martes, octubre 25, 2016

Encuentro – conversatorio: “Arco Minero del Orinoco. Extractivismo vs. Ecosocialismo. Huellas sobre la territorialidad”. Naguanagua, Estado Carabobo. Sábado 22 de octubre de 2016.


Por: MSc. Nicanor Cifuentes Gil
Docente Universidad Bolivariana de Venezuela
Eje Geopolítico Cacique Guaicaipuro.



Desde la duda, desde el no saber pero con ganas de aprender es que se inicia esta travesía que junta latencias de la capital venezolana Caracas con el esfuerzo pedagógico popular agroecológico de los compañeros y compañeras de la aldea Héroes de Canaima 4-F. Este, decirlo, sigue siendo una espacialidad de un importante saldo organizativo para la articulación de experiencias vinculadas con la formación sociopolítica y la praxis eco-socialista permanente, pues desde el VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica celebrado en octubre del año 2015, sabemos que esto que se erige, que colectivamente germina en esta aldea es realmente ajeno a retóricas malsanas y sí una demostración de latencias para la creación plural y socialista.

Desde algunas llamadas telefónicas puntuales y con la gana de juntarnos establecimos vínculo con días de antelación para poner en diálogo un debate medular, un debate que no debe ser pospuesto que no es más que el vinculado con el decreto de creación de la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional “Arco Minero del Orinoco” (Decreto 2.248), de fecha del 24 de febrero de 2016, publicado en el Nro. 40.855 de la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela del 24 de febrero de 2016. Este tema genera controversia toda vez que está en tensión la visión y praxis del ecosocialismo enunciado desde el proceso revolucionario bolivariano versus esquemas de exploración y explotación minera de alto signo extractivista y con una participación de empresas trasnacionales asociadas a la industria minera de corte capitalista fundamentalmente, las cuales serán convocadas en calidad “socios minoritarios” en un ordenamiento del espacio territorial venezolano así como de las normativas y marcos de entendimiento para avanzar en la explotación de diversos minerales presentes en el “Arco Minero del Orinoco”.

Repasar desde un enfoque integral y no proclive a visiones “quebradas” por diversos intereses este tema obliga a hacer acopio de argumentos, análisis crítico propositivos que permitan enlazar las diversas realidades, los diversos datos que, aún a la fecha de hoy, son desconocidos por la población venezolana, misma que en plena guerra económica y con sacudones violentos provenientes de una incesante guerra de cuarta generación, insiste en que se le consulte este tipo de decisiones que estarían comprometiendo el futuro de generaciones que necesitarán elementos naturales que en interacción ecosistémica permiten que se establezcan importantes ciclos naturales de amplia influencia a escala regional, nacional y planetaria.

En la conversa iniciada a las 9:30 a.m. aproximadamente debimos hacer emocionado y consciente esfuerzo para entendernos desde visiones sobre ecología, de la economía necesaria para avanzar seguros a la materialización del ecosocialismo del siglo XXI y la geopolítica planetaria para no ahondar en el tema minero del sur de nuestra matria, desconectados de latencias, padecimientos y realidades padecidas por los mineros y mineras que hoy en la zona donde se pretender activar esta Zona de Desarrollo Estratégico hace vida y despliegan una “cultura  minera” que no debemos obviar.


Desde un puntual preámbulo histórico que dio cuenta de los imaginarios y padecimientos desencadenados a raíz del encontronazo de culturas desde fines del siglo XV con el arribo a nuestras costas de conquistadores españoles que derivaron un terrible proceso de saqueo, explotación y privatización de nuestros elementos vitales, naturales y culturales. Desde el creciente ego conquistador (Ego conquiro al que hace referencia el maestro filósofo latinoamericano de la liberación Enrique Dussel) que en codicia activo una expoliación que llenó las arcas de un imperio español muy desgastado por ocho siglos de confrontación con el mundo musulmán del norte del continente africano pero que, paulatinamente y con grandes saqueos etno y geocidas, vio una posibilidad histórica para desplegar su visión de mundo cristiano-céntrica, euro-céntrica y colonial patriarcal para erigirse como única manera de entender el mundo y a la par de hacerse de él sin ser sojuzgado pues las armas, el poderío bélico lo tenía en sus manos.

