sábado, julio 30, 2016

"Los Arcos Mineros: De Perijá al Orinoco".



Lusbi Portillo. Homo Et Natura. Escuela de Antropología. UCV. Caracas. Venezuela.


 "Para no dejarse arrastrar por la marea, 
nos salva la palabra terca que encarnamos".


Texto e imágenes por: Nicanor Cifuentes Gil/Biólogo – Poeta/ Clorofilazul
(Miembro activo del Frente de Resistencia Ecológica del Zulia –FREZ-)


Pueden decirse muchas cosas, orbitar las diversas aristas del tema de la violencia fronteriza colombo venezolana; muchos son los archivos empolvados, muchos los gigabytes (en esta era 2.0) que abordan este padecimiento colectivo, esta lejanía que a momentos nos atiza para zafarnos de una burbuja cotidiana que en las urbes, en nuestras sociedades del rendimiento, nos mantienen pendulando entre síes y noes. Pero allí está la vida en su purulenta maravilla, allí la historia que a veces huele a tierra recién cosechada y otras a pólvora. Denunciar acá, en pocas frases lo que el latido nos obliga, seguramente nos dejará exhaustos y ubicará nuestro sentir en la justa coordenada de los desafíos que nos autoimponemos para decirle más verdades a lo cierto.
Hablo así, conmovido por la palabras del antropólogo y luminoso militante Lusbi Portillo  que acompaña la lucha por la justa demarcación de los territorios del pueblo indígena yukpa de la Sierra de Perijá, occidente de la República Bolivariana de Venezuela quien, el día jueves 28 de julio de 2016, en el salón de usos múltiples “Valentina Fina Puig” de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela (y convocado por l@s Promotores  del Comité de Acción contra el AMO -Arco Minero del Orinoco-), nos habló con el corazón y la experiencia  sobre “Los Arcos Mineros: De Perijá al Orinoco”.


¿Desde dónde se habla?
Lusbi Portillo está en Caracas, viene de faenas muy duras pues ayer miércoles asistió a la Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela junto a las mujeres valientes Lucía Martínez, viuda del cacique indígena yukpa Sabino Romero Izarra y la compañera Carmen Fernández (Anita) madre de los jóvenes indígenas acompañantes de la recuperación de territorio ancestral en el Valle de Shaktapa, Sierra de Perijá, Estado Zulia. La Fiscal Luisa Ortega Díaz no pudo atenderles luego de pautada una cita para atender el urgente caso sobre los autores intelectuales (ganaderos de la zona productora del sur del Lago de Maracaibo conocida como Machiques) financistas de los sicariatos perpetrados para “contener” el avance de la recuperación de territorio para que el Plan de Vida Yukpa, definido por los compañeros y compañeras indígenas yukpas, y así lograr que sea más que letra y por fin se haga verbo cotidiano para su sobrevivencia digna. La Fiscal estuvo muy ocupada… delegó en un asistente esta tarea. El viaje desde la Sierra de Perijá, dejando atrás a familiares jóvenes y niños gravemente enfermos por paludismo, zika y desnutrición,  culminó en charla con una “asistente” de la Fiscal. Se espera celeridad y atención diligente de este caso que asfixia la vida de estos compañeros y compañeras contenidos en sus propios espacios y tiempos de vida por “el señor matanza”, la iglesia y el poder militar.

Estas faenas duras a las que hacemos mención erosionan el bolsillo, el alma y las ganas de perseverar en esta lucha y al hacerse conciencia de ello se aprovecha al máximo esta visita a la capital de la República para, luego de un descanso, asistir a un conversatorio sobre la minería, sobre la necesidad de salvaguardar la diversidad biológica y cultural desde la trinchera del afecto, de la inteligencia sentida, desde la posibilidad de rescatar en “nosotros” la fuerza insistente que no dependa de mareas, de resacas, de partidos (quebrados) ni banderas (viejas o nuevas) sino desde el avance colectivo capaz de sortear zancadillas y torpezas.

Conmueve mucho estar en un espacio pleno de jóvenes que se insertan en un hacer que denuncia desviaciones de un estado gobierno que, desde una prédica se asume en transición al socialismo, en espacio – tiempo de la participación argumentada y el protagonismo pero que, en dolorosas praxis, sigue atizado por la dolorosa inercia neoliberal, excluyente y sorda de los estados gobiernos que otrora expoliaron al ser y a la naturaleza.

Es en Antropología, en esta escuela que tanto ha mirado para su hacer académico al sur de Venezuela, donde el antropólogo, desde su jocosa y certera palabra, exhortó cariñosa y urgentemente a los estudiantes y militantes en contra del Arco Minero del Orinoco a no olvidar el occidente de la matria venezolana. En el Zulia se viene gestando, desde fines del siglo XX, una avanzada desgarradora para la geografía y sus habitantes indígenas, campesinos y pescadores que fue claramente ilustrada por el antropólogo Portillo.


