No a la carboeléctrica en el Zulia ni a la explotación de carbón en el río Socuy, si al agua y a la energía limpia del Parque Eólico de la Guajira
Sociedad Homo et Natura
El
Presidente Maduro no puede asistir del 1 al 12 de diciembre de 2014 a Lima a la COP20 Conferencia
de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC) y a la CMP10 la Conferencia de las Partes en calidad de
reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto y posteriormente a la Segunda
Cumbre Mundial Climática a realizarse en Paris en el 2015 a seguir avalando la
condición de productor mundial de petróleo y carbón y desviar la
responsabilidad ambiental por parte de PDVSA y demás filiales, pues las
generaciones presentes y futuras no se lo perdonaran.
Luego
de la muerte de Chávez, CARBOZULIA/Pdvsa hoy pretende por orientación de
empresarios chinos y zulianos del entorno político del gobernador
del Zulia, capitaneado por Luis Soto Luzardo (haga click acá y vea quién ha sido este señor acá nombrado), dejar al Zulia sin agua,
suelos y bosques ampliando las fosas de las minas Paso Diablo y Norte en el río
Guasare y abriendo una nueva mina en el río Socuy.
El
plan macabro CARBOZULIA/Pdvsa pretende, además de exportar carbón barato,
construir una carboeléctrica en las áreas de las minas para vender electricidad
al occidente del país y a Colombia. En torno a este negocio el Ministerio de
Energía está estudiando vender al mejor postor el Parque Eólico de la Guajira y
Paraguaná, sin importarles que pensáramos los zulianos de todo este descalabro
político, ambiental y económico que hoy se fragua entre Áreas Cárdenas, sus
empresarios amigos de la Gobernación del Zulia y CARBOZULIA/Pdvsa. Todo esto
avalado por supuesto por la jerarquía que hoy se ha posesionado del Ministerio
del Poder Popular para el Ambiente.
China
prefiere seguir emitiendo sus gases invernaderos hacia la atmósfera que mantener
la temperatura media mundial con un ascenso de no más de entre 2 y 2,4 ºC, pues
reducir sus emisiones recortaría de una manera drástica su espectacular
crecimiento económico actual, algo a lo que Beijing no está dispuesto a
renunciar (www.generacionnatura.org). La República Bolivariana de Venezuela no
puede seguir el camino de China porque tiene una realidad muy distinta, pues
posee sol en abundancia, fuertes vientos y la mayor cantidad de gas en el mundo (376
trillones de pies cúbicos de gas, según Reporte Anual 2008 BP Statistical
Review), luego de Rusia, Irán y Qatar.
El
Presidente Maduro debe darle un parao a este plan contaminante y depredador de CARBOZULIA/Pdvsa/Gobernación
del Zulia y reflexionar sobre lo que dice Ignacio Ramonet “unos 1.500 millones
de seres humanos siguen usando energía fósil contaminante procedente de la
combustión de leña, carbón, gas o petróleo…Apenas el 13% de la energía
producida en el mundo es renovable y limpia (hidráulica, eólica, solar, etc.).
El resto es de origen nuclear y sobre todo fósil, la más nefasta para el medio
ambiente. En este contexto, preocupa que los grandes países emergentes adopten
métodos de desarrollo depredadores, industrialistas y extractivistas, imitando
lo peor que hicieron y siguen haciendo los actuales Estados desarrollados...los
mercados financieros y las grandes corporaciones privadas han restablecido la
ley de la jungla, la ley del más fuerte. Un mundo en el que la búsqueda de
beneficios lo justifica todo. Cualquiera que sea el coste para los seres
humanos o para el medio ambiente. A este respecto, la globalización favorece el
saqueo del planeta. Muchas grandes empresas toman por asalto la naturaleza con
medios de destrucción desmesurados. Y obtienen enormes ganancias contaminando,
de modo totalmente irresponsable, el agua, el aire, los bosques, los ríos, el
subsuelo, los océanos...Que son bienes comunes de la humanidad” (http://www.monde-diplomatique.es/).
El
Presidente Maduro debe tener en cuenta antes de ir a la segunda Cumbre en París cuatro señalamientos entre otros que hace el investigador Julio César Centeno
en junio de este año:
1. “Según la Organización de Naciones Unidas para
la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL) y la Organización Internacional de la Madera Tropical (OIMT),
durante el período 2001-2010 se destruyeron en Venezuela 2,8 millones de
hectáreas de bosques naturales, a una tasa promedio de 280.000 hectáreas
anuales (FAO – State of the World’s Forests 2011; ITTO – The State of Tropical
Forests 2011; CEPAL – Superficie de Bosques 2011). La superficie forestal se
redujo de 49,15 a
46,27 millones de hectáreas en ese período”.
2.
“Las emisiones de CO2 de Venezuela por habitante
son efectivamente las más altas de América Latina. Se han mantenido así durante
años. Así se reporta en varias fuentes, tales como el Banco Mundial, la Agencia
Internacional de Energía, el PNUD y la CEPAL. Según el Banco Mundial, la fuente
a la que hace referencia la nota publicada por Últimas Noticias, las emisiones
por el consumo de combustibles fósiles en el 2010 superaron las 6.9 toneladas
de CO2 por habitante, muy superiores a las de otros países de la región:
Argentina (4.5), Méjico (3.8), Brasil (2.2), Perú (2.0), Colombia (1.6). El
hecho de que un país del caribe, Trinidad-Tobago, registre niveles aún mayores,
no le resta importancia al señalamiento”.
3.
“Cuando se incluyen las emisiones netas de CO2
provenientes de la deforestación, la posición de Venezuela es aún más
comprometedora. A las 200 millones de toneladas métricas anuales de emisiones
de CO2 provenientes del consumo de combustibles fósiles en el 2010 habría que
añadir 90 millones adicionales por la deforestación anual neta. Las emisiones
se aproximan así a las 10 toneladas por habitante, muy por encima de los otros
países de la región y superando a las de países considerablemente más
industrializados, como Alemania, Inglaterra o Japón.
4.
Venezuela encara una difícil situación en cuanto
a emisiones de gases de efecto invernadero se refiere, cuya negación atenta
contra la estabilidad ecológica de la nación y compromete los derechos de
generaciones futuras. Urgen políticas públicas destinadas a reducir efectiva y
sustancialmente las emisiones de CO2 provenientes del consumo de combustibles
fósiles y erradicar la deforestación. Venezuela se encuentra también en una
posición comprometedora en las negociaciones internacionales sobre cambios
climáticos debido a sus elevados niveles de emisión de CO2 y otros gases de
efecto invernadero por habitante”.
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