lunes, marzo 31, 2008

Por una ecología del ser humano. Apuntes sobre el activismo ecológico a espaldas de nuestros ecosistemas espirituales.


Difícil o por lo menos no-fácil resulta integrar en acciones coherentes las más básicas denuncias que se hacen relacionadas con la irracional y desfasada manera de concebir la economía rural en zonas altamente frágiles de nuestra geografía local.

No se sustenta en el tiempo ni en ningún espacio una arremetida constante contra armatostes corporativos, contra ingenieros "chapados a la antigua" ni contra instancias gubernamentales entrenadas en la sordera más eficiente.

Acumulamos experiencias importantes que hacen de la lucha por el agua y por la vida en la Serranía de Perijá un camino necesario para sabernos capaces de torcer la historia. Interesante ha sido la posibilidad de ofrendar acciones en lo indivdual o colectivo que, de a poco, sostienen un discurso cada vez más serio e integral en contra de la explotación del carbón con minas a cielo abierto.

Líneas atrás escribía: "... difícil o por lo menos no-fácil" ha sido este recorrido por entre marchas y reclamos, por entre viajes y abrazos, por entre dolores y ruidosas frustraciones y aquí estamos: crecidos, reflexivos, conscientes de que aún resta mucho por denunciar, mucho por articular para que comience a entenderse la necesidad de conservar para la vida, para el agua, para la paz, estos espacios de humedad, de resistencia, de clorofila y de voz indígena.

Resulta algo descorazonador que se siga escamoteando tanta dignidad, tanta historia tejida y sentida en estas estribaciones del relieve que llaman Perijá. Se sigue "edulcorando la cicatriz letal" que se le hace a la piel planetaria por estas coordenadas, y a esto se le sigue diciendo sin coto alguno: progreso, bienestar, desarrollo con visión humana!!!

Se sigue siendo, en las ciudades difíciles que habitamos, población con una especie de fe muy caduca, muy lábil. Seguimos entregando esperanzas de cambio a instituciones edificadas en la inoperancia y en la más dolorosa inacción. Ese ha sido un mal que la historia de tanto saqueo histórico y tanta desmemoria del mismo, ayudará a entender y, ojalá, a transformar.

Congresos, simposios, eventos, conferencias, seminarios, entrevistas, investigaciones académicas que no terminan de rozar siquiera a los sujetos humanos y no humanos que hacen vida en derredor o insertos en la más frágil de las naturalezas: la tropical.

Tantas veces se ha dicho: "la ciudad que asoma su espalda al lago", "el árbol nim (Azadiractha indica) es malo"; "No al carbón". Tanto se ha dicho esto que, entiendo, que ya es fundamental avanzar, saltar firmemente a la etapa más interesante del activismo por la vida: dejar de denunciar con la sola idea de que sólo eso arreglará la situación.

Se requiere soñar, diagramar, rayar en coloridos papeles la ciudad nueva (la casa nueva). La ciudad que moje su rostro en las aguas del Lago, la Serranía toda para la vida y no para la desesperanza, por ejemplo.

En el caso puntual de la planta nim, es necesario entender que toda planta exótica no es culpable per se de toda la inoperancia que demuestran de seguido nuestros más caros institutos municipales y regionales de ambiente. Seamos un poco más conscientes de esto y, seguramente, fomentaremos el salto que necesitamos para transformarnos.

Cuando hablamos de la negativa de herir el suelo de Perijá para sacar carbón que sólo beneficia a la empresa (nacional o trasnacional) que lo extrae, también debemos pensar integralmente, en la situación de sobrevivencia en la que quedarían los "trabajadores" del carbón.

Esto es lo que ahora lleva a pensar, a muchos de los que otrora denunciabamos solamente el tema minero, la puesta en marcha de sinceras granjas integrales, de planes agroecológicos locales, de una nueva vida más digna y plena para los compañeros indígenas barí, yukpa y wayuú.

Estas pausas que nos dimos para repensar el accionar ecológico local y ver lo invisible, lo esencial, nos ayudó a entender que debíamos superar algunas etapas del ecologismo localista de manera urgente. Algunos desafíos siguen estando pendientes.

Antes, repito, solo existía un digno "no al carbón", pero, con todo y dignidad no trascendía hasta otras almas, allí se quedaba. Tuvimos que ver esto.

Aprendimos a articular, a denunciar, a subvertir falsedades en torno al "bienestar" que traería el carbón. Tocó revisar tanto esfuerzo desplegado, tocó enmendar y extender los brazos para estrechar otras manos amigas de esta causa nacional, continental y global en defensa del agua y la vida.


Se trata de asumir una nueva manera de pensamiento y acción que nos lleve, de ser siempre los frustrados, los desarticulados, los anti-todo, a ser verdaderos creadores, útiles subversivos que intentan y activan "inéditos escenarios" para que la reflexión y la acción sanadora deje de ser minoría y sea asumida como necesaria y altamente liberadora.

Al menos en Maracaibo siento que esto es esencial.

Entiendo que allí nos encontraríamos en una fase de trabajo colectivo que haría más llamativas las iniciativas de asumir la calle, las plazas, las escuelas, los liceos y las universidades para educar educándonos.

Así, entiendo, ya no sería sólo reacción, ya no sería anti-todo lo que caracterize la acción que denuncia tanto atropello al planeta: estaríamos presenciando un nuevo accionar que se fundamenta en la reflexión crítica de cada una de las acciones que se despliegan en favor de la ecología local.

La ciudad que llamamos Maracaibo pareciera merecer esta desazón, esta inoperancia, esta idea de archipiélago que no termina de vincular a los que desde hace rato denunciamos la jugarreta letal donde solo unos poquitos, léase tecnócratas, ganan papel moneda y muchos (léase el pueblo todo) pierden el hambre de libertad.

Entonces la alternativa debemos asumirla en lo cotidiano, desde actos incluso imperceptibles al ojo agitado que nos habita. No hablo de reciclar desechos sólidos, de cambiar bombillas por unas más ahorradoras, sólo creo que es más prioritario darnos un baño de tumba, como diría el poeta Neruda, en relación a lo que tanto "progreso" nos ha dejado como miserable herencia.

Denunciarnos como partícipes del desasosiego es vital para así no nada más entendernos como voraces consumidores, como miembros de la especie más impactante del orbe, sino para dar el paso, necesario paso, que nos lleve a transformarnos, para cambiar tanta farsalia, tanta "bullaranga", tanto obstáculo que no deja ver la semilla de luz que hemos de sembrar y cosechar.

El paso de lo no-fácil a lo fácil en relación a las acciones, a las inventivas a desplegar para ya no ser más puerto anclado en su propio puerto, debe, puede y quiere rescatar lo tantas veces pospuesto, lo mil y una veces frustrado por tanto "ego suelto", por tanta paciencia mal entendida.

La ecología, escuché una vez, como ciencia es una ciencia débil. Requiere de muchas leyes que sus hermanas mayores (la biología, la matemática, la física) poseen, pero no puede negarse que día a día esta creciente ciencia devela insondables misterios, hermosas interacciones entro lo vivo y lo no vivo (la luz, la temperatura, la presión atmosférica, entre otras variables), entre lo vivo humano y lo vivo no humano.

Así, de a poco, la ecología robustece su cosmos de la "casa común" y es entonces cuando se hace indispensable deshacernos de tantas "escamas" que dentro de nuestra mente deambulan haciéndose pasar por ideas.

Para dejar de traficar desvelos y frustraciones, para comenzar a asumir la dialéctica de la vida desde la transformación real de lo que tantas veces ha impactado la montaña, lo que tantas veces ha corrompido al lago, lo que tantas veces ha degradado a este punto azul pálido que mentan planeta tierra, es necesario sabernos ver. Indagar dentro de nuestra visión de mundo, nuestra visión de cuerpo, nuestra visión de espíritu.

!!Sí a la vida, desde la vida!!, transformando la muerte que hace rato nos cuadricula las opciones.

Por una ecología libertaria que haga de sus hallazgos fuente de cambio para sanar a Gea, a la Pachamama que llevamos dentro.

Por una ecología que se oiga y se baile, por una ecología que nos levante del suelo y nos arrebate ese amodorramiento que confundimos con confort.

Sigamos activos, sigamos movilizados!!!


Hacia el VI ENCUENTRO CONTINENTAL TAWATINSUYU PACHA.

Del 18 al 24 de Junio de 2008.

Wayuumana. Río Socuy. Municipio Mara, Estado Zulia.
República Bolivariana de Venezuela.




Papiroflexia (Origami) Short
Cargado por Masterfill

Papiroflexia
Joaquin Baldwin
Usa
2007.

Un personaje practica el origami en una bulliciosa ciudad. Esto lo motiva a hacer cambios no solo en su pueblo, sino en si mismo. Joaquín Baldwin es un joven animador paraguayo afincado en USA, que nos sorprende con una historia llena de simbolismo y con un gran mensaje ecológico.

tomado de: http://laotraanimacion.blogspot.com/

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2 Comments:

Blogger Unknown said...

ante tanta palabra bien pronunciada es poco lo que se puede objetar u observar verbalmente. Solo puedo decirte dos palabras: amor y solidaridad

Se les ama luchadores y vos cano para adelante siempre

1:17 a. m.  
Blogger Lucía Borjas said...

Así es, el reto es ir más allá de la sola mercadotécnia que se ha creado alrededor de la ecología.

Es actuar y comprender que los mecanismos de la naturaleza, de la vida,están siendo afectados por el ser humano que ve todo a corto plazo y no reflexiona sobre lo que a la larga nos resulta perjudicial.

Tu texto es inspirador para seguir luchando.

12:18 p. m.  

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