Sobre el conversatorio “De actos poéticos y ecología urbana: Matria, ternura y territorialidad” llevado a cabo en el Museo de Ciencias Naturales de Caracas el 18 de junio de 2016. (Imágenes + Presentación en láminas -PDF-)
Sala Audiovisual. Museo de Ciencias Naturales. Caracas. (haz click para aumentar) |
Por: MSc. Nicanor Alejandro Cifuentes Gil /Fotografías:
Adrián León.
El sábado 18 de
junio de 2016 convocados por el vínculo afectivo que existe con el Núcleo
Académico de Ecología Urbana presente en la Universidad Bolivariana de
Venezuela, Sede Caracas, activamos en los espacios de la Sala Audiovisual del
Museo de Ciencias Naturales una grata conversa que llevó por nombre “De actos
poéticos y ecología urbana: Matria, ternura y territorialidad” con la intención
de abordar de manera gozosa muchas de las aristas que sobre los desafíos de la
ecología urbana debemos atizar en la convivencia cotidiana que hacemos en los
espacios urbanos que habitamos y nos habitan.
Conversar es un acto
que pretende, desde la imagen y el gesto, desde la palabra flor comulgar con un
auditorio que se siente imantado con la idea de sumar aportes a la idea de
ciudades más saneadas de las lógicas de afán de lucro, de mercadería y temor en
la que la mayoría de las ciudades “paridas” por el sistema capitalista se han
tornado.
Entender qué es una
urbe, una ciudad y saber que la espacialidad que la define no es mero afán de
ordenamiento político administrativo sino que en esa área urbana coexisten, a
la par de una importante biodiversidad que trata de ser resiliente al embate
cosificador de la técnica y la industria, una notable sumatoria de decires y
haceres humanos, un importante acervo cultural que ha dejado huella, geo
–símbolos sobre esa espacialidad. Es allí cuando la territorialidad como idea
viva nos ayuda a entender que no solo somos meros peatones que impávidos nos
trasladamos urgidos por necesidades en medio de una ciudad que nos desconoce.
¿Cómo apropiarnos
desde el saber y el hacer de importantes zonas que en la ciudad agitada claman
para una mutación que nos vincule con la vida perdurable? Responder esto en el
marco del conversatorio fue crucial pues desconocemos que las ciudades han sido
moldeadas por visiones sumamente excluyentes y altamente condicionadas por una
acumulación absurda de capital.
Entender la
evolución de las ciudades, su impacto en los humanos y en la geografía
biodiversa nos ayuda a ubicar en diáfanas coordenadas lo que ha sido, lo que es
y lo que podría ser este invento humano, esta “apuesta civilizatoria” por
vencer el miedo a lo desconocido que es toda ciudad.
Así fuimos junt@s
descubriendo cómo la ciudad urbana venezolana se ha caracterizado por un crecimiento centralizado grandemente
desvinculado de su periferia marginalizando así a una creciente población
humana que, en busca de la sobrevivencia, tensiona en su devenir cotidiano toda
idea de ciudad posible, plena y poética. Esto desordena toda posibilidad de
espacialidad para el ejercicio de la libertad en plenitud y suele la más de las
veces erosionar cada arista del microcosmos citadino generándose así una
incesante retroalimentación que impacta toda idea, todo hacer que pretenda
reordenar la compleja realidad.
De la ciudad
industrial a la ciudad mecanizada pasando por la ciudad o villa carbón a la
ciudad del petróleo pretendimos crear un hilo conductor que narre el devenir
que Occidente y su mercantilizada idea de la globalización ha hecho en cuanto a
las ciudades que, más allá de pobladores, es cúmulo de consumidores alienados
responsables del agotamiento de la capacidad de carga de la territorialidad
habitada.
Desde las
interrogantes y desde las encontradas aristas pretendimos “polinizar” una
necesaria ocupación en el tema desafiante de la ecología urbana donde no nada
más los gestores ambientales, ecólogos, urbanistas y arquitectos debemos
participar sino que se trata de hacer converger desde una idea de Polis más incluyente, todos los saberes
de la economía para y por el ser
humano; una salud pública convencida
de erigir colectividad sana que habite espacios saneados, plenos, inspiradores
para la mejor de las expresiones humanas; literatura
que se inspire en la maravilla de la juntez humana desafiada en siempre avivar
la posibilidad de ser maravilla vital; religiosidad que crea en el encuentro de
los humanos en espacios tiempos que no nos condenen a la desconfianza y sí a la
humildad ante la creación natural que nos rebasa y que en nosotros también se
expresa.
No se trató de una
conversa que compilara enfoques de la poesía vinculada a la noción básica y
predigerida de la ecología en un medio citadino. Insistimos juntos en tejer
memoria sobre la grave huella que ecológicamente sigue demandando de tod@s
grandes esfuerzos, creativos y plenos actos poéticos que estén a la altura de
este conflicto civilizatorio que está diezmando el acceso a los elementos vivos
que nos permiten vivir juntos. Repensar el vínculo con la naturaleza que somos
en el contacto directo, en la ocupación cierta que se genera en parques,
sendas, ciclovías, urbanismos, museos, teatros es asumir la poiesis,
la creación cotidiana de latidos y ritmos menos acompasados a la lógica de afán
de lucro, a la lógica del “tiempo es oro”.
En el trance de la palabra. Conversamos sobre ecología urbana y actos poéticos. Sala Audiovisual. Museo de Ciencias Naturales. Caracas. (haz click para aumentar) |
En la ciudad capital
que ha sido Caracas muchos e importantes han sido los esfuerzos por repensar
colectivamente el poblamiento de los espacios de tod@s y en ese devenir, en esa
oportunidad abierta para que la cultura, la ruralidad polinice cada acto
agresor que la ciudad capitalista legitimó, es en donde estaría la clave para
poder abrirle las puertas a la idea y
praxis comunal de hacer vida sin excluir a nadie y estableciendo los
desafíos para que la vida sea vivible y
el buen vivir, la suprema felicidad sea acto que se materialice sin tanta
retórica.
Repasamos finalmente
los actos poéticos de la arquiternura
erigida por Fruto Vivas, importante
arquitecto venezolano y grande militante ecologista nuestramericano quien desde
la inspiración, aunado a su capacidad de materializar sueños ha sido capaz de
ofrendarnos espacios donde el ser humano sea protagonista de la belleza: Las
Casa Árboles son un impresionante testimonial de esta tangible poesía. De igual
manera nos asombramos con los espacios habitables creados por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, tanto en la
urbanización el Silencio como en la Ciudad Universitaria sede de la Universidad
Central de Venezuela que fue declarada por la UNESCO, en el año de 1999, como
Patrimonio Arquitectónico de la Humanidad.
En esta conversa que
tuvimos revitalizamos los desafíos de la Ecología Urbana y atizamos visiones
para comenzar a creer en la ruralización de la ciudad (ver “Ruralizar la Ciudad”
en: http://clorofilazul.blogspot.com/2016/01/ruralizar-la-ciudad-la-mancha-como.html),
en el acto poético “sembrable” que desde la semilla ha sabido crear vínculo,
conciencia y latido en defensa del ser agro urbano que milita lealmente en la
defensa de nuestra semilla criolla ante los zarpazos de corporaciones
biotecnológicas que pretenden mercantilizar la vida y explotar al humano que
vive de su siembra. Generamos pues desde el diálogo una necesaria creencia en
lo mejor de nosotros al respaldar, al gestar y dar solvencia a crecientes
desafíos que hacen tensionante e inflamable la vida en la ciudad.
Fue grato, fue pleno sabernos en la salvaguarda de la
vida perdurable como la concibió
desde su plenitud poética en los poderes creadores del pueblo el inmenso
amorista, ruiseñor de Catuche que es Aquiles Nazoa en su Credo:
“(…) creo en el
amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable”
Sigue siendo un
desafío nuestro que debemos conocer desde una sensible y gozosa alfabetización
ecológica que sea capaz de saber ubicar en justas dimensiones las herencias
colonizantes y dogmáticas que ponen freno a la idea de una ciudad para el
afecto a lo tangible e intangible, una ciudad para la maravilla y que sea capaz
de trovar sus avances sin la angustia de ser presa de visiones y haceres nada
cónsonos con la expansión del buen vivir y la materialización de la felicidad.
¿Seremos capaces de
hilvanar en coherencia narrativa y en latido cotidiano estas necesarias
visiones que imbriquen lo mejor del urbanismo nuestramericano vinculado a
nuestra luz, nuestro viento, nuestra fronda vegetal, nuestra cultura?; ¿Será tiempo
de la expansión de las ciudades jardín,
de las ciudades para ser recorridas con todos los sentidos?; ¿Será ya el tiempo
de erguirnos y avanzar junt@s en la concreción de estos anhelos?
Toda una tarde sabatina en
los espacios del Museo de Ciencias Naturales para repensarnos en estas urbes
que ya hace rato no se parecen a la gana de ser felices.
Muy agradecido con la compañera docente Dayana Ortiz así como al atento equipo del Núcleo Académico de Ecología Urbana (NAEU): Adrián León por las imágenes fotográficas del conversatorio y a Danyela Vallejo por tomarle el pulso, literalmente, a mis decires.
Gracias equipo por este tiempo que nos permitió orientar latidos y sumar ganas a la pesquisa y aprendizaje permanente que en la ciudad que habitamos se ofrenda de seguido pese a contra cuerpos y a zancadillas propias de lo malevo. De igual forma un grande abrazo al Colectivo La Mancha por su atenta mirada y su cercanía amorosa plena de invenciones y poesía.
Muy agradecido con la compañera docente Dayana Ortiz así como al atento equipo del Núcleo Académico de Ecología Urbana (NAEU): Adrián León por las imágenes fotográficas del conversatorio y a Danyela Vallejo por tomarle el pulso, literalmente, a mis decires.
Gracias equipo por este tiempo que nos permitió orientar latidos y sumar ganas a la pesquisa y aprendizaje permanente que en la ciudad que habitamos se ofrenda de seguido pese a contra cuerpos y a zancadillas propias de lo malevo. De igual forma un grande abrazo al Colectivo La Mancha por su atenta mirada y su cercanía amorosa plena de invenciones y poesía.
Con grande afecto
por los asistentes y por lo sentido este sábado 18 de junio de 2016 ofrendo la
dirección electrónica donde se puede descargar en formato PDF la presentación (70
láminas) con las imágenes, enfoques e inquietudes hechas por este humilde
curioso para que sigamos dialogando, tejiendo y polinizando decires y haceres
por la vida, para la vida y desde la vida… para continuar, como sigue diciendo
el poeta venezolano Víctor “El Chino” Valera Mora desde su poema “Tendrá que
ser así”:
Sinuosos tiempos, estaciones, caminos que nos
tocan,
propicios para el heroísmo más completo
o para guardarnos como cautelosos erizos.
Tempranamente fuimos aventados al margen de las cosas más simples y necesarias,
clavados con alambradas alrededor de nuestra sangre
y candados en la boca para oscurecernos.
No tenía remedio
la vida atada a lo melancólico.
Terribles días.
Pero recoge las páginas donde los enamorados escriben cortando con navajas,
revisa los libros
busca en las grandes piedras talladas y en los manuscritos del mar,
desde Gutemberg hasta las dos Declaraciones de La Habana
busca, acumula, reúne, clasifica,
sal a la calle con balanza y metro, pesa y mide
blanco y negro, amor y olvido, agua y fuego,
filo geográfico y campana celeste.
Al final todo más claro.
Bañamos nuestra cabalgadura solo una vez en aguas del mismo río.
Camina a paso de monte y hazte amigo del viento
que llevará los pesares al sitio de tu arrebato.
Que los solitarios no te enfaden, pero resuélvete en multitud.
Habla lo necesario con la gente sencilla
y a su lado vive con ardor.
A los soberbios embóscalos, tírales por mampuesto.
Si nada tienes llénate de coraje y pelea hasta el final.
No te amargues.
Agarra a la amargura por los cuernos y rómpele la nuca
y si la muerte te señala, sigue cantando
y en el primer bar que encuentres pide un trago de viejo ron
y bébete la mirada de la novia y bébete su risa
y la proximidad de su cadencia y el saludo de su cabellera.
Bébete la vida.
No hay que dejar que el camello de la tristeza pase por el ojo de nuestros corazones.
propicios para el heroísmo más completo
o para guardarnos como cautelosos erizos.
Tempranamente fuimos aventados al margen de las cosas más simples y necesarias,
clavados con alambradas alrededor de nuestra sangre
y candados en la boca para oscurecernos.
No tenía remedio
la vida atada a lo melancólico.
Terribles días.
Pero recoge las páginas donde los enamorados escriben cortando con navajas,
revisa los libros
busca en las grandes piedras talladas y en los manuscritos del mar,
desde Gutemberg hasta las dos Declaraciones de La Habana
busca, acumula, reúne, clasifica,
sal a la calle con balanza y metro, pesa y mide
blanco y negro, amor y olvido, agua y fuego,
filo geográfico y campana celeste.
Al final todo más claro.
Bañamos nuestra cabalgadura solo una vez en aguas del mismo río.
Camina a paso de monte y hazte amigo del viento
que llevará los pesares al sitio de tu arrebato.
Que los solitarios no te enfaden, pero resuélvete en multitud.
Habla lo necesario con la gente sencilla
y a su lado vive con ardor.
A los soberbios embóscalos, tírales por mampuesto.
Si nada tienes llénate de coraje y pelea hasta el final.
No te amargues.
Agarra a la amargura por los cuernos y rómpele la nuca
y si la muerte te señala, sigue cantando
y en el primer bar que encuentres pide un trago de viejo ron
y bébete la mirada de la novia y bébete su risa
y la proximidad de su cadencia y el saludo de su cabellera.
Bébete la vida.
No hay que dejar que el camello de la tristeza pase por el ojo de nuestros corazones.
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Aquí algunas imágenes del conversatorio desde la mirada de Adrián León:
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Atento, pleno auditorio que con su mirada y latido acompañó y tejió nueva mirada a la ciudad que nos habita. Sala Audiovisual. Museo de Ciencias Naturales. Caracas. (haz click para aumentar) |
Descarga la presentación (70 láminas) haciendo click en el siguiente enlace electrónico:
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