La criminalización deliberada contra los pueblos Yukpa y Barí en Perijá es racista e inhumana .
Si se pierde la vaca del patrón vamos por el indio
La criminalización deliberada contra los pueblos Yukpa y Barí en Perijá es racista e inhumana
La criminalización deliberada de la región de Perijá es una táctica recurrente que coincide con los planes de militarización de la zona y el interés minero trasnacional que lo promueve.
La frecuente imputación que maximizan deliberadamente los periódicos regionales, y ahora los informes que se entregan al Gobierno se esmeran en un patrón recurrente: la fabricación de delitos de secuestro, abigeato, drogas, que intencionalmente reflejan los nombres de ríos o comunidades indígenas y los grupos indígenas que le habitan.
Hace unas semanas, luego que fuera golpeado violentamente por efectivos del Ejercito el docente Yukpa Leonardo Martínez, tres Barí que bajaban por el Río de Oro fueron apresados mientras era identificado por el Ejercito, los restos de lo que se presumía fue un laboratorio de alguna droga en un potrero de una hacienda, hoy permanecen apresados violándoseles todos sus derechos como indígenas, como ciudadanos de este país, golpeados al extremo para que “canten”.
Ayer, el Yukpa Sabino Romero Izarra, cacique de la comunidad Yukpa Chaktapa y su familias y demás habitantes de las comunidad indígena fronteriza vivieron la zozobra del rumor de que un ganadero y un grupo de sicarios subirían por él para ajustar cuentas -“justicia privada”- por el robo de 38 becerros que dos hombres encapuchados arrearon a pié desde la hacienda Medellín hacia esos lugares.
Pudimos confirmar por un representante del gremio de ganaderos que el hacendado en cuestión subiría con el ejército hasta que Sabino porque alguien le dijo que uno de los encapuchados podía ser un hijo de Sabino y el otro el hijo del segundo cacique de Paja Chiquita, Francisco. Este último Yukpa no tiene hijo, pero éste es el método arbitrario, racista e ilegal con el que figuras como el Ejército, o sujetos que se presumen de buen vivir como algunos ganaderos emplean cuando algún bien, como sus vacas, son sacadas de sus poteros.
En las represiones de este tipo se violan los derechos humanos de estos pueblos, sus derechos civiles más fundamentales, violaciones las autoridades judiciales mal atienden y nunca llegan a esclarecer, hasta que se dan por olvidadas, impunes. Y sólo se retoman con la siguiente arremetida. Aún el comisionado por la ONU espera una respuesta por parte del Gobierno sobre la preocupación de violaciones de los derechos humanos en la comunidad Chaktapa, aún el pueblo Yukpa recuerda la muerte del año pasado del anciano padre de Sabino, José Manuel Romero, aún reclaman justicia en la Fiscalía 40 del Ministerio Público de Maracaibo.
Hoy en la mañana al parecer subirán hasta la zona las defensoras María Gabriela Vílchez y Lorena Acuña hasta la zona, junto a los grupos de derechos humanos que hacen vida en Perijá, para investigar y proteger los derechos que deben amparar, en este caso, a Sabino Romero.
Es importante recordar que la criminalización de la Región de Perijá, aún, pulmón verde de occidente, zona última de reserva biodiversa de la región, resguardo de nuestras últimas reservas de agua dulce, escondite de históricas culturas que se niegan a desaparecer, no es sólo el tema del abuso de autoridad y poder en la zona. Su desprecio, y el de la gente que le habita, su identificación como lugar peligroso, de narcos, guerrilleros, secuestros, es la justificación de su intervención y futuro control para el saqueo mineral que se le encima.
La criminalización deliberada contra los pueblos Yukpa y Barí en Perijá es racista e inhumana
Sociedad Homo et Natura
La criminalización deliberada de la región de Perijá es una táctica recurrente que coincide con los planes de militarización de la zona y el interés minero trasnacional que lo promueve.
La frecuente imputación que maximizan deliberadamente los periódicos regionales, y ahora los informes que se entregan al Gobierno se esmeran en un patrón recurrente: la fabricación de delitos de secuestro, abigeato, drogas, que intencionalmente reflejan los nombres de ríos o comunidades indígenas y los grupos indígenas que le habitan.
Hace unas semanas, luego que fuera golpeado violentamente por efectivos del Ejercito el docente Yukpa Leonardo Martínez, tres Barí que bajaban por el Río de Oro fueron apresados mientras era identificado por el Ejercito, los restos de lo que se presumía fue un laboratorio de alguna droga en un potrero de una hacienda, hoy permanecen apresados violándoseles todos sus derechos como indígenas, como ciudadanos de este país, golpeados al extremo para que “canten”.
Ayer, el Yukpa Sabino Romero Izarra, cacique de la comunidad Yukpa Chaktapa y su familias y demás habitantes de las comunidad indígena fronteriza vivieron la zozobra del rumor de que un ganadero y un grupo de sicarios subirían por él para ajustar cuentas -“justicia privada”- por el robo de 38 becerros que dos hombres encapuchados arrearon a pié desde la hacienda Medellín hacia esos lugares.
Pudimos confirmar por un representante del gremio de ganaderos que el hacendado en cuestión subiría con el ejército hasta que Sabino porque alguien le dijo que uno de los encapuchados podía ser un hijo de Sabino y el otro el hijo del segundo cacique de Paja Chiquita, Francisco. Este último Yukpa no tiene hijo, pero éste es el método arbitrario, racista e ilegal con el que figuras como el Ejército, o sujetos que se presumen de buen vivir como algunos ganaderos emplean cuando algún bien, como sus vacas, son sacadas de sus poteros.
En las represiones de este tipo se violan los derechos humanos de estos pueblos, sus derechos civiles más fundamentales, violaciones las autoridades judiciales mal atienden y nunca llegan a esclarecer, hasta que se dan por olvidadas, impunes. Y sólo se retoman con la siguiente arremetida. Aún el comisionado por la ONU espera una respuesta por parte del Gobierno sobre la preocupación de violaciones de los derechos humanos en la comunidad Chaktapa, aún el pueblo Yukpa recuerda la muerte del año pasado del anciano padre de Sabino, José Manuel Romero, aún reclaman justicia en la Fiscalía 40 del Ministerio Público de Maracaibo.
Hoy en la mañana al parecer subirán hasta la zona las defensoras María Gabriela Vílchez y Lorena Acuña hasta la zona, junto a los grupos de derechos humanos que hacen vida en Perijá, para investigar y proteger los derechos que deben amparar, en este caso, a Sabino Romero.
Es importante recordar que la criminalización de la Región de Perijá, aún, pulmón verde de occidente, zona última de reserva biodiversa de la región, resguardo de nuestras últimas reservas de agua dulce, escondite de históricas culturas que se niegan a desaparecer, no es sólo el tema del abuso de autoridad y poder en la zona. Su desprecio, y el de la gente que le habita, su identificación como lugar peligroso, de narcos, guerrilleros, secuestros, es la justificación de su intervención y futuro control para el saqueo mineral que se le encima.
¡PERIJÁ PARA LA VIDA!
¡POR LOS INDIOS QUE RESISTEN EN SUS PILES LA CODICIA DE LOS BÁRBAROS!
¡NO AL CARBÓN!
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¡NO AL CARBÓN!
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