Palabras de Emergencia y de rabia, o para romper el silencio dignamente.
grito. guayasamín.
“Dice el Sub-Marcos que le enseñó el Viejo Antonio que, uno es tan grande como el enemigo que escoge para luchar y que uno es tan pequeño como grande es el miedo que se tenga”.
Sub-Comandante Marcos. “Relatos del Viejo Antonio”. México, 1998.
José Quintero Weir
Juan Carlos La Rosa
Juan Carlos La Rosa
Si algo ha servido a la conquista y colonización de América (y,
debemos añadir, a la colonialidad y recolonización republicana de
nuestros pueblos) ha sido, precisamente, la labor y acción criminalmente
“religiosa” de los misioneros, a veces de la orden de los capuchinos,
los jesuitas, los franciscanos; más recientemente los mormones, testigos
de Jehova; pero también y, sobre todo, en la actualidad, de los
gobernantes de la llamada “izquierda electoral” y sus respectivos
“misioneros” representantes cuya labor, por lo menos en Venezuela,
ejercen organizaciones no gubernamentales ecologistas, o algunos de sus
funcionarios que se muestran “caritativamente solidarios” de la causa
indígena; pero a quienes, en todo caso, no les es posible creer en la
posibilidad de que los pueblos indígenas siempre han sido y, son,
capaces de pensar y actuar autónomamente, y, mucho menos, ser capaces de
reconfigurarse desde sus propias cosmovisiones en organizaciones
propias y autónomas para continuar la lucha en una resistencia que ya
sobrepasa los 500 años de re-existencia.
Esto que decimos les resulta incomprensible a los “misioneros”
representantes del gobierno de la “izquierda” electoral que actualmente
gobierna a Venezuela porque, como toda izquierda que se precie de tal,
comienza por pensar que todo indígena actual es manifestación de un
síntoma: prehistoria y, por tanto, de atraso, de pasado que debe ser
concluido para entrar en el “mero mero” desarrollo. No de balde el líder
nombrado por el “supremo” líder (después de Dios), es decir, el
“Bolívar este” en el Zulia, no sea otro que Arias Cárdenas. Eso sí, la
ejecución de sus políticas de exterminio de los indígenas no será
producto de un “tierra arrasada” sino de algo más sublime y hasta
poética Patria; sin embargo y, a fin de
cuentas, es y será siempre política de exterminio etnogenocida y
eurocéntrica, sólo que justificada desde el pensamiento de izquierda de
afamados intelectuales como Luis Britto García, Rigoberto Lanz con
algunos chistes de mal gusto de Roberto Hernández Montoya (no menciono a
una insigne “intelectual” gringa del gobierno porque no recuerdo su
nombre: ¡Ah malaya mi aindiado alhaizaimer!).
Ahora bien, en medio de este contexto de “revolución bolivariana” la
principal la labor de estos intelectuales y, sobre todo, de las ONG
ambientalistas no ha sido otra que servir de soporte para la política de
aislamiento de la lucha indígena autónoma; esto es, dividir, aislar y
cooptar a líderes y comunidades indígenas en sus luchas por la defensa
de sus últimos espacios territoriales esos que, precisamente, por la
ambición desarrollista del Estado, ahora en manos de gobiernos de la
“izquierda” electoral, deben ser entregados en el nuevo proceso de
recolonización de nuestros pueblos a las transnacionales, aunque ahora
sean de origen Chino o, Brasileño.
Al principio del desarrollo de esta política (criminalmente
estudiada), las ONG a las que hacemos referencia se incorporaron por
reacción ingenua, es decir, no política, lo que generalmente expresan en
frases como esta: “apoyamos al carajo presidente que nos habla en
contra del imperialismo norteamericano que siempre nos ha jodido”. Esta
visión ingenua y simplista de la lucha antiimperialista llevó a la
CONAIE apoyar a Lucio Gutiérrez y a Rafael Correa en el Ecuador para
entrar en una crisis como organización autónoma indígena que aún, hasta
hoy, no se ha resuelto totalmente; pero también más recientemente llevó a
la intelectualidad de “izquierda” del Perú (en lo que, de manera
incomprensible coincidieron con su personaje más odiado: Mario Vargas
Llosa), llamar a votar por Humala, a quien hoy los pueblos indígenas de
Cajamarca enfrentan en sus planes de acabar con sus últimos espacios en
la Sierra Andina.
En Venezuela, aún hoy, cuando una sistemática política de división de
las comunidades indígenas ha sido desarrollada por el gobierno de
Chávez, el mismo capaz de denunciar los peos infernales de Bush en las
Naciones Unidas pero, ¡Ay!, cómo le gusta el olor del infernal peo de
los dólares de las transnacionales petroleras y carboneras. Esos que
permiten, a través del Ministerio de los Pueblos Indígenas y las
llamadas “Misiones de asistencia” atentaron contra las organizaciones
indígenas autónomas, dividieron a su dirigencia y terminaron por
envilecer a las comunidades al punto de que hoy, decimos con dolor, no
existe ninguna organización indígena que no esté sometida y entregada al
olor del peo del dinero del gobierno.
Dicho de otra manera, durante más de 12 años de gobierno
“revolucionario” se ha profundizado el envilecimiento de las
poblaciones indígenas, mediatizada sus luchas, aislados sus lideres más
radicales y destruido cualquier asomo de su autonomía de pensamiento y
organización y, en este sentido, han sido las ONG ambientalistas y otras
de corte comunicacional creadas precisamente desde el gobierno (Ojos
Rojos, por ejemplo), las encargadas de difundir y aplicar esta política
que hoy tiene, por ejemplo, aislado al líder yukpa Sabino Romero en su
lucha por la recuperación del territorio para su pueblo. Decimos sin
temor, pues, dudamos que alguien pueda desmentirnos, que una gran
mayoría de las comunidades yukpas y sus autoridades han sido doblegadas
en su lucha territorial a cambio de apoyos gubernamentales a través del
Ministerio de Pueblos Indígenas, del cual uno de los suyos es,
precisamente, su Vice-Ministro (a). Dicho de otra manera, el
Estado-gobierno de Chávez ha logrado con creces lo que nunca logró el
imperio español ni la república de los mantuanos: “integrar a los yukpa y
otros pueblos indígenas del país, al proceso democrático-burgués lo que
nos significa otra cosa que su definitiva desaparición como pueblos
diferentes, como naciones autónomas miembros de un futuro, posible y
necesario Estado plurinacional."
Para el desarrollo de esta política el Estado-gobierno de Chávez ha
contado con un argumento indiscutible: la voracidad anti-indígena y
criminal de unos terratenientes sin escrúpulo, pero también, con la (al
principio) ingenuidad izquierdista de algunos miembros de ONG
ambientalistas, pero sobre todo, con el oportunismo de aquellos que se
declaran de “izquierda” pero que sólo aspiran a los prolíficos apoyos
económicos del Estado-gobierno. Cuando hablamos de una “ingenuidad
izquierdista” al inicio de este proceso es porque, luego de la traición a
la palabra dada por Chávez (en tiempos electorales) a los pemones en su
lucha contra el tendido eléctrico en el Estado Bolívar; su traición a
la palabra dada a los wayuu de apoyar su lucha contra las concesiones
minero-carboníferas en la región del río Socuy (hoy otorgadas a
concesionarias Chinas precisamente por deudas del estado venezolano con
este imperio), y, en fin, la traición de Chávez a su propia
constitución al no cumplir con el mandato de demarcar, reconocer y
entregar los territorios indígenas a todos y cada uno de los pueblos
(hasta el momento en que escribo estas palabras de emergencia el
Estado-gobierno venezolano ha entregado, apenas, un 5 % de los
territorios indígenas), pues, según el parecer del “Bolívar este” “no
pueden pensar los indígenas que les voy a dar el Amazonas o la mitad del
país”.
Finalmente, escribimos estas palabras de emergencia porque poco a
poco, de manera sistemática y con la palabra vendida del Diario La
Verdad, pero la que no ha recibido respuesta alguna por parte del
gobierno de la revolución del “Bolívar este”, han venido siendo
asesinados los yukpas que, tercamente rebeldes, insisten en mantener la
lucha por sus tierras. Tal matanza ha venido siendo ejecutada
precisamente, luego del singular acto en el que el Ministro del Poder
Popular de Relaciones Interiores y Justicia y la Ministra del Poder
Popular para los Pueblos Indígenas, en representación del Comandante-Presidente-Bolívar este-Después de Dios, es decir, Chávez, hicieran televisiva entrega (es decir, no real, sino como reality show busines)
de los títulos de propiedad de unas parcelas que, luego de la
transmisión televisiva, les fueron quitados a los representantes
indígenas pues, “aún debían ser legalmente protocolizados” lo que, hasta
donde tenemos conocimiento, no se ha producido. De tal manera que, no
es posible separar la matanza que se ha venido produciendo de la
colonialidad del Estado-gobierno que la sustenta. En este sentido, son
detestables las falsas palabras de solidaridad de aquellos que envían
peticiones para remover a la Ministra Indígena pero no se atreven a
mencionar para nada al Bolívar este que es quien ha planificado
y ordenado la burla y la traición a los pueblos indígenas.
Detestamos y
denunciamos a los asesinos apoyados (financiera y publicitariamente)
por los enemigos de los pueblos indígenas: los hacendados y los diarios
La Verdad y Panorama; pero también, a un gobierno cómplice y traidor y a
sus ONG ambientalistas representantes que han utilizado a las
comunidades para sus propósitos políticos pero sin creer jamás en su
capacidad de lucha y necesaria autonomía.
En fin, para detener esta sistemática política de etnogenocidio
impulsada por el Estado-gobierno y todos los factores enemigos de los
pueblos indígenas es urgente que los mismos pueblos y sus verdaderos
aliados cobren conciencia de lo que en verdad está en juego y, lo que
está en juego no es precisamente si Chávez se eterniza o no en el poder,
sino de que manera construimos juntos el autónomo camino de nuestras
comunidades.
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