estudios comparativos, rigurosos y especializados serán claves a la hora de contar con un acervo informativo de la cuenca que no se preste a que “sesudos expertos” sobre el funcionamiento y evolución del “lago” monopolicen elucubraciones que los demás, ajenos a esas sapiencias, no podamos contrastar, develar ni juzgar so pena de ser catalogados como ígnaros, fanáticos y opuestos al desarrollo y al progreso.

Hechas estas humildes pero rigurosas recomendaciones, atizadas por la experiencia del docente e investigador Dr. José Elí Rincón (Laboratorio de Contaminación Acuática del Departamento de Biología de la Facultad Experimental de Ciencias de la Universidad del Zulia) queda claro que el espíritu que nos mueve es hacia un avance integral y altamente participativo de los diversos usuarios y usuarias del “lago”. La sinergia, la voluntad, la información y experiencia que todos y todas podamos aportar serán siempre la garantía de que no se proyecten y activen obras e infraestructuras cuyas repercusiones positivas, neutras o negativas serían responsabilidad de un reducido grupo de personas, que sin duda estarían contradiciendo los tiempos que ahora encarnamos de protagonismo y participación popular, más si estamos hablando del rescate y saneamiento integral de uno de los más importantes ecosistemas estuarino lacustres no nada más de nuestro país o nuestro hemisferio sino del orbe.

Sean pues estas ideas y exhortos que hacemos en colectivo desde el Frente de Resistencia Ecológica del estado Zulia, un aporte para respaldar una acción más colectiva y democrática de saneamiento de la cuenca del “lago” de Maracaibo que termine de dar al traste las visiones y acciones cortoplacistas que degradan ambiental y culturalmente nuestra región, que sabemos nos tensionan, nos resquebrajan como zulianos y que más temprano que tarde se nos vienen encima como problemas más agravados a enfrentar.




El Amarillo, San Antonio de Los Altos,
16 de septiembre de 2016. 12:58 p.m.





[1] Sobre este tema y estableciendo argumentadas comparaciones entre la Ley de Saneamiento del Lago de Maracaibo y su Cuenca hidrográfica  versus la Ley de Aguas recomendamos leer el ensayo “No se salva lo que se desconoce” (Cifuentes y Parra, 2016) En Clorofilazul: http://clorofilazul.blogspot.com/2016/07/no-se-salva-lo-que-se-desconoce-primera.html