jueves, febrero 08, 2007

Por una ética ecosocialista

por Michael Lowy


Imagen tomada del portal Soldepaz Pachakuti.

El capital es una formidable máquina de reificación. Después de la Gran transformación de la que habla Karl Polanyi, es decir, después de que la economía capitalista de mercado se ha autonomizado, de que se ha –por decirlo así– “desatorado”, ésta funciona únicamente según sus propias leyes, las leyes impersonales de la ganancia y de la acumulación. Ésta supone, subraya Polanyi, “la transformación de la sustancia natural y humana de la sociedad en mercancías”, gracias a un dispositivo, el mercado autorregulador, que tiende inevitablemente a “romper las relaciones humanas y... aniquilar el hábitat natural del hombre”.


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Este texto abre una fisura a la tanta oscurana que suele rodearnos.

Si se trata de construir, bueno sería avanzar informados, plenos de luz y moral.

Este texto que con humildad ofrezco para lectura y relectura anhela despertar el debate, desde la crítica reflexiva, sobre un sistema de vida (el neoliberal más perverso) que sencillamente nos está tragando sin contemplación alguna. Por qué y cómo son interrogantes claves para sabernos humanos ajetreados en un laberinto que ofusca y no emancipa.

Propongo leer con serena respiración y valiente esfuerzo este texto. Al final inserto la dirección electrónica para ir al texto en extenso.

Hay párrafos en el mismo como éste en relación al capital:

(...) "
Somete a la economía, a la sociedad y a la vida humana a la dominación del valor de cambio de la mercancía y, de su expresión más abstracta, del dinero. Estos valores cuantitativos, que se miden en 10, 100, 1.000 ó 1.000.000, no conocen ni lo justo ni lo injusto, ni el bien, ni el mal: disuelven y destruyen los valores cualitativos y, en particular, los valores éticos. Entre los dos hay “antipatía”, en el sentido antiguo, alquímico, del término: falta de afinidad entre dos sustancias."

Animado por lo impactante del texto, descubro una afirmación como la siguiente:

Llegó finalmente un tiempo en donde todo lo que los hombres habían guardado como inalienable se volvió objeto de intercambio, de tráfico y podía ser alienado. Es el tiempo en el que las cosas mismas que hasta este momento eran comunicadas pero nunca intercambiadas, nunca vendidas, adquiridas pero no compradas –virtud, amor, opinión, ciencia, conciencia, etcétera–, el tiempo en el cual todo pasó al comercio. Es el tiempo de la corrupción general, de la venalidad universal en el cual, para hablar en términos de la economía política, cada cosa, moral o física, transformándose en valor venal, es llevada al mercado para ser apreciada en su más justo valor”.

Pero, es muy pertinente preguntarse ...

"
¿Qué es entonces el ecosocialismo? Se trata de una corriente de pensamiento y de acción ecológica que integra los aportes fundamentales del marxismo, liberándose de las escorias productivistas; una corriente que entendió que la lógica del mercado capitalista y de la ganancia –así como la del autoritarismo tecnoburocrático de las difuntas “democracias populares”– son incompatibles con la defensa del medio ambiente. En fin, una corriente que, criticando la ideología de las corrientes dominantes del movimiento obrero, sabe que los trabajadores y sus organizaciones son una fuerza esencial para toda transformación radical del sistema."

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La luz, la moral para el colectivo que somos.

Panes para compartir, estimados lectores.


Versión completa en digital: http://www.geocities.com/Athens/Bridge/8651/ecosocialista.html


Siempre...

Clorofilazul.