Desde algunas láminas que nos revelaban este avance histórico inter-continental (Europa, África y América) pasamos a entender lo acaecido en nuestra territorialidad desde el siglo XV al siglo XX con el paso por los siguientes aspectos geopolíticos, geohistóricos muy vitales para entender en simultaneidad y con alto rigor los devenires que nos traen a la pugna entre la necesidad de avanzar a estadíos donde el ecosocialismo sea más que significante enunciado y donde el debate minero extractivista todavía ocupa los días del presente nacional. 

Estos temas abordados en detenimiento e hilados como ítemes permitieron un avance cierto para asumir el tema en justa dimensionalidad de aristas y contextos. Pasar en detenido análisis desde el Siglo XV hasta el siglo XXI haciendo transversal la secularización que se hace de la técnica, del saqueo, del extractivismo para la obtención de minerales (preciosos o no) que permitan incrementar el “poderío” de imperios hegemónicos desde la maleva lógica de “acumulación por desposesión” es tarea que no se debe soslayar y sí develar para poder entender qué es lo que estaría moviendo desde la colonialidad del poder y el saber estas incómodas realidades donde sigue pretendiéndose “naricear” a los estados naciones soberanos a seguir esquemas desarrollistas aniquiladores de la vida toda.

Hecho este necesario recuento, el auditorio ensambla una intencionalidad pretérita y contemporánea que justificaría la agresión a lo natural con el objeto hacerse de ganancias que terminan cosificando, mercantilizando la vida e insuflando un ciclo perverso que va mermando las capacidades de carga de los diversos ecosistemas planetarios.

El tema del Arco Minero del Orinoco, la activación de plataformas contrarias a este decreto, la puesta en marcha de un novedoso y no menos polémico ministerio de poder popular para el desarrollo minero ecológico desde el poder ejecutivo nacional habla de un momentum que debe llamarnos como estudiosos del tema ecológico a establecer vías de comunicación efectivas que depuren la toxicidad dialógica con la que se viene encarando este medular tema.

Abordar la línea histórica reciente que en Venezuela, desde la llegada al poder del Presidente Hugo Chávez Frías se apostó por una refundación de la matria venezolana erigida en colectivo con la participación y el protagonismo del poder constituyente nos permitió, en el espacio tiempo del conversatorio, contrastar la exclusión de las élites gobernantes del país que sometieron al pueblo a políticas de choque neoliberales altamente entreguistas a la banca internacional. El empuje emancipatorio, nacionalista y de empoderamiento de los sectores otrora marginados y no considerados en la construcción de la nación confluyeron en el esbozo de reordenamientos territoriales en procura de hacernos soberanos de los elementos naturales, la energía y los minerales presentes en nuestra matria.

En ese reordenamiento territorial no estuvieron exentas lógicas de potenciación de la tecnocracia y sus narrativas desarrollistas que ven en un “maquillado” extractivismo la única vía (de allí la denuncia argumentada de un discurso y una praxis política moderna) para el alcance de la categoría “país – potencia” (Tercer Objetivo Histórico) que estaría mermando el alcance cierto del Quinto Objetivo Histórico enunciado en el segundo plan socialista para la nación conocido como Plan de la Patria 2013-2017.

Asumir estas contradicciones con praxis argumentada y propositiva, sin zafarnos de análisis críticos y desde una ética capaz de no hacer vulnerable lo alcanzado en los 17 años de construcción plural en Venezuela ha de ser una tarea permanente a considerar toda vez que la geopolítica continental una vez que desaparece físicamente el Comandante Hugo Chávez Frías se inflama de dolencias y quiebres a escala regional – continental – global que parecieran apostar por una restauración del poder conservador y de ultraderecha.

En un diálogo diáfano, con dudas y certezas, con aspectos técnicos abrazados al fraseo de lo popular que nos cruza el alma a la hora de escribir y actuar en salvaguarda de la vida perdurable es que pudimos acentuar y hacer seguimiento colectivo de nudos críticos que debemos reconocer para resolver realmente.

Resolvernos en multitud para propositivamente establecer retícula afectiva que compile y efectivamente comunique exhortos y enmiendas a “entuertos” a la hora de considerar a inversionistas trasnacionales a que participen de este llamado de activación del motor minero, uno de los 15 motores considerados para activar la agenda económica bolivariana.

Sabemos que la información no ha fluido pues se está en etapa proyectiva de esta Zona de Desarrollo Estratégica conocida como “Arco Minero del Orinoco” mas sin embargo en la incertidumbre y en plena guerra de cuarta generación no avanzar con una política comunicacional efectiva, diáfana y no acompasada a los ritmos y lógicas de explotación minera tradicional nos permitiría crecer como sociedad capaz de juzgar las acciones económicas en procura de la defensa de un proyecto país en vías al socialismo.

Nos informamos sobre las dinámicas de la minería y los principales aspectos a considerar cuando se avanza en la exploración y futura explotación minera de oro aluvional, coltán y demás minerales. De igual manera abordamos, desde la proyección de imágenes, las secuelas que la minería lícita e ilícita ha dejado hace décadas en la zona sur (Estado Bolívar) y entendimos los costos que el consumo de agua y energía demanda para esta actividad económica harto conocida (y padecida) en un país con más de cien años explotando (y viviendo de esa explotación) de hidrocarburos.

Analizamos en detenida exposición las visiones que esta política minera estaría haciendo converger desde estamentos con diversos e irreconciliables intereses: ¿qué enfoques, qué realidades desde un análisis de costos – beneficios pudieran estar privilegiándolos siguientes actores sociales sobre esta zona del país: los pueblos originarios, los capitalistas de la minería nacional  y trasnacional, los intereses de ordenamiento territorial del ejército nacional bolivariano, el poder ejecutivo, los ecologistas, los profesionales de la minería?

En este sentido juntos y juntas asumimos la nula o escasa pedagogización del tema por parte de ecologistas y estudiosos de la minería para poder articuladamente entender y revisar las muchas dudas y miedos que pendulan sobre esta zona conocida como “Arco Minero del Orinoco”. 

  • ¿Qué de las ecologías, cosmovisiones, cosmogonías y territorialidades se solapan, se quiebran y se “atizan” desde la activación de este decreto de desarrollo de la actividad minera a grande escala?



  • ¿Qué de nuestro fraseo y nuestra praxis debe hacer deslinde efectivo de deformados enfoques que pretenden reducir este decreto a una “avanzada” del iletrado presidente que desde hace tres años traiciona un legado ecosocialista erigido por el presidente Hugo Chávez?



  • ¿Qué observatorio popular de conflictos socio-ambientales, alimentado por dudas, miedos, datos, imágenes, cantos, testimoniales de hermanos y hermanas indígenas de la zona inserta en el decreto de creación del Arco Minero del Orinoco, pudiera tener cabida con el apoyo de una ciencia liberadora, no maniquea ni prestada a visiones partidistas, mezquinas que en nada resuelven la tensión que deriva de este decreto?



  • ¿Qué rol juegan las universidades y sus escuelas y departamentos de ciencias, estudios jurídicos, antropología, sociología, artes para entender estos temas vitales para el futuro de la matria venezolana y sus generaciones venideras?



  • ¿Qué papel habremos de asumir la militancia del poder popular constituyente ecosocialista venezolano para no dejarnos tutelar ni cooptar por partidos políticos o poderes del estado gobierno y poder entablar diálogo de saberes diáfanos y comunes?



  • ¿Qué acentos damos a la negatividad y a las caricaturescas visiones del tema sin antes acudir a respaldos geográficos, antropológicos y ecológicos que fundamenten como debido es nuestra “visión de los hechos”?



  • ¿Qué pueblos del sur de la matria venezolana no están contemplados en justa y respetuosa consideración en nuestros cálculos urbanos, aislados y distantes de los padecimientos complejos de vieja y nueva data que allí existen?



  • ¿Qué de la cultura tributaria que despunta en el país pudiera paliar en términos presupuestarios nacionales la urgente necesidad de abordar la minería como opción de soberanía económica y geopolítica?



  • ¿Podrá seguir “jalonando” con fuerza nuestra praxis política revolucionaria la cultura de codicia que se sustenta en la explotación de minerales de zonas altamente frágiles en cuanto a bio y sociodiversidad?



  • ¿Qué de la propuesta de reconversión laboral de mineros y mineras que ofrende nuevas y efectivas opciones de vida que desintoxiquen la vida asociada a la expoliación de la tierra y del ser humano en estas zonas donde abundan los minerales preciosos y estratégicos?



  • ¿Qué paradoja ética (si es que acaso la vemos como paradoja ética) se plantea toda vez que el alto porcentaje de ganancia obtenido de esta política minera (60%) va destinado a inversión social?



  • ¿Nuevamente la tierra, el cosmos natural y sociocultural asumiendo silente las externalidades de este experimentar “otras” opciones de desarrollo productivo que sabemos apuesta por nuestra tendencia (impuesta por demás por países hegemónicos) de nación con economía de puerto, de nación desindustrializada y con economía re-primarizada?



Estas dudas, más algunas otras confesiones y análisis humanos estuvieron en la “dermis” de lo conversado en más de cinco horas de encuentro conversatorio donde jóvenes y adultos de diversas profesiones permitieron afectuosamente la creación de un espacio tiempo para sabernos desafiados por un tema, por una ética ecosocialista que demanda contraloría, corresponsabilidad y crítica propositiva ante instancias que la misma institucionalidad política bolivariana a erigido y que la más de las veces solemos desconocer olímpicamente por defecto consciente y/o inconsciente.

Hablamos finalmente de unas ganas de seguir en una itinerancia que nos vaya acercando a temas álgidos como estos para en socialización y vinculación dialógica sabernos “resolver en multitud” sin discriminar opiniones que tributen a ver(nos) en desafío común para salvaguardar la vida de toda estafa, de toda “zancadilla politiquera” que deslegitime una ocupación sentipensante que nos caracteriza.



Finalmente extiendo mi grande agradecimiento a la amiga Violeta Gómez y a los compañeros de la Red de Escuelas Populares Agroecológicas Ezequiel Zamora “Aldea Héroes de Canaima   4–F/Manos a la Siembra Carabobo”: Eduardo Gil, Martha León, Sandra Méndez, Germán Padrón. De igual manera un abrazo solidario al compañero Ángel Moreno (Red de Escuelas Populares Agroecológicas Ezequiel Zamora –REPAEZ- “La Yaguara”/Manos a la Siembra Carabobo) y Armando Rodríguez (REPAEZ “Ovidio Ceballos”/ Manos a la Siembra Carabobo), con quienes esperamos mantener vínculo frecuente desde la praxis educativa popular en clave agroecológica. Sigamos activos que en juntera es que podemos asumirnos capaces de “desfacer entuertos” y salvaguardar dignamente la vida perdurable que merecemos. De igual manera a los colectivos feministas y a las y los "compas" cuya fraterna y atenta escucha me llevaron, nos llevaron a tejer diálogo por más de 5 horas.

Acá algunas imágenes tomadas por mi persona y la compañera Lilia Ana Márquez Ugueto de esta importante jornada de articulación:














Más imágenes de la autoría del compañero militante José Serrano en el siguiente enlace electrónico. Se agradecen siempre todos los comentarios que la nota y sus imágenes puedan derivar: