clorofilazul: A desalambrar!!! Texto que duele con Perijá y Palestina en el alma.

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¡¡¡A desalambrar!!!

Sucede que en el sur del alma, atravesada tierra por lenguas de dulce agua, existe un decir y un latido que no acepta seguir siendo cercado por la idea de espacio que manejan los criollos.

Sucede tanto en una noche, lejos de esta nuez cóncava que habitamos, lejos de este puerto de espaldas que habitamos.

Sucede tanto en el valle de Chaktapa, donde Sabino y su familia, donde su memoria y su voz a diario son cercados por alambras de odio y óxido.

Sucede que en ese guerrear constante, en ese diario ejercicio de la dignidad, de tanto estar a la defensiva, las comunidades yukpas de las que hablo emocionado ahora, encuentran la manera de no seguir esperando su esperanza y se lanzan a la definitiva recuperación de su territorio ancestral.

Sucede que no invaden, sucede que en este fogonazo libertario encandilan de dignidad a los que desde las “ciudades lejanas” les llamamos invasores, infractores de lo lícito.

Sucede que ya el cansancio muta y las comunidades de las que hablo ahora, desnudan con su voz las torpezas del burócrata eterno, el enquistado en la planilla y el informe, el que desde cualquier comisión hace de la verdad una cifra interpretada.

Sucede que ahora las anchas alamedas por donde pasará el hombre y la mujer libres, las abren los débiles, los lacerados, los del hematoma a cuestas, los invisibilizados.

Sucede que ahora refulgen las luciérnagas en Perijá y a nosotros, los que aquí estamos a la escucha, nos hace mucha falta la débil luz de este insecto.

Sucede que la palabreja agitada, la maledicencia, la terquedad y la torpeza no serán excusa para desmerecer la verdad que se teje, allá en el sur del alma.

Perijá es una dolencia verde, una senda húmeda, un nicho indígena.

Sucede que Palestina dolida, la Franja de Gaza irradiada de fósforo blanco, de metralla y canalla sionista implosionan en los silencios que duelen en Perijá.

Sucede que Chaktapa, sucede que la Sierra toda, ramal de luz y vida, de bejuco y piedra lisa, no dejará jamás que se le someta al delirio de la cuadrícula que produce mineral y muerte.

Sucede que la historia que hacemos necesita sudarse de Sabino y sus anhelos.

Sucede que allá, en el sur del alma, Perijá reclama abrazos y voces de agua.

Sucede que si a desalambrar odios nos llaman, a desalambrar miradas duras nos convocan, tocará enterarse del fulgor Sabino, de la fuerza Sabino que enseña indígena que aún merecemos territorio para amar, territorio para crecer, territorio para encontrarnos.

Sucede que el tejido lo hacemos si nos asumimos hilos deseados por otros hilos; si nos deseamos de trabajo solidario, de verdor Bolívar, de anhelo Abya Yala.

Sucede que en esta nuez cóncava donde soy, me duele el Sur, me duele la voluntad de Sabino Romero aún no entendida por quienes deben conciliar tantos dolores que se han juntado.

Sucede que la Justicia la encarnamos, no la pedimos. Sucede que Perijá es para el agua y la vida, para el ejercicio de la libertad al aire libre, para el deseo pleno de patria.

Sucede que el alambre de púas más hiriente está en nosotros al desconocer Chaktapa y sus conquistas. Sucede que la fragmentada tierra, el señor matanza, la historia oscura, el sicario plomo suman sangre a nuestra indiferencia. Sucede tanto, allá en el sur del alma.

Sucede Perijá piedra y cueva, Perijá ave y oso frontino. Sucede la gesta y toca acompañarla para desalambrar juntos tanta inflamación del ego que nos duele sordamente.

Sucede que Perijá libre de minas de carbón y hacendados es un desafío urgente.

Sucede que estamos aquí, en esta nuez cóncava, aturdidos de este emocionado hilo que ahora soy. Sucede que el tejido lo somos. Sucede que te quiero abrazar para que liberemos a Perijá de la mineral erosión.

Sucede que yo estaré en la canción y en el aplauso, en la voz del madero y en la esquirla del metal, aquí, allá, en el sur del alma. Sucede que la herencia del amor nos llama a querer la patria, a ser la patria misma, libre de alambradas, libres de silencios que duelen.

Sucede que sí podremos. Sucede que sí será la Perijá que queramos si hoy iniciamos la celebración con el canto sincero, con la trova que somos.

¡¡¡Seamos… Sucedamos!!!