IV CONGRESO VENEZOLANO DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA - Falcón, 23 al 28 de junio de 2013 DECLARATORIA
Nosotras y nosotros, en lucha por la defensa de la
vida, reunido/as en el IV Congreso Venezolano de Diversidad Biológica,
en la Península de Paraguaná, Estado Falcón – Universidad Bolivariana de
Venezuela- entre el 23 y el 28 de junio de 2013, debatimos en torno al
legado de nuestro Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, plasmado
en el Plan de la Patria 2013-2019, con el fin de comenzar a dibujar el ecosocialismo, para contribuir a la defensa de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana.
Para ello partimos de los acuerdos y polémicas surgidas del debate
durante el III Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, donde se
alzó la voz en contra de la propuesta de desarrollo sustentable, la
economía verde y la mercantilización de la naturaleza.
CONSIDERANDO
Que el modelo hegemónico capitalista neoliberal en su afán
desarrollista y de acumulación de capital se ha agotado a sí mismo y
está superando los límites de la naturaleza, ya que basa su
sobrevivencia en la explotación depredadora de los elementos naturales
del planeta, planificada desde el poder del capital.
Que el control de los elementos de la naturaleza determina las
dinámicas globales y las relaciones de poder del sistema mundial,
generando la mercantilización y cosificación de bienes comunes, como el
conocimiento, los alimentos, el aire, el agua y favorece la
privatización de la vida y del planeta todo por medio de las patentes y
otras formas de apropiación y generación de la violencia.
Que Venezuela y Nuestramérica representan un objetivo fundamental en
la agenda de saqueo de los elementos de la naturaleza, para el beneficio
de las corporaciones y la economía capitalista, debido a nuestras
reservas de elementos naturales estratégicos (agua, minerales,
petróleo, diversidad biológica y otros).
Que las luchas históricas de los Pueblos del Sur se encuentran en la
propuesta de nuevos tipos de socialismos que transformen las relaciones
del poder opresor y construyan poder popular, transciendan nuestra
enajenación de la naturaleza, y se enfoquen en el amor y la
espiritualidad como estrategia de lucha para garantizar la (re)
producción de la vida digna.
Que la transición hacia el socialismo bolivariano encuentra en sus
fundamentos el legado ecosocialista de nuestros pueblos originarios, del
libertador Simón Bolívar y del comandante eterno Hugo Rafael Chávez
Frías, plasmado de manera trasversal en los cinco Objetivos Históricos
del Plan de Patria 2013-2019.
Que uno de los grandes retos para construir esta transición es asumir
y resolver la contradicción entre el ecosocialismo y la cultura
rentista petrolera, que nos ha configurado como sociedad dependiente en
los últimos cien años, contradicción que se hace evidente en la tensión
que existe entre el Tercer y Quinto Objetivo Histórico del Plan de la
Patria, donde se contrapone el desarrollismo industrializante a la
defensa de la vida en el planeta.
Considerando la necesidad de construir de manera colectiva las bases de nuestro ecosocialismo, planteamos:
NUESTRA POSICIÓN
Denunciamos la inviabilidad de los conceptos de desarrollo y progreso
como modelos sociales, y de sus variantes históricas: desarrollo
sustentable, subdesarrollo y barbarie, etc., utilizados como
instrumentos de dominación y opresión de las culturas del planeta por
parte de los poderes hegemónicos, basados en la explotación de la
naturaleza como recurso.
Acogemos el principio de que la independencia es el bien más preciado
que podemos conquistar, y que es sólo a partir de ella que podremos
alcanzar nuestra soberanía y la preservación de la diversidad de vidas y
de culturas.
Ratificamos nuestra posición de que el desarrollo sustentable no es
una alternativa a la crisis ambiental generada por el capitalismo.
Apoyamos las luchas por la defensa de la vida que se enfrentan,
resisten y transforman el orden mundial hegemónico del capitalismo y sus
diversas manifestaciones como el neoliberalismo; que son las luchas de
las mayorías de los poderes populares que sostienen la vida en el
planeta.
Convocamos a la movilización permanente por la justicia y contra la
impunidad en memoria de nuestros hermanos y hermanas indígenas y
campesinos (as) caídos en lucha en defensa de las tierras, los
territorios, del agua, de la vida y la dignidad.
Consideramos que el actual e insostenible modelo rentista petrolero,
del cual somos dependientes, es una vía transitoria que debe servir para
trascender el modo capitalista hacia la construcción del Estado Comunal
Ecosocialista. Esta transformación implica saldar la deuda histórica
social y ecológica del Estado con los pueblos y garantizar la
integración regional.
Alertamos el riesgo de que el término ecosocialismo se vacíe de
contenido y sea banalizado a través del uso despolitizado por actores
que, directa o indirectamente, incorporen en sus políticas las lógicas y
las agendas de las corporaciones.
Estamos convencidos de que la construcción del ecosocialismo exige un
cambio de modelo económico, político, social y cultural, fundado en la
insurgencia del poder popular y constituido en los valores que promueven
la diversidad, contenidos en el Estado Comunal.
El ecosocialismo exige la formación, organización y movilización
permanente de los movimientos sociales para la construcción y la
práctica de un paradigma político que trascienda y sustituya el modelo
capitalista neoliberal por el modelo de producción socialista basado en
el respeto de los procesos y los ciclos de la naturaleza.
Consideramos que un elemento básico de cualquier transición
ecosocialista es el cambio del modelo de producción y consumo que debe
venir acompañado de la transformación de la matriz energética actual,
hacia una matriz energética alternativa que garantice la sustentabilidad
y promueva la soberanía de los pueblos.
Reconocemos el papel de los medios de comunicación, y
fundamentalmente de las estrategias de comunicación popular, en la
transformación de la lógica de dominación y en la construcción del
ecosocialismo, partiendo desde el principio de que los medios de
comunicación no son instrumentos políticamente neutrales sino
artillerías y herramientas de poder que deben ser utilizados para la
construcción del ecosocialismo.
Denunciamos las pretensiones desestabilizadoras de actores
nacionales, regionales e internacionales que buscan generar un escenario
que debilite al estado venezolano, para favorecer la apropiación de
recursos naturales por el poder transnacional del capital vulnerando
nuestra soberanía e independencia.
Reconocemos que las misiones, grandes misiones y programas políticos
del Estado para la construcción del Poder Popular, representan un avance
de las políticas ambientales nacionales, e instamos que estas misiones y
programas sean profundizadas respetando los ciclos de la naturaleza.
Valoramos los aportes y avances de la Estrategia Nacional para la
Conservación de la Diversidad Biológica y su Plan de Acción Nacional
2010-2020, como instrumentos de transformación de la gestión enmarcados
en el proyecto ecosocialista del Plan de la Patria. Reconocemos la
necesidad de crear mecanismos de seguimiento eficaces de la Estrategia
que ayuden a generar resultados concretos, como la consolidación de
mecanismos de información, creación de indicadores. Así mismo, se
reconoce la necesidad de articulación y el protagonismo de los actores y
actrices, en la implementación de la Estrategia, que permitan
contribuir a la creación de una contraloría popular eficiente.
Reconocemos la importancia de los Congresos de Diversidad Biológica
como espacios de debate para la construcción de políticas, la
visibilización de luchas y logros de pueblos, actores y actrices
culturales y colectivos políticos, y el intercambio de saberes. Para eso
es necesario profundizar en la creación de estructuras que garanticen
su perdurabilidad en el tiempo y la participación protagónica en su
construcción.
Ratificamos nuestro rechazo ante la imposición de tecnologías,
particularmente las que generen dependencia, vulneren la soberanía de
los pueblos, los saberes y métodos tradicionales y populares, que
atenten contra la diversidad de la vida y las condiciones que hacen
posible la existencia de vida en este planeta.
Declaramos que el ecosocialismo debe ser garantía de alimentación
soberana de los pueblos como derecho fundamental. Este derecho no sólo
involucra el acceso a alimentos en cantidad y calidad adecuadas, sino
que además involucra la lógica del respeto a los derechos de la
naturaleza, basado en un cambio de modelo de producción y de consumo,
consciente de los límites del planeta y de la necesidad de valorar las
buenas prácticas locales y diversas.
Afirmamos que la producción de alimentos, y los mecanismos elegidos
para esa producción, que incluyen el uso de sistemas de transporte,
circulación e intercambio, son dimensiones de los derechos humanos
vinculados a la salud, la alimentación y al ambiente seguro, sano y
ecológicamente equilibrado. Advertimos que el modelo industrial
hegemónico, que necesita estimular la cultura del uso de agrotóxicos, la
biotecnología moderna y los transgénicos, representa una amenaza para
estos derechos.
Señalamos que los organismos genéticamente modificados representan
una amenaza para la diversidad biológica y cultural del planeta, a la
vez que rechazamos su imposición desde los intereses del capitalismo
trasnacional.
Ratificamos nuestro compromiso por la defensa y protección de la
diversidad biológica de las zonas áridas de Venezuela, en especial de la
tierra falconiana, enclave de este IV Congreso Venezolano de Diversidad
Biológica. Respaldamos a los pueblos de Falcón en sus luchas históricas
por la emancipación y la defensa de la vida. Reconocemos la importancia
histórica y biológica de la Fila de Montecano y la importancia de su
protección y conservación.
Manifestamos que la ética ecosocialista se basa en el respeto a los
derechos y a los ciclos de la naturaleza, en el hecho de que todos y
todas nos hacemos responsables por el cuidado y la reproducción de la
vida, y en las luchas por alcanzar el buen vivir y los valores
espirituales de las culturales originarias y locales. Esta ética propone
dinámicas socioculturales que trascienden el antropocentrismo, el
patriarcado y el distanciamiento entre la humanidad y la naturaleza.
Afirmamos que el ecosocialismo es una forma de vida y un modelo
civilizatorio que implica, entre muchas otras cosas: el reconocimiento
de los derechos de la naturaleza, la creación de una nueva cotidianidad,
la emancipación de la unidad familiar, la repolitización del amor y la
espiritualidad, la ruralización de las ciudades, la organización
comunitaria que asume la autoconstrucción y la autogestión, el
reconocimiento de la mujer y de las subjetividades género-diversas como
actores y actrices políticas, la creación y el fortalecimiento de
tecnologías educativas que surgen del saber de los pueblos, los valores
de la economía comunal, el trueke, el valor político de las
cosmovisiones de los pueblos originarios, de los pueblos campesinos y
afrodescendientes, el paso de la propiedad intelectual a la propiedad
social y la función de la semilla como identidad y herramienta de
construcción de la diversidad ecológica y cultural.
Conferencia inaugural del Investigador Jesús Manzanilla
(Director de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica).
Foto: Nicanor Cifuentes Gil
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