miércoles, agosto 12, 2009

Agosto Maracaibo.


Se mira el ombligo la ciudad hidrofóbica
De periferia hojalata y de centro un desnuque

Se encandila sobreexpuesta tanto gozne que oxidado quedó
luego del maldito picotazo

piélagos reventados al mejor postor
esquirlas son de este trajín que mentan puerto

todo aquí ni lúbrico ya es
poliuretanizada el alma
hecho PVC remilga un sístole

Orilla mil veces descompuesta
bocachico en la tina de aceite
muchos jetones fuera de ella

aquí desfallece esta improvisada mole
esta malcriada mayamerización
en el que insisten balancines y palmeras.


No se trata de remilgar, ni de desnuques en contravías. Aquí denuncio un latido que inunda de sudor y agite los días acalorados de este tropel de bolsas plásticas en que han envuelto las cotidianidades de Maracaibo. Obstina el saberla no querida, manoseada, salpicada de bitumen.

No bastaron musas ni semifusas, ni ocasos tragados en la acuática estancia. Este lago se quebró de tanta oficina que le crearon para salvarlo. Este nido de confluencias dulces, de lacios y revoltosos ríos hiede de tanta retórica insuflada por doquier.

Simulacros de leyendas, palacetes, cercas de ciclón, nylon, tranvías plagiados, estaciones de trenes herrumbres, olor de pescado y piragua tuerta. Aquí, para iniciar al confundido, se habla de la concresión de la muerte, del zarpazo lento que mordisquea la galleta que es Maracaibo.

"Quince caimanes vinieran a tragarse Las Playitas para recuperar el Río Mangle que maldijeron los de tanto comercio indecente, los que encerraban muertes con forma de gallos en las jaulitas chinas, al fondo de Las Pulgas.

Una tromba fosforescente de aguamalas, de por allá de San Carlos, península de empanada caliente y carbón de Perijá, viniera a hacerle el croquis a los arquitectos de la malparidez, esos que se inventaron las villas para que ningún wayúu volviera a amar los mangles de la costa.

Un viaje de taras maraqueras les arrancara chirrido de monte, espina en vigilia, guasabara inquieta a los débiles de piel, a los que tiran la bolsita plástica del bus de San Jacinto disque pa´que trabajen los salserines!!!

Truenos de Santa Bárbara a los que ronean mal al San Benito profundo en esta cuadrícula que habito; a los que celofanean esta urbe que tienen tanto por desbancar de ese Macondo que el Gabo medio contó".

Olla de grillos escuché y quise allí a los testaferros adecos que ni siquiera saben porque carajo son adecos, a los copeyanos que nada más fueron brillantina opaca en el cadáver de Caldera, el mismo que picoteó en mil astillas este Saladillo que duele adentro.

Aquí se llenó de costa atlántica el hambre que puebla los mundos. Este gentío de "mall" llora sus días de las madres con plástico de China y bautiza las gargantas de los niños con crema de magdonals, pa` que los coñitos crean.

¿Sorprende este terrón de hierro acalorado donde brotan mujeres descalzas a buscar gotas, donde había próceres que comían naranjas, donde se voseaba sabroso, donde nostalgia era Pirela Felipe?

Aquí no vendrá el líder a reventar de gesta, aquí pareciera incoherente devanar asombros en juntez... no vaya a ser que le digan a uno hembrita.

Aquí nadie duele ya, preguntále al egipcio tallado en la cárcel de Bella Vista, al Sebastián saeteado de mentira rosalista en pleno centro. Aquí nada duele ya, preguntále al perro en situación de calle.

Entonces no es que esté diametralmente opuesto a las epifanías... no!!! es que estoy empezando a ver fulgores en esta agonía, en esta impenetrable estructura a la que tantos quieren salvar sin entender que nació para ser nombrada en las historias de ese Caribe que Salgari pirateó.


Viniera una llovizna mamá...
que quiero meterme debajo de un chorrito de agua
y perderme en el aguacero que soy yo
llorando una ciudad sincera
por amor a Dios!!!

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Siento tu grito, hermano, desde mi advenediza presencia en estas tierras. Pero como todo es cosa de escalas, tomo la de ser venezolano que todo marabino-maracucho-zuliano tiene y me sumo a ella como habitante -nuevo cambio de escala- de esta Tierra de soles y aguas que eran, cuyas únicas fronteras están en las mentes, éstas que nos son débiles.
Asuma mi espaldarazo como una mano que se halla en almas y ojos que se crispan ante la ignominia (que no sólo habita este lado de nuestro Lar grande, sino que se arma de ubicuidad para venirnos a joder los sueños y obligarnos a una eterna defensiva, agotadora, pero sine qua non.
Un abrazo grande, camarada.

1:33 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

César Seco:
La ciudad es el vientre urbano, a ella descendemos y por ella ascendemos, calle abajo, calle arriba, mientras ella nos ofrece su cuerpo, a veces tan a mado y a veces tan repulsivo, con sus aromas y olores, con sus encandilamientos y colores, con sus rostros y sus gestos, con su violencia y su arte, con su poesia y su luz. Esta visión de Maracaibo es otra, siempre distinta, diferente a la de Udón y Hesnor, distinta a la de Castro y la de Blás, muchacho pa dónde vas vos. Nos estamos viendo. un abrazo y nuevamente un saludo a tu padre y a todos los amigos de esa tierra que nunca olvidamos...

9:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mario Fernández:

Tristemente hermosa tu poesía y tu prosa, Nicanor, entre arrecheras y sopores vivimos con nuestra ciudad a cuesta, saqueada y violada mil veces por corsarios y piratas de ayer y lamentablemente de hoy…

9:02 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Fedora mora:

Hola Cano, que lindo el poema a la derecha, es tuyo?

Un abrazo, seguimos...
Fedora.

9:04 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

María Dolores Delgado Rosales:

Mi amado Nica...
En principio gracias por el regalo en imagen y palabra... que como dice nuestro Silvio "no es lo mismo pero es igual"...
¡Cómo miramos de igual! Por eso es que entendemos, por eso es que nos indigestamos, por eso es que queremos reventar a gritos tanto cemento pa encontrarnos con el agua que a duras penas es e intenta seguir existiendo... que a carajazo limpio intenta recordarnos asomándose por error entre las "Villas", los "Malles" y los edificios del Milagro que somos una ciudad-puerto aunque vivamos de espaldas a ello...
Yo llevo en el alma la nostalgia de la Maracaibo que aprendí a vivir y a amar de la evocación de mis viejos que la respiraron, la vieron y la caminaron en su condición de maracuchos tradicionales del centro durante su niñez y su adolescencia... Yo hice con mamá su historia de vida y vivo enamorada de las imágenes que Yolanda "la vieja" me hizo sentir a través de su relato... pisos de cascajo, aljibes, el hato "Campilugente", Loco lindo, la Calle Ciencias, El Malecón... son innumerables los sitios y experiencias que ahora también son míos, y ¡cuánta arrechera causa chocar con la realidad de la ciudad que hoy vemos!, la que nos han dejado... a veces tengo la necesidad de sentarme y llorar con ella, lo he hecho...
Ante esto que decís, que leo, y que es tan trágico y urgente como hermoso, solo me nace la solidaridad automática que emerge del duende que jamás abandona la esperanza porque mientras seamos varios los que extrañamos a la piedra de ojo y al Saladillo desgarrado por la piqueta que los mal paríos arrancaron pa darle paso al "progreso" (¿vos los habeis visto?), la ciudad-puerto-agua-poesía seguirá pujando pa parir nuevas alboradas y renacer de y con nuevos ímpetus... Ni la plaza horrible y absurda de la Chinita de fibra de vidrio (que pa empezar no es la Chinita porque esa no es la imagen ni de vaina), ni los bancos rebuscaos de ciudad gótica, ni los faroles horrendos puestos cada 5 cm el uno del otro, ni las latas que no dejan mirar qué carajo están destruyendo frente al Baralt (porque no creo que estén construyendo nada), ni el mollejero de disparates que no nos dejan mirar el Templo de San Francisco donde nació LUZ, ni el miedo con el que la azul belleza de la Iglesia Santa Bárbara mira creyendo que ahora vienen por ella, nada de eso matará la esencia ni la magia... quizás es hora de pronunciarse pa que la ciudad agarre nuevo aliento y sienta que si levanta el golpeado rostro habrán hijos esperando sus ojos pa luchar por la Maracaibo de Udón, de Molero, de Lossada, de Ochoa, de Baralt que sigue latiendo a pesar de todo y de nada...
Un beso del alma Nica hermoso...
Lola.

9:05 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

esa es la otra ciudad, el otro campo verde. De sus comentarios desprendo esperanza para seguir descifrando lo que rodeo, lo que me incluye. va mi abrazo-beso a los activados por eso que en agosto ha brotado.

Desde la risa de mi corazón, con la picardía y contentura liberada les abrazo. seguir inventando para bien la ciudad... desafío infinito.
gracias.

2:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A veces la veo desde afuera moribunda, fétida, cayéndose de a poco...Otras la veo desde adentro y me duele tanto, que debo cerrar los ojos para no insultar al señor que va a mi lado en el bus de San jacinto y tira la bolsita por la ventanilla... Lo peor del caso es que ya ni siquiera en son conciliador se le puede llamar la atención al alguien... Por que una bala puede ser una fría y rápida respuesta.

5:56 p. m.  

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