sábado, junio 23, 2012

CARTA A NICIA MALDONADO MINISTRA DE LOS PUEBLOS INDIGENAS



mujeres indígenas yukpas te miran a los ojos Ministra Maldonado.
Foto: Clorofilazul. 

Por: Maria de los Angeles Peña


Sabemos, nosotras mujeres de esta tierra, hijas de la luna y del sol, que desde hace tiempo ya los bachacos del poder, la impunidad y el olvido comieron tus raíces, aquellas que han  debido florecer para recordarte la gran tarea histórica  de acompañar a los pueblos indígenas de Venezuela en sus gritos de tierra, salud, justicia.

Te empeñaste con Sabino Romero. Lo ignoraste cuando fue a pedir apoyo  en las puertas de tu despacho. De allí en adelante te has dedicado a vilipendiar la lucha por la tierra, a acusar los aliados de contrarrevolucionarios y sobre todo no has escatimado esfuerzo ni recursos para dividir al pueblo yukpa entre funcionarios del ministerio y “salvajes” que según tú ,son los que están manipulados. 

Siendo inocentes Sabino Romero y Alexander Romero fueron a la cárcel. Soportaron meses sin ver luz de día, bebieron  agua sucia hasta vomitar y defecar sangre, sus familiares soportaron vejaciones por parte del ejército y guardias de seguridad cuando  iban a las visitas en sus celdas privados de libertad, sus compañeras, madres, esposas tuvieron que aguantar el irrespeto de los hombres que les requisaban sus partes íntimas burlándose de su dolor.  De lo contrario, no las dejaban ver a sus presos. Y siempre, aun y cuando mucho pudiste haber hecho para demostrar su inocencia, nada hiciste para que la verdad saliera.

El pasado mes de abril, dos hermanos yukpas fueron asesinados en plena jornada de cacería. Ayer, sicarios apagaron la vida de tres hermanos más.  A Alexander Romero, el fuego de las balas les atravesaron sus ojos, los mismos ojos que te negaste a ver.  Estará quizá con su creador Kemoko, ojalá atravesando  la Sierra con su compañera asesinada también estando aun embarazada.

Nos indignamos ante tanta injusticia. Y nos indignamos más al saberte tan ajena del dolor del pueblo yukpa. No te solicitamos ningún pronunciamiento porque sabemos  que tu árbol está sostenido por la colonialidad del poder que has heredado  y que has expuesto como la mejor de las alumnas. 

Solo tu conciencia la verás al verte desnuda sin cargo, sin título, sin asistentes, solo tu conciencia…mientras tanto sé,sabemos que 

Nada hiciste. Nada dijiste. Nada dirás.