El Estado Zulia, Zona de Sacrificio Nacional:
Zona de Sacrificio Nacional es el estado Zulia pues el Lago/Estuario de Maracaibo más que espacio para el encuentro de las aguas y la maravillosa diversidad de formas vivas ha sido el epicentro desde hace más de un siglo de la mercantilización de lo vivo y lo no vivo: Desde el estudio, la exploración y explotación irracional de los hidrocarburos pasando por la activación de una industria petroquímica sin dejar de mencionar la activación de dos minas a cielo abierto de carbón mineral; la deforestación más alarmante de todo el país así como la activación de una industria salinera que afecta humedales de la región norte costera de la región; vemos como el desordenado urbanismo, el impensado y poco sentido crecimiento demográfico ha poblado de lacerantes y agravados problemas ya no de convivencia humana (que es ya decir mucho) sino que tales problemáticas vuelcan su consecuencia sobre el cosmos vegetal, acuático (estuarino) así como en el suelo (agroquímicos).


Sobre saber definir quién es el adversario en estos tiempos de insistencia del fascismo internacional
Se trata de una dolorosa espina que tiene la patria inserta en el alma cultural y ecosistémica en su flanco occidental que nos debe activar para enlazar y saber definir bien quién es el adversario que nos ofrenda este malestar y a cambio de qué. Perderse en vacilaciones, en llamados electrónicos, en charlas abonarán seguramente para el conocer pero el transformar estas penosas realidades que viven y padecen nuestros hermanos y hermanas mayores los indígenas debe conmovernos, debe activar la pasión compartida (compasión en su justa y digna etimología) para “desfacer entuertos”.
No se trata de implosionar visiones y acciones ya en notable avance que a más de uno han religado en justa y gozosa dimensión. Se trata, a mi humilde juicio, de no olvidar que se trata de un agravado malestar global que salpica este país que, durante diecisiete años mutó enormemente desde el cambio político, económico y social promovido por el presidente Hugo Chávez Frías -y que ahora asume el presidente Nicolás Maduro Moros-. Con esta inteligencia, con este humor, con estas lágrimas y estas tensiones saber ver, resolverse en multitud que no pretenda escamotear el objetivo digno y definitivo de este accionar de tantas décadas en el Zulia, en Venezuela y su capital: ¡¡¡La Vida Digna!!!


Indaguemos más para saber entender
El compañero y antropólogo Lusbi Portillo nos conversó de la necesidad de indagar aún más, de esforzarnos más para “saber entender” lo que se denomina Iniciativa de la Integración de la Infraestructura para la Región suramericana (IIRSA), de igual manera es vital entender qué hilos mueven los proyectados escenarios de grandes infraestructuras y grande mega obras estipulados (y otros ya en ejecución) del Plan Panamá - Puebla y a partir de allí avanzar en insistencia propositiva para no aturdirnos de la bipolaridad, de la manipulación, de las maledicencias y las taquicardias que el clima político ha incubado en la cotidianidad venezolana.

Las voces de Lucía Martínez y Carmen Fernández (una aguda y altisonante la otra más maternal pero no por ello menos contundente) atizaron a un auditorio atento, estudioso, comprometido y deseoso de entender la geografía socio económica, socio política y socio cultural de una Cuenca Estuarina amenazada por potenciales Leyes que no buscan sino la activación, más exacerbada y mas erosiva de sendos proyectos de explotación minera bajo la  máscara del “saneamiento” de un Lago con alarmantes falacias pseudocientíficas.

El aplauso, las interrogantes, los desafíos, las lágrimas y el acompañamiento siembran hoy su semilla de vida y acción, de poesía y silencio reflexivo para la insistencia presente y futura. Existen pues otros arcos mineros, otras zonas que debemos entender, tienen que dolernos estas regiones nuestras para poder apuntalar la denuncia, el dato, la mirada y el gesto.

Desde Sabino Romero Izarra, desde este caminar la palabra que se abraza a la lucha por una naturaleza entendida como extensión de lo vivo, de lo húmedo es que se tensan estas palabras para que digan a la agitada vida que hoy y mañana haremos que un jueves 28 de julio se sembró decir en la capital de Venezuela con la esperanza de no desfallecer ante seductoras farsalias que minan el afecto libertario, cimarrón y de cayapa digna que siempre hemos debido mantener invicto.

Es tiempo de que las imágenes relaten su historia:










 Lucía Martínez, valiente mujer yukpa.



 Carmen Fernández, pese al dolor altiva en su dignidad.