"Los Arcos Mineros: De Perijá al Orinoco".
Lusbi Portillo. Homo Et Natura. Escuela de Antropología. UCV. Caracas. Venezuela.
"Para no dejarse arrastrar por la marea,
nos salva la palabra terca que encarnamos".
Texto e imágenes por: Nicanor
Cifuentes Gil/Biólogo – Poeta/ Clorofilazul
(Miembro
activo del Frente de Resistencia Ecológica del Zulia –FREZ-)
Pueden decirse muchas cosas,
orbitar las diversas aristas del tema de la violencia fronteriza colombo
venezolana; muchos son los archivos empolvados, muchos los gigabytes (en esta
era 2.0) que abordan este padecimiento colectivo, esta lejanía que a momentos
nos atiza para zafarnos de una burbuja cotidiana que en las urbes, en nuestras
sociedades del rendimiento, nos mantienen pendulando entre síes y noes. Pero
allí está la vida en su purulenta
maravilla,
allí la historia que a veces huele a tierra recién cosechada y otras a pólvora.
Denunciar acá, en pocas frases lo que el latido nos obliga, seguramente nos
dejará exhaustos y ubicará nuestro sentir en la justa coordenada de los
desafíos que nos autoimponemos para
decirle más verdades a lo cierto.
Hablo así, conmovido por la
palabras del antropólogo y luminoso militante Lusbi Portillo que acompaña la lucha por la justa demarcación
de los territorios del pueblo indígena yukpa de la Sierra de Perijá, occidente
de la República Bolivariana de Venezuela quien, el día jueves 28 de julio de 2016, en el salón de usos múltiples “Valentina
Fina Puig” de la Escuela de Antropología
de la Universidad Central de Venezuela
(y convocado por l@s Promotores del Comité de Acción contra el AMO -Arco Minero
del Orinoco-), nos habló con el corazón y la experiencia sobre “Los Arcos Mineros: De Perijá al Orinoco”.
¿Desde dónde se
habla?
Lusbi Portillo está en Caracas,
viene de faenas muy duras pues ayer miércoles asistió a la Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela junto a
las mujeres valientes Lucía Martínez,
viuda del cacique indígena yukpa Sabino
Romero Izarra y la compañera Carmen
Fernández (Anita) madre de los jóvenes indígenas acompañantes de la
recuperación de territorio ancestral en el Valle de Shaktapa, Sierra de Perijá,
Estado Zulia. La Fiscal Luisa Ortega
Díaz no
pudo atenderles
luego de pautada una cita para atender el urgente caso sobre los autores
intelectuales (ganaderos de la zona productora del sur del Lago de Maracaibo
conocida como Machiques) financistas de los sicariatos perpetrados para “contener” el avance de la recuperación de
territorio para que el Plan
de Vida Yukpa,
definido por los compañeros y compañeras indígenas yukpas, y así lograr que sea
más que letra y por fin se
haga verbo cotidiano para su sobrevivencia digna. La Fiscal estuvo muy ocupada… delegó en un asistente esta tarea. El
viaje desde la Sierra de Perijá, dejando
atrás a familiares jóvenes y niños gravemente enfermos por paludismo, zika y
desnutrición, culminó en charla con
una “asistente” de la Fiscal. Se espera celeridad y atención diligente de este
caso que asfixia la vida de estos compañeros y compañeras contenidos en sus
propios espacios y tiempos de vida por “el señor matanza”, la iglesia y el
poder militar.
Estas faenas duras a las que
hacemos mención erosionan
el bolsillo, el alma y las ganas de perseverar en esta lucha y al hacerse
conciencia de ello se aprovecha al máximo esta visita a la capital de la República
para, luego de un descanso, asistir a un
conversatorio sobre la minería, sobre la necesidad de salvaguardar la
diversidad biológica y cultural desde la trinchera del afecto, de la inteligencia sentida, desde la posibilidad
de rescatar en “nosotros” la fuerza insistente que no dependa de mareas, de
resacas, de partidos (quebrados) ni banderas (viejas o nuevas) sino desde el
avance colectivo capaz de sortear zancadillas y torpezas.
Conmueve mucho estar en un
espacio pleno de jóvenes que se insertan en un hacer que denuncia desviaciones
de un estado gobierno que, desde una prédica se asume en transición al
socialismo, en espacio – tiempo de la participación argumentada y el
protagonismo pero que, en dolorosas praxis, sigue atizado por la dolorosa inercia neoliberal, excluyente y sorda de
los estados gobiernos que otrora expoliaron al ser y a la naturaleza.
Es en Antropología, en esta
escuela que tanto ha mirado para su hacer académico al sur de Venezuela, donde
el antropólogo, desde su jocosa y certera palabra, exhortó cariñosa y urgentemente a los estudiantes
y militantes en contra del Arco Minero del Orinoco a no olvidar el occidente de
la matria venezolana. En el Zulia se viene gestando, desde fines del siglo XX,
una avanzada desgarradora para la geografía y sus habitantes indígenas,
campesinos y pescadores que fue claramente ilustrada por el antropólogo
Portillo.
El Estado Zulia, Zona
de Sacrificio Nacional:
Zona
de Sacrificio Nacional
es el estado Zulia pues el Lago/Estuario
de Maracaibo más que espacio para el encuentro de las aguas y la
maravillosa diversidad de formas vivas ha sido el epicentro desde hace más de
un siglo de la mercantilización de lo vivo y lo no vivo: Desde el estudio, la
exploración y explotación irracional de los hidrocarburos pasando por la
activación de una industria petroquímica sin dejar de mencionar la activación
de dos minas a cielo abierto de carbón mineral; la deforestación más alarmante
de todo el país así como la activación de una industria salinera que afecta
humedales de la región norte costera de la región; vemos como el desordenado
urbanismo, el impensado y poco sentido crecimiento demográfico ha poblado de
lacerantes y agravados problemas ya no de convivencia humana (que es ya decir
mucho) sino que tales problemáticas vuelcan su consecuencia sobre el cosmos
vegetal, acuático (estuarino) así como en el suelo (agroquímicos).
Sobre saber definir
quién es el adversario en estos tiempos de insistencia del fascismo
internacional
Se trata de una dolorosa espina
que tiene la patria inserta en el alma cultural y ecosistémica en su flanco
occidental que nos debe activar para enlazar y saber definir bien quién es el adversario que nos
ofrenda este malestar y a cambio de qué. Perderse en vacilaciones, en
llamados electrónicos, en charlas abonarán seguramente para el conocer pero el transformar
estas penosas realidades que viven y padecen nuestros hermanos y hermanas
mayores los indígenas debe conmovernos, debe activar la pasión compartida
(compasión en su justa y digna etimología) para “desfacer entuertos”.
No se trata de implosionar
visiones y acciones ya en notable avance que a más de uno han religado en justa
y gozosa dimensión. Se trata, a mi humilde juicio, de no olvidar que se trata
de un agravado malestar global que salpica este país que, durante diecisiete
años mutó enormemente desde el cambio político, económico y social promovido por
el presidente Hugo
Chávez Frías
-y que ahora asume el presidente Nicolás
Maduro Moros-.
Con esta inteligencia, con este humor,
con estas lágrimas y estas tensiones saber ver, resolverse en multitud que no
pretenda escamotear el objetivo digno y definitivo de este accionar de tantas
décadas en el Zulia, en Venezuela y su capital: ¡¡¡La Vida Digna!!!
Indaguemos más para
saber entender
El compañero y antropólogo
Lusbi Portillo nos conversó de la necesidad de indagar aún más, de esforzarnos
más para “saber entender” lo que se denomina Iniciativa de la Integración de la Infraestructura
para la Región suramericana (IIRSA), de igual manera es vital entender
qué hilos mueven los proyectados escenarios de grandes infraestructuras y
grande mega obras estipulados (y otros ya en ejecución) del Plan Panamá - Puebla y a partir de allí avanzar en
insistencia propositiva para no aturdirnos de la bipolaridad, de la
manipulación, de las maledicencias y las taquicardias que el clima político ha
incubado en la cotidianidad venezolana.
Las voces de Lucía Martínez y Carmen Fernández (una aguda y
altisonante la otra más maternal pero no por ello menos contundente) atizaron a
un auditorio atento, estudioso, comprometido y deseoso de entender la geografía
socio económica, socio política y socio cultural de una Cuenca Estuarina amenazada por potenciales Leyes que
no buscan sino la activación, más exacerbada y mas erosiva de sendos proyectos
de explotación minera bajo la máscara
del “saneamiento” de un Lago con alarmantes falacias pseudocientíficas.
El aplauso, las interrogantes,
los desafíos, las lágrimas y el acompañamiento siembran hoy su semilla de vida
y acción, de poesía y silencio reflexivo para la insistencia presente y futura.
Existen pues otros arcos mineros,
otras zonas que debemos entender, tienen que dolernos estas regiones nuestras
para poder apuntalar la denuncia, el dato, la mirada y el gesto.
Desde Sabino Romero Izarra,
desde este caminar la palabra que se abraza a la lucha por una naturaleza
entendida como extensión de lo vivo, de lo húmedo es que se tensan estas
palabras para que digan a la agitada vida que hoy y mañana haremos que un
jueves 28 de julio se sembró decir en la capital de Venezuela con la esperanza de
no desfallecer ante seductoras farsalias que minan el afecto libertario, cimarrón y de
cayapa digna que siempre hemos debido mantener invicto.
Es tiempo de que las imágenes
relaten su historia:
Lucía Martínez, valiente mujer yukpa.
Carmen Fernández, pese al dolor altiva en su dignidad.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home