martes, noviembre 02, 2010

Reflexión en solidaridad con el pueblo Yukpa: Disculpen las molestias, esto es una revolución.

otrora plaza cristóbal colón en caracas (venezuela), descolonizada por un manotazo del pueblo.
foto: cano.



Por
: Lino Morán Beltrán

He venido siguiendo desde hace muchos años la problemática de los pueblos originarios de Venezuela. Siempre desde una perspectiva de compromiso con lo que he pensado ha de ser el pleno reconocimiento de sus derechos, que al final de todo resultan ser los derechos que me corresponden como indígena añú que ha logrado superar el estigma de la vergüenza étnica que nuestro sistema educativo nos inculcara con el firme propósito de invisibilizarnos. Y es que, impregnado del más recio eurocentrismo, nuestro sistema educativo reprodujo por siglos la superioridad del hombre blanco y de su cultura, erigiendo a la cultura occidental blanca y cristiana como la cultura por antonomasia.

Esa postura se puede entender solo cuando se tiene plena conciencia de la complejidad de lo que representa la expansión de Europa sobre toda la Tierra, proceso que se ha construido desde la negación de otros contextos culturales, a los cuales se les ha negado su voz y se les ha impuesto un imaginario religioso, político, existencial diverso a lo propiamente suyo. Tomando en cuenta que este proceso de expansión europea se da a la par de la expansión del capitalismo como sistema mundo, solo dentro de una propuesta capitalista se entiende que se vulnere algún derecho de mis hermanos indígenas.

Es así como me resulta inconcebible que, aun hoy no se haya podido resolver la problemática que en torno al Cacique Sabino se ha originado por un problema de competencias en el plano jurídico del Estado venezolano frente a las leyes que han regido la convivencia entre Yukpas desde tiempos inmemoriales. Mucho antes de que el hombre blanco impusiera su sistema de leyes, las cuales siempre beneficiaron a los poderosos.

Cuando se reconoce en el otro a un sujeto pleno de derecho, se reconoce en la plena expresión de su cultura. Si respetamos su hábitat, sus ceremonias, su arte, su religión, sus leyendas…. Hemos de aceptar su concepción de lo justo y las normas que lo rigen.

En este sentido es oportuno señalar que en necesario que desde el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, se rectifique en su actuar sobre el problema del Cacique Sabino y se termine por reconocer la existencia de múltiples nacionalidades indígenas en el territorio nacional, que justifica por imperativo categórico, que esta situación sea resuelta dentro de los límites del derecho de la nación Yukpa.

Solo en esta medida seremos –como pueblos indígenas- descolonizados de una vez y para siempre. Pero me temo que ahora en nombre de una revolución socialista se cometan los mismos errores del pasado, dado que en algunos de sus dirigentes es evidente cierta dificultad para asimilar las máximas de José Carlos Mariátegui, cuando al referirse al problema del indio expresó: Todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico social, son otros tantos estériles ejercicios teoréticos -y a veces sólo verbales- condenados a un absoluto descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas no han servido sino para ocultar o desfigurar la realidad del problema. La crítica socialista lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en la economía del país y no en su mecanismo administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales y morales. La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los “gamonales.

Sea quizás por ello que aún persiste el problema en torno al Cacique Sabino. Las tierras donde habita el pueblo Yukpa, es una tierra rica en minerales. He allí donde está el meollo del asunto. Asunto que requiere de mucho coraje para ser enfrentado. El mismo coraje que acompaña hoy al hermano Korta al decidir declararse en huelga de hambre por defender no solo a Sabino, sino también la lucha de los pueblos indígenas de la Sierra de Perijá.

Indígena Añú

lmoran77@hotmail.com