sábado, febrero 21, 2009

Pareceres sobre la ecología acústica y la música que somos.



Querer anotar la letra del cantautor canario Pedro Guerra en esta ventana que ahora lees me llevó a sentirme como proveedor de reflexión momentánea; surgió la idea en mí de conectar ideas que, aunque efímeras, favorecieran germinaciones significativas en cada lector, incluyéndome.

El Portal Clorofilazul ha edificado disciplinas en mí, como humano, como persona que avala lo lúdico y lo digno para denunciar, para asombrar, para divulgar glorias y opacedades de esto que colectivamente construimos desde la ecología activa, en la bioregión Cuenca del Lago de Maracaibo. El latido nos ha concentrado a las estribaciones de la Sierra de Perijá, a definir y a abrazar sus coordenadas de humedad cada vez más amenezadas por tanta insatisfacción humana no resuelta.

Esas insatisfacciones son destinables a ejercicios políticos que siguen avalando, a ambos lados de la geografía verde que es Perijá, imaginarios de "progreso y bienestar" ligados a explotaciones minero carboníferas que, como ya hemos comentado y padecido, son más los descalabros ecológicos y los graves impactos sociales y culturales generados, que las glorias que se pretenden alcanzar de manera tecnocrática e hipócrita.

Yo estaba hablándo de una letra de una canción llamada "Debajo del Puente", su autor, insisto, es Pedro Guerra quien no hace para nada, alusión alguna a su apellido. Este trovador español lacio y sensible, inspira en mí la canción que necesitamos para pasar de lo cotidiano a lo extra-cotidiano.

Muchos trovadores de Nuestramérica también desencadenan estas sensaciones seguramente, pero lo destacable de lo que deseo expresarles es que con el compositor Guerra, se abre una conexión asociada con lecturas recientes e iluminadoras sobre la Ecología Acústica, dimensión del estudio ecológico integral escasamente abordada en academias y en el marketing verde que ahora nos atiborra de falsedad gatopardeana verde.

Existe un portal en la red llamado Fonoteca Nacional (ver paisaje sonoro) y se relaciona a la institución mexicana que labora, junto a un importante grupo de expertos en el área de la ingeniería del sonido y de la ecología acústica, en el rescate y preservación de las sonoridades humanas, culturales y naturales del país azteca.

A mí, esto me llevó a repasar emociones (el verbo más acorde sería "recordar") ligadas al debate hermoso sobre el recate del patrimonio cultural tanto tangible como intangible, y es así como emboné lo relativo al tema de lo acústico, las sonoridades con lo intangible, lo que por el viento viaja y asombra. De efímero vuelo fue tu canto.

La lírica de Pedro Guerra "Debajo del puente" aborda la cotidianidad de lo arriba y de lo abajo del espacio natural que es el río, ¿cuál río?... cualquiera!!! incluso los ríos internos nuestros, la ecología fluvial que nos circunda irrigándolo todo. Entonces, "irrigado" de esa electricidad de ver conectividad, red fluida y lacia que permita abrazar (y no ennudar) las ideas y asombros, creí pertinente reflexionar sobre lo que en nuestro estado occidental del Zulia acontece (y esto es lamentablemente extrapolable al resto de la geografía mundial) en relación con las cosmovisiones indígenas gravemente amenezadas por el agite, la alteración lucrativa, la aplanadora cultural del fast food, del quiebre espiritual que difunde occidente como si de glifosato dispersado sobre el bosque se tratáse.

Se habla de rescatar idiomas, de reconocer derechos, de mantener intactas estas maneras de nombrar la geografía y las emociones. En el caso del idioma añú se habla hace un tiempo de rescatarlo, pues ya sus hablantes se encuentran en una edad avanzada. Se perdería lo intangible de este acervo cultural anfibio, este acervo que en nuestras aguas ha coevolucionado y ha promovido una diversidad de grafemas y fonemas, de significantes y significados únicos, asombrosos.

Desde el ecosistema estuarino, pleno de la presencia del manglar y la enea, la vida humana ha posibilitado una ligazón, una religión (en el sentido más limpio de la palabra) que hoy vemos amenazada de plástico, de agite, de desnutrición, de esquizoide turismo que nada ve así como de politiquería absurda.

Con los indígenas barí y yukpa en la geografía montañosa de la Sierra no es tan grave el problema idiomático, linguístico, pero la muerte sigue intacta coleccionando poderes, traficando hectáreas desde donde ampliar la brutal economía de los pastizales que así como dan leche y carne a los mercados nacionales e internacionales, así, en la misma proporción, acaban, arrasan con vastas extensiones de bosque primario, bosque virgen, con cortezas, con pieles insecto, con vida mamífera, con humedad clorofílica.

Esto de la ecología acústica ayuda a desplegar más el manido tema de la ecología "teledirigida", edulcorada con esto del reciclaje que no se da, de la toma de conciencia que no quita la sed de agite, con la franela "ecologista" de pintura verde tóxica. Digo que lo ayuda a desplegar pues asombra y engancha, al menos en mí caso, con lo que acontece realmente en los espacios naturales: No nada más hablamos de biodiversidad a nivel estadístico, tantas especies de peces, de aves, de plantas, de hongos, de bacterias... estamos hablando de formas de materia viva que despliegan sus vidas respirando, creciendo, amando, y volviendo a sus orígenes para permitirse la nueva posibilidad del dinamismo, de la búsqueda del balance y en el interín: evolucionar, avanzar, reacomodar, gemir, comer, soñar, huir, correr, sentir.

Este agite de urbe homogénea, de lucha que no cesa contra lo que no es igual a nosotros nos mantiene descentrados de nosotros, nos aleja de posibilitar un socialismo que colectivice realmente los asombros y se lance al "lomo plural" las cargas más deshonestas contra la naturaleza orgánica que está afuera y dentro de nosotros.

Llegó, en medio de las carambolas causales a este título: La desaparición de los paisajes sonoros naturales: implicaciones globales de sus efectos en los seres humanos y en otras especies
del investigador Bernie Krause.

Destaco un párrafo iluminador de este alucinado:

"Uno de los recursos simples más importantes de la naturaleza es su voz -o paisaje sonoro natural-. El término paisaje sonoro hace referencia a cualquier ambiente acústico, ya sea natural, urbano, o rural, que esté formado por tres componentes:
(1) la biofonía -sonidos biológicos no humanos que se producen en un ambiente dado-,
(2) la geofonía -sonidos ni humanos ni biológicos, como el efecto del viento, el agua, o el clima-, y
(3) la antropofonía -el ruido que produce el ser humano por cualquier medio-.


En su estado puro, donde no existe ningún ruido producido por el hombre, los paisajes sonoros naturales son sinfonías gloriosas. Sin embargo, la desaparición de estos habitats unido al aumento del clamor humano ha provocado situaciones en las que la comunicación no humana necesaria para la supervivencia de las especies a todos los niveles está en vias de extinción.

Al mismo tiempo, se le niega al ser humano una experiencia de la naturaleza salvaje esencial para la interacción con sus semejantes y con su entorno orgánicamente resonante. Además, debido al casi siempre indeseable ruido, los seres humanos pierden con frecuencia la capacidad de comunicarse, incluso entre ellos, por medio del sonido. Los efectos sobre los paisajes políticos, económicos y sociales de nuestra cultura han sido y continúan siendo relevantes.

En Nature & Madness ("Naturaleza y Locura") (Sierra Club Books, 1982), uno de los primeros libros en los que se abordan las dimensiones humanas de la ecología, el Dr. Paul Shepard, en sus últimos años, describe cómo ciertos síntomas de comportamiento humano patológico propios de la cultura occidental están directamente relacionadas con la pérdida del hábitat salvaje y de nuestra conexión con la naturaleza.

Cuanto más nos alejamos del mundo natural, afirma, más patólógicos somos como cultura. Comprendió con rapidez que las voces de los animales eran nuestra ventana a la naturaleza salvaje porque se trata de texturas acústicas fundamentales para nuestro lenguaje, para nuestras canciones y para nuestras danzas. Shepard lamenta tanto la indiferencia hacia los paisajes sonoros naturales, tan importantes para nuestra existencia, como la significativa pérdida de las voces de los animales en el transcurso del siglo XX."

Alumbrado de estos fulgores reflexivos creo que lo antes mencionado debe llevarnos a un silencio individual que hueloa a reflexión sincera y que a la par active la movilidad colectiva para denunciar estas situaciones, más si apenas estamos amasando la posibilidad de ser nación felíz integrados a un continente pleno de diversidad natural y cultural.

En otro párrafo revelador, Krause señala con sensibilidad impecable: "El compositor y escritor canadiense R. Murray Schafer, el padre de la palabra paisaje sonoro y del concepto ecología acústica, escribió un libro sobre este tema a finales de los años 70 titulado Tuning of the World. En este trabajo, como en los posteriores, Schafer llama la atención sobre el hecho de que el ruido que genera el hombre es un factor que contribuye a la desaparición del paisaje sonoro natural y al mismo tiempo es especialmente representativo de los modelos occidentales de poder. Cuanto más fuertes son los sonidos que podemos producir, se supone que echamos de menos, de una forma más viril, aquello que nos confiere un sentido de valor o identidad espiritual.

Creo encontrar acá las explicaciones a tantas gestualidades y despliegues esnobistas de muchas corporaciones e industrias sordas a la voz indígena y a la vos húmeda que habita en los espacios que defendemos con dignidad aquí en el Zulia y en otras latitudes del orbe.

Entender la dominación corporativo - belicista- sorda de este planeta que nos agotamos tiene que ver con lo que podamos hacer luego de que ya manejemos estas informaciones lamentables pero inspiradoras de emociones transformadores. Bueno saber, junto a Krause que: "Históricamente, desde mi punto de vista, y más allá del mandato bíblico, originalmente en arameo, de dominad y poblad la tierra, la aceleración exponencial de este proceso comenzó a principios del siglo XVII cuando la filosofía económica y política europea socavó por completo el valor estético de la naturaleza.

Por ejemplo, René Descartes aborrecía el mundo natural y parecía tenerle un miedo considerable. Después de elevar a los seres humanos a la omnipotencia racional, aseveró que los animales, exceptuando al ser humano, no sentían dolor, y carecían de pensamiento racional y vida espiritual.

Al otro lado del Canal de La Mancha, uno de nuestros héroes culturales, Sir Francis Bacon, declararó en el 1620: "Debemos torturar a la madre naturaleza hasta que suelte todos sus secretos". Esta máxima mecanicista moderna, que hemos llevado hasta el extremo, es la responsable del deterioro de la atención cuidadosa con el mundo natural.

La Revolución Industrial se caracterizó por el poder sobre la naturaleza con el resultado del control sobre sus recursos. En el siglo XIX, incluso el escritor estadounidense Thoreau -el autor de Walden, escribió, "Yo adoro la naturaleza no menos que a Dios"- y poco después, en el mismo capítulo, escribe: "La naturaleza es difícil de conquistar, pero debe ser conquistada".

Queda la taquicardia luego de la lectura y se hace imprescindible seguir develando lo que la ecología acústica puede dotarnos como humanos para no seguir avalando "inmutablemente" estos procederes que no deberían arroparnos. Propongo seguir con la lectura de Bernie Krause para en otro de sus párrafos vitales: "A través de mi ámbito de estudio, he descubierto que en entornos naturales en los que no interviene el sonido producido por los humanos, los animales vocalizan entre sí, exactamente como lo hacen los instrumentos en una orquesta.

Especialmente en tierra esta delicada estructura acústica está casi tan bien definida como lo están las notas sobre una partitura cuando la examinamos gráficamente en forma de lo que a veces llamamos voice prints (huellas vocales). Por ejemplo, en hábitats sanos, ciertos insectos ocupan una zona acústica del ancho de banda, mientras que las aves, los mamíferos, y los anfibios ocupan otras todavía libres y donde no existe competencia por el espacio acústico. Este sistema ha evolucionado así para que cada voz pueda escucharse con claridad y para que cada especie pueda perpetuarse tanto a través de su iteración del mismo modo que lo hace en los demás aspectos de su existencia.

Un proceso similar se produce en los entornos marinos. La Biofonía es un instrumento imprescindible para medir la salud de un hábitat. Pero nos ofrece también información valiosa sobre su edad, su nivel de estres, y puede suministrarnos abundantes e interesantes datos tales como porqué y de qué modo han aprendido a bailar y cantar tanto los seres humanos como los no-humanos.

Pero este milagroso concierto de la naturaleza está actualmente bajo la seria amenaza de una completa aniquilación. No sólo vamos hacia una primavera silenciosa, sino también hacia un verano, otoño e invierno silenciosos.

Esta frágil trama sonora que he descrito de forma tan simple está siendo destruida por tres factores: uno es la increíble cantidad de ruido que nosotros, los seres humanos, producimos. El segundo, nuestra uso abusivo, en absoluto minimizado, de los preciados recursos naturales, incluso incentivados por los tratados GATT y TLC (Tratados de Libre Comercio). Y por último, parece que nos consume la ilimitada necesidad de conquistar el mundo natural más que la de encontrar una via para convivir en consonacia con él."

Es pertinente acotar, llegados a este punto de la lectura que no se trata de especulaciones en abstracto generadas a partir de las emociones de un sensible y enamorado de la vida diversa, es importante que afinemos la escucha y enfoquemos la vista a lo que acontinuación se presenta como un ejemplo clave que debe llevarnos a entender la ecología como la ciencia asombrosa y reveladora que es. Señala Krause en su ensayo "La desaparición de los paisajes sonoros naturales: implicaciones globales de sus efectos en los seres humanos y en otras especies" : "Sólo en estos últimos años han salido a la luz evidencias del daño que producen estos factores de ruido. Con el auge del nuevo campo de la bioacústica están surgiendo estudios, gracias a las nuevas técnica de trabajo de campo, que confirman la pérdida que algunos de nosotros, especialmente sensibles con la naturaleza, veníamos presintiendo instintivamente desde hace tiempo. Los siguientes ejemplos ilustran este punto:

Algunas clases de ranas e insectos vocalizan juntos en un hábitat concreto con el propósito de que ninguno de ellos sobresalga individualmente. Este coro crea una interpretación sonora expansiva que los protege, impidiendo que los depredadores localicen el lugar conreto del que emana el sonido. Las vocalizaciones de las ranas en sincronía surgen de tantos lugares simultáneamente que parecen provenir de todas partes. Sin embargo, cuando estos patrones coherentes son devastados por el sonido de un avión a reacción que vuela dentro del area de la laguna, la biofonía especial de las ranas se descompone. En un intento por restablecer el ritmo unificado y el sonido coral cada una de las ranas se asoma brindando a depredadores, como coyotes o búhos, la oportunidad perfecta de conseguir comida.

Mientras grababa en primavera a los curiosos sapos de espuela de los llanos (Spea intermontanus) en la orilla norte del lago Mono en las Eastern Sierras, a pocos kilometros del Parque Nacional de Yosemite, ocurrió algo similar. Después de desaparecer el sonido del avión militar a reacción, pasaron cuarenta y cinco minutos antes de que los sapos consiguieran restablecer su coro defensivo. Bajo la luz vespertina observamos como dos coyotes y un fenomenal búho con cuernos se alimentaban en la orilla de la laguna. Debido a la manera especial en la que grabamos y medimos el sonido, hemos descubierto que el sonido relativamente intenso producido por un avión a reacción de bajo vuelo puede causar cambios en la biofonía provocando que ciertas criaturas pierdan la protección vital que son sus coros".

A mí, disculpen lo autoreferencial, me parece grave y dramático esto que comenta el investigador Bernie Krause, pues comenzamos a entender la ecología acústica ya cuando las amenazas sobre los ecosistemas y las especies allí incluidas se encuentran, por todos los flancos, amenazadas por desbalances totalmente artificiales y en nada cónsonos con la temporalidad de los procesos vitales allí presentes. Qué de errores otorga la razón!!!

Y esto, léase bien, no nada más se circunscribe a espacios propios de "países desarrollados", los ejemplos abundan en zonas de nuestro continente como la cuenca amazónica. Otro de los ejemplos del investigador Krause valida lo que comento: "Una vez mientras investigaba la acústica de la cuenca Amazónica, un reactor de varios motores paso a escasa altura sobre la selva, interrumpiendo el canto de aves e insectos al amanecer, justo donde estábamos grabando. Cuando regresamos a nuestro laboratorio y revisamos el efecto del ruido del reactor sobre el paisaje sonoro natural, descubrimos que la interrupción causada por el reactor provocó que muchas criaturas parasen sus vocalizaciones mientras otras modificaban sus motivos de forma significativa. La ruptura momentánea de la integridad de la biofonía causada por el reactor provocó que muchas criaturas se convirtieran en víctima de depredadores oportunistas como halcones o mamíferos de la zona. Sin lugar a dudas, su comportamiento se modificó perceptiblemente"

Asombrado insisto en otra reflexión del investigador Krause: La introducción de ruido en paisajes sonoros naturales aumenta el valor de la pérdida porque el ruido disminuye la experiencia humana de la naturaleza. El comportamiento de las especies se modifica como resultado directo del incremento del estrés. Teniendo en mente que las especies humanas y no humanas responden de forma diferente a tipos, volumen, o combinaciones de ruidos mecánicos, estamos empezando a comprender que muchos de estos sonidos son perjudiciales para ambos mundos aunque las víctimas pueden no parecer conscientes del efecto o desconocen como deben reaccionar.

Para finalizar hago mías, altamente sentidas, las palabras que cita el investigador de la ecología acústica, Bernie Krause, del escritor Paul Shpepherd: "Como Paul Shepard dice al final de Nature & Madness (Naturaleza y Locura) ; "Los adultos expuestos a la música equivocada, privados de su propio potencial, no son los mejores consejeros. El problema puede ser más difícil de comprender que de solucionar. Debajo de la apriencia de civilización [...] habita en nosotros una persona que conoce los beneficios de nacer en un entorno agradable, la necesidad de un ambiente no-humano rico, actuando como seres animales, la disciplina de la historia natural [...] las artes expresivas de recibir alimento como un regalo espiritual más que como un producto. Hay una personalidad secreta intacta dentro de cada uno [...] sensible a los momentos acertados de nuestra vida. La sociedad moderna los asimila todos pervirtiéndolos: nuestro profundo amor por los animales se proyectó en las mascotas, los zoos, la decoración y el espectáculo; nuestra búsqueda de la totalidad poética fue condicionada por el modelo de la máquina en lugar del modelo del cuerpo: el momento del idealismo pueril fue desviado hacia el nacionalismo o a una religión exterior etérea en lugar de hacia una cosmología ecosófica [...] la tarea no está en empezar por recobrar el asunto de la reconciliación con la tierra en toda su sutileza metafísica, sino en algo mucho más simple y directo que nos devuelva la salud metafísica.

Al final -antes de que mueran los ecos de los bosques- puede que deseemos escuchar atentamente los paisajes naturales que todavía existen. Cuando lo hagamos descubriremos que no estamos aislados, sino que somos una parte esencial de un fragil espacio biológico. ¿Cuántos hemos escuchado el mensaje del Jardín del Eden a tiempo? El susurro de cada hoja y de cada criatura nos implora que protejamos el orígen natural de nuestras vidas, el cual, en efecto, puede albergar secretos de amor para todos los seres vivientes, especialmente para nuestra propia humanidad. Esta música divina está desapareciendo a gran velocidad; se acerca el momento en que quizá tengamos que testificar mientras los espíritus de los animales regresan para una caza final".

Inserto en sus ojos la música, la sonoridad visual que inspiró este texto que aspira a que entendamos los agites que nos pueblan, las babeles innecesarias que en el espíritu enquistadas andan. Que este causal video del canario Pedro Guerra nos ilumine de asombros, nos abrace serenos para gestar lo que toque. Esta canción habla de los agites en los que andamos y de cómo solemos desconocer misterios que a nuestro lado siempre han estado.

Enhorabuena la ecología que se despliega por la venas, activa, paciente para germinar en nos- otros. Gracias por asombrarte junto a mí. Es la más sana aspiración de este portal clorofílico.


LETRA DE LA CANCION PEDRO GUERRA -
DEBAJO DEL PUENTE (DEL ÁLBUM TAN CERCA DE MÍ)

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.

Y arriba del puente
las cosas pendientes,
la gente que pasa,
que mira y no siente.
Tomates, lechugas
y pan del mercado,
te quiero, te odio,
me tienes cansado.
Y arriba del puente
las cosas de siempre,
no quiero mirarte,
no quiero quererte,
café con azúcar,
quiniela y olvido,
quién sabe del mundo
debajo del río.

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.

Y arriba del puente
la calle, el colegio,
los niños, los gritos,
te vas sin un beso,
tu amor y el atasco,
me agobia la prisa,
los días que pasan,
la mierda que pisas.
Y arriba del puente
las ocho con frío,
lo tuyo es lo tuyo,
lo mío es lo mío,
carteles y bolsos,
tirones y olvido,
cualquiera te vende
un billete hasta el río.

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.

Y arriba del puente
están los de arriba,
están los de abajo,
que es menos que arriba,
y luego está el puente,
que es menos que abajo.
Yo pienso en mi casa,
mi amor, mi trabajo.

Debajo del puente, en el río
hay un mundo de gente,
abajo, en el río, en el puente.



Más información en: Paisajes sonoros y Ecología Acústica.

Paisajes Sonoros de Venezuela (Carlos Suárez)

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hermano
excelente reflexión, delicias entretejidas en esa sonoridad tan suya... lo felicito y comparto su angustia
Y a la vez, como todo buen artículo, me hace recordar, reflexionar, que más que tanto artificio, tanta planilla de vida por llenar, estamos faltos de espiritualidad (estamos hablo del conglomerado que nos arropa, estadísticamente, pues sé que unos más y otros menos, andamos en caminos que podemos llamar espirituales).
Me preocupa el materialismo y no sólo el malentendido como "afan de tener", sino incluso el dialéctico malentendido también.
Todo lo que notas y escribes como faltante son, de hecho, elementos notorios en ciertas prácticas espirituales (orientales y muchas de las llamadas "primitivas", como si la población de los panteones fuera índice de "progreso" espiritual)
Definitivamente, los griegos nos desviaron del camino más corto para conocernos. Ahora lo que queda es trabajar para volver a Él. En esas andamos. En esas se nos va la vida, pero algo queda.
Un abrazo, hermano.

11:16 p. m.  
Blogger Lucía Borjas said...

Muy bueno y acertado. "nuestra búsqueda de la totalidad poética fue condicionada por el modelo de la máquina en lugar del modelo del cuerpo:" ahí radica el problema, siempre vemos el mundo y los seres como una máquina que funciona a al perfección, pero esa concepción es más tardía, y la hemos adoptado para hacer metáforas de todo, sin compreder que el asunto es mucho más complejo y más hermoso que simplemente una máquina.

Estoy segura que el todo es mucho más que la unión de sus partes.

Muy hermoso el post y su canción!!

11:36 a. m.  
Blogger Cano said...

Estimados Juancho y Lucía:

Los escuché y agradezco sus comentarios pues siento que esto de reflexionar sobre el salto hacia nosotros mismos debe llevarnos a generar espacios, tiempos, prácticas otras a las que solemos individual y colectivamente acudir.

Eso surgirá sin decretos ni tareas, eso debe germinar de pura bondad y pura luz. Yo estoy sumado a ayudar. Se que ustedes también.

Les abrazo y sigo oyéndome, oyéndolos.

12:58 p. m.  

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