A propósito de la traición del 12 de octubre en Perijá: seguir movilizados para que en el destino esté la procedencia
por: nicanor a. cifuentes gil
.asombrado por Perijá.
.asombrado por Perijá.
¿quién tiene el monopolio de la empatía y arrima más latidos a la causa indígena? si estas luchas que construimos, con migajas de cada quien, migajas nobles, son para sabernos más cercanos a una verdad que nos salvará como especie.
leí esta frase: "...para que en el destino esté la procedencia". es esta la intención del sudor que destinamos, en juntez, por entender una tierra diáfana sin cercos, sin corporación de colmillo amarillo que la cuadricule, sin la intención de oficina que la otorgue a otros con la idea confusa del bienestar colectivo.
entonces ser ecólogo no para nada más entender interacción entre sistemas bióticos y abióticos, no nada más para darle nombre a los flujos y reflujos de energía que por doquier levantan y corrompen cualquier ecosistema. ecólogo para desde el placer del asombro científico encausar torceduras de la infamia, de la abultada y agitada demografía que carcome todo como virus ubícuo.
sí, sudar la debida dignidad, la ancestral movilidad. sin aspavientos efímeros ni euforias de corto plazo. celebrar la posibilidad de dialogar, de aventar alternativas, de conjugar saberes, de creer en el prójimo pese a la terquedad de lo terrible.
perijá puede ser cualquier gélida estepa, cualquier desierto africano, cualquiera de las caidas de caliza que en la amazonía peruana explota de orquídeas antes de perderse en jungla imbricada. perijá es una sensación, fulgor difícil, piel y hematoma, agua bajando por gravedades y cauces.
el caso es que allí hay vida que se yergue, vida que teje, vida que ha soñado ser y, de pura fuerza, ha logrado avanzar por entre las pieles del tiempo para mostrar su diferencia y su parecido, su grandeza y su maravilla, su grito único como huella, a las constelaciones que se juntan en este planeta.
y perijá ha sido rebasada en su entrega y le han cercenado paisaje y humanidad. denuncio una trampa para remover sus entrañas y arrinconar a flacos espacios la posibilidad creadora de salvarla de tan homogenizado destino.
no se ha entendido la fragilidad biológica y cultrural de lo que allí está enlazado. Se pretende a estas alturas del dolor relatado y denunciado, seguir recetas de torpeza y delincuencia y así seguir posponiendo la maravilla de ver y gozar esa territorialidad para lo que ha sido y ya pareciera no ser más.
todos pueden lanzar sus mejores teorías al ruedo con la esperanza de ver un buen espectáculo. todos parecieran escurrir responsabilidades a la hora de denunciar lo quebrado en estos espacios de bio y sociodiversidad profunda, pero el indígena sigue saturado de decires, saturado de sistemas, mapeos, dimensiones que le son ajenas, que le vulneran inmensamente.
una poética y una ciencia, un discurso y un accionar son llamados al abrazo para seguir batallando contra la necedad de unos grises, de unas instituciones que suplantan la verdad colectiva y el sentido común a ortodoxas manías de trampa e incertidumbre.
juntar los dolores y las dignas rabias para seducir al que aún desconoce que, en perijá, como en cualquier otro diverso punto del orbe, se está ensayando con avanzadas burocráticas al despeje de zonas, al aniquilamiento paulatino y desvergonzado de maneras de entender la paz y el amor, de entender y trabajar la tierra.
seguir movilizados para entendernos, para no desesperanzarnos y para seguir insistiendo en la construcción colectiva de un destino donde esté la procedencia, la diáfana tierra y su gente, la húmeda perijá, sin ostrones, sin latifundistas, sin minería, sin finqueros ni sicarios y así jugar y parir la vida vivible de una buena y digna vez.
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