La PAZ se construye desde adentro, con prudencia color luz.
La paz en Colombia deja de ser palabra manoseada, verbo de hierro ensangrentado y suena a posibilidad dulce.
Toda la cultura indígena, toda la tensión constituyente que crea sus espacios de decir y de hacer en la Bolivia que recién visité se enlazan con la búsqueda de la huella bolivariana en Colombia, en la convulsa Colombia.
Entender la necesidad de seguir escudriñando nuestras realidades para seguir siendo más conscientes de nuestros dolores y así reinvindicar la alegría y la igualdad, la justicia y el destino colectivo que merecemos.
Mientras se deforestan inmensas hectáreas de bosque en el oriente boliviano, en el Amazonas , en la Perijá nuestra, mientras los sedimentos nublan la llegada del sol, mientras los alevines de nuestras raíces de mangle se asfixian, seguimos hechos de la lágrima viva, ejercitando decires y tallando alternativas en el cuerpo posible de la Abya Yala que heredamos.
Mientras duele la cobardía que usufructa las mieles que para todos ha de ser, mientras los "tigres de papel" afilan su quejido de abismo neoliberal y siguen embadurnados de competitividad y vacuo progreso; mientras se asoman por entre oquedades las hileras de dientes que carcomen la dicha que merecemos, aquí, en Nuestra América, se enhebran bondades emancipatorias.
Seguiré atento en la denuncia argumentada y generadora de alternativas. Seguiré compartiendo la luz que traje de este viaje, la colorida estela que heredé de la estancia en la patria que celebra la gloria del Mariscal Sucre y el Libertador Bolívar.
Seguiré atento al descalabro de las intenciones mineras que siguen generando, aquí en el Zulia, más desarrollismo y heridas a la vegetación, la fauna y la verdad indígena que en Guasare, en Cachirí, en Socuy, en la húmeda Perijá aún perviven.
Esta nota grita su asombro ante los soñados vuelos por entre los latimosos sudores del metal, por entre chirridos que pretenden opacar el rocío de los helechos.
En cercanías a un lago estuario, desde la encandilada plaza que es Maracaibo, juego y alumbro mi mirada porque siento que vivir para ser útil, para ahuyentar las dificultades y para creer en la paz que posibilita el abrazo, debe ser permanente idea en la cotidianidad que labramos.
A continuación presento, del más reciente albúm del grupo colombiano Los Aterciopelados: OYE, la canción titulada "Paces" con sonoridades africanas de la costa pacífica colombiana abrazadas al libertario rock bogotano en abierta alución al Canje Humanitario.
Primero la letra, luego un video:
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PACES
Que viene ya el baile y no tengo galán
Hagamos las paces, hagámoslas ya
Que se acaba el tiempo y viene el boomerang
Ya limpié la casa
Ya cambié el mantel
Ya prendí la vela
Ya sembré el clavel
Si nos queremos, si nos buscamos, nos apoyamos Y nos comprendemos
Si nos deseamos, nos atraemos, nos acompañamos, nos necesitamos
Hagamos las paces, seremos capaces, tenemos las frases
Abajo disfraces, de rodillas y en trance, te ruego no lo aplaces,
Hagamos las paces, deja que te abrace
Hagamos las paces, hagámoslas ya
Que el orgullo ruede por el tobogán
Hagamos las paces, hagámoslas ya
Que curamos esta y la otra realidad
Ya limpié la casa.
Si lo meditamos y nos perdonamos
Nos abrazamos y nos acostamos
Hagamos las paces, seremos capaces
Tenemos las frases, abajo disfraces
De rodillas y en trance, te ruego no lo aplaces
Hagamos las paces, deja que te abrace
Ya limpié
Hagamos las paces, hagámoslas ya
Que viene ya el baile y no tengo galán
Hagamos las paces, hagámoslas ya
Que se acaba el tiempo y viene el boomerang
Ya limpié.
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Etiquetas: Bolivia, Canje Humanitario, chávez, Colombia, FARC EP, Los Aterciopelados, Paces, Paz, Piedad Córdoba